Política

Destacan analistas evolución política del segundo piso de la 4T

La presidenta de México está hilando de manera muy fina, muy inteligente para consolidar su poder político; en 2027 se verá si su fuerza podrá vencer las resistencias y deslealtades de las otras facciones dentro de la 4T, indican politólogos.
miércoles, 1 de octubre de 2025 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Al término de su primer año de gobierno la presidenta Claudia Sheinbaum ha mostrado una evolución política que la mantiene “en sus propios pies”, con “dirección y liderazgo”, con acciones que la desmarcan un tanto de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, aunque mantenga el mismo discurso, y con retos marcados que miran hacia lo que vendrá en 2027, coinciden analistas políticos y constitucionalistas consultados por Proceso.

Para Miguel Eraña Sánchez, constitucionalista y doctor en Derecho por la Universidad de Salamanca, España, la evolución política de la mandataria federal se advierte “empezando por el portazo de narices que dio a esa clase política de suyo patriarcalmente machista, escondidos entre sus propias filas partidarias, y opositores falocentristas”.

También se ve “con hechos y decisiones que la muestran dando dirección y liderazgo a su gobierno, pese a desconciertos, caras largas y deslealtades continuas a trasmano de ciertos afines. Si lo ha hecho bien o mal se requiere otro análisis”.

Cuestionado sobre si considera que ha habido intentos de la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México para desmarcarse políticamente de su antecesor y definir su propio gobierno, afirma que “no lo necesita”.

Eraña Sánchez. Sheinbaum no necesita desmarcarse de AMLO. Foto: Especial.

Y argumenta: “Mientras que Palenque sea la isla de Santa Elena —no bonapartista— del exilio de AMLO, se mantendrá el control palaciego. Por eso conviene más al tabasqueño volver sus libros interminables en su aislamiento si su pretensión es convertirse en efigie y emblema romantizado de esa compleja fuerza política que es Morena”.

—¿Cuál es la fuerza política con la que Sheinbaum empieza su segundo año de gobierno?

—Se podría medir desde una cabeza bifronte en este año por venir: por un lado, que de sus modos y estrategias más sofisticadas se obtenga algo más que contenciones o adjetivos edulcorados del búfalo que despacha en la Oficina Oval, sino resultados concretos y menos agravantes para México dentro de la renegociación inminente del T-MEC.

En esos terrenos, añade, “que su creatividad y la de su equipo se exalten para domar a los bullys, considerando que en eso el expresidente fue brujo cuando asentó su falaz mitincracia de gobierno y del ‘ahí viene el tigre’, situaciones hoy bastante inútiles”.

Investigador de la Facultad de Derecho y Criminología (FDyC) de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), considera que “los mayores desafíos de la política presidencial doméstica están en administrar la pluralidad de las fuerzas que soportan su gobierno, hoy perfeccionadas en contradicciones, anomalías, falencias, desprestigios y extravíos”.

Incluso, dice que “hasta falta conseguir a Morena un dominio digital (perdido por tenebrosidades) y que así pueda tener un portal que cumpla mínimos de transparencia”.

Eraña Sánchez recuerda lo exigido cuando Jesús Reyes Heroles “ideó en los setenta la constitucionalización de partidos como entidades obligadas de interés público, con base en el modelo alemán y que olímpicamente todo partido (opositores incluidos) pasa por alto, como iguales”.

Respecto a la relación de Sheinbaum con la reforma judicial ya en operación y la reforma política que ya se prepara, el exacadémico de la Universidad Iberoamericana (UIA) considera “prudente” que evite interferir en ambas cuestiones.

“Más en la reforma judicial, que no le toca”. Recuerda que desde Porfirio Díaz hacia atrás “todo titular presidencial tuvo su propia secretaría de justicia, y el lado noroeste de Palacio Nacional hasta se destinó como sede de la corte de justicia del país (1825-1853), sin ningún disimulo de quien mandaba ahí. El priato hizo lo propio”. Entonces, dice, “al predicar ella una notable diferencia entre fuerzas políticas, toca diferenciárselo a la República y que esto no quede sólo en demagogia”.

Sobre la reforma electoral, para la cual Sheinbaum creó una “comisión presidencial” a cargo de Pablo Gómez, el también maestro en Derecho Constitucional cuestiona “la pobreza metodológica que agrupa 14 temas dispares en lo que es un sancochado sufrible. ¿Acaso es una ristra temática para un cambio de régimen? Para nada dicen que hay detrás una convocatoria de Asamblea Nacional Constituyente, o de Comisión redactora de reforma integral a la Constitución”.

Y cierra: “Esa lista propone deficitariamente discutir tres subsistemas: de elecciones, de partidos y de relaciones entre poderes y órganos constitucionales. Esto claramente es reserva y competencia de asamblea constituyente, no de una comisión ejecutiva minimalista. ¿Para qué abundar más entonces?”.

 

“En sus propios pies”

Eduardo Higuera Bonfil, consultor en comunicación política, asegura que al final de su primer año de gobierno Sheinbaum Pardo está “en un muy intrincado y delicado equilibrio”. Recuerda que llegó al poder “por la fuerza del caudillo”, pero en estos 12 meses “ha trabajado activamente y de manera muy inteligente para lograr tener su propia fuerza, no sólo ser la heredera de Andrés Manuel, sino también para ser la primera mujer presidenta, con mayúsculas, del país y pararse en sus propios pies, políticamente hablando”.

Según dice, la mandataria federal “trata de marcar un rumbo que, sin ser una ruptura abierta, no siga las mismas políticas que tuvo Andrés Manuel López Obrador”. Destaca que un punto a su favor que ha roto con la gestión del tabasqueño, “aunque no sea en el discurso”, es en materia de seguridad.

“Todos sabemos que ‘abrazos y no balazos’ es una cosa del pasado y ella está pagando los platos rotos, pero está juntando las piezas muy bien y está haciendo buenas acciones”, considera, pero aclara que desconfía de las cifras oficiales, “porque más que maquillaje, les hacen cirugía estética”.

Asegura que la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México “está tomando los pasos correctos, a pesar del legado. Está haciendo acciones que la fortalecen a ella y no a López Obrador, al movimiento o a Morena”.

Higuera Bonfil. Ve a una Sheinbaum fortalecida. Foto: Facebook.

El analista observa dos vertientes paralelas en el actuar de la presidenta. La primera es la discursiva, “que no se ha modificado prácticamente”, pues sigue hablando de “conservadores”, “neoliberales”, “traidores a la patria”, “fifís”, “grupos de interés que no quieren a México y sólo lo saquean”. Eso, dice, “es prácticamente idéntico al del sexenio pasado”.

La otra vertiente es la de las acciones. Sheinbaum, dice, ha visto que “va a ser imposible gobernar si no se arreglan algunas cosas”, entre ellas, la “violencia desbordada que va a hacer ingobernable el país” y el “romper con Estados Unidos de una manera abrupta e ideológica, lo único que va a lograr es que tengamos una crisis económica profunda”.

 

Pragmatismo y “voz propia”

Académico universitario, Eduardo Higuera subraya que Sheinbaum Pardo “ha mostrado un gran pragmatismo para defender su posición, tanto nacional como internacionalmente”. Por ejemplo, “ha logrado mantener a raya a Trump, aun a pesar de su propio discurso de ‘somos independientes y que a México se le respeta’. Ha hecho todo lo posible, ha expulsado de manera casi ilegal a capos, con tal de demostrar que quiere mantener buena relación con Estados Unidos”.

Además, dice, ha aumentado los aranceles a China y ha enviado “10 mil tropas” al muro fronterizo en apoyo al republicano. “Está mostrando un pragmatismo muy fuerte en la acción, aunque el discurso sea altamente ideológico”.

Higuera Bonfil insiste: “Sheinbaum tiene ya una voz propia, un poder propio que ha devenido de su propia gestión. Ha mostrado ser una política mucho más pragmática, mucho más inteligente y mucho mayor estadista que Andrés Manuel López Obrador”.

Sin embargo, aclara: “No me parece que ha utilizado este poder de manera correcta y democrática para avanzar los derechos de los mexicanos; pero si nos apegamos a nada más el poder político que tiene ahorita con respecto a un año, ha logrado grandes avances y se ha mostrado muy pragmática y muy inteligente utilizando las fichas que tiene en el tablero”.

Sin poder afirmar que hay una acción gubernamental detrás, dice, no es casualidad que los grandes escándalos políticos vistos este año son del grupo del pasado: Adán Augusto López y La Barredora, los alborotos de los Monreal, la persecución “tan personalizada” a Andrés Manuel López Beltrán en Tokio y los “amparos falsos”. Dice: “Todo eso golpea y hace mella en los grupos de posible oposición interna” y, por otro lado, a ella la fortalecen políticamente.

Sobre la defensa pública que ha hecho de esos personajes, opina que Sheinbaum sigue la escuela de López Obrador, “quien descalificaba las cosas sin ninguna prueba, sin ninguna investigación, las minimizaba y el siguiente escándalo tapaba el escándalo de la semana”.

Advierte que la morenista debe “cuidar esa parte si es que no quiere un rompimiento durísimo con el expresidente que le pueda provocar muchas más reacciones de las que puede manejar en este momento”. Y por otro lado, debe tener claro que, “como todo movimiento hegemónico y monolítico, cualquier fractura lo puede hacer estallar en pedazos”.

Entonces, confía: “La presidenta es lo suficientemente inteligente, políticamente hablando, para cuidar que aunque les ponga un alto o los tenga con marcaje personal a algunos actores que no son exactamente de su grupo, no va a provocar una fractura interna del tamaño que sería pelearse con el secretario de Organización de Morena”.

 

Los retos de 2027

El analista Eduardo Higuera destaca que para su segundo año de gobierno Claudia Sheinbaum está frente a la existencia de “muchas posibilidades de revueltas y rebeliones” al interior de su propio movimiento. Y pone como ejemplo el “empuje en sentido contratrio” que grupos internos de Morena, así como sus aliados del PT y el PVEM, dieron a su reforma “antinepotismo”.

Por ello prevé que la reforma electoral que ya echó a andar “no va a ser tan tersa”, principalmente por la oposición interna de la 4T. “Va a tener que hilar muy fino y negociar muy claramente con esos partidos para lograr sus objetivos políticos”, advierte.

El consultor ubica pruebas “muy poderosas” para Sheinbaum en el futuro cercano: la revocación de mandato y la selección de candidatos a legisladores para la elección intermedia en el 2027. “El gran parteaguas de la presidenta se llama revocación de mandato. Tiene que llegar suficientemente consolidada para que, aunque haya una consulta, pueda navegar sin demasiados problemas”.

En el 2027, dice, “se verá realmente si el músculo político personal y el de su grupo cercano que ha cultivado, es suficiente para vencer las resistencias de las otras facciones dentro del movimiento”.

En el músculo político de su grupo ubica al secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch —a quien ve como presidenciable— y a la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde. En el músculo “adquirido” enlista a su exrival, Marcelo Ebrard; así como a los grupos “claudistas” en el Senado y en la Cámara de Diputados, los gobernadores del oficialismo y los de la oposición que le han brindado su apoyo.

“Va a haber una gran pugna por las candidaturas en el 2027 y van a ser los grupos claudistas, los obradoristas pugnando por ver quiénes van a quedar. Si van a ser más pragmáticos, si van a ser más ideológicos, si van a ser más duros o si van a ser más negociadores”.

Sobre la relación entre la presidenta Sheinbaum y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) tras la reforma judicial, Eduardo Higuera considera que dependerá de lo que ésta le envíe para analizar. “La Suprema Corte, como fue electa, ya no tiene independencia judicial, sino que va a tener una dependencia de lo que haga el poder político de momento para tomar sus decisiones. Dependiendo de cómo maneje Sheinbaum sus cartas frente a la Suprema Corte y las cosas que ella solicite que analicen, va a ser la reacción”.

Higuera Bonfil concluye: “La presidenta Sheinbaun es una mujer muy inteligente, muy pragmática y mucho mejor en el juego político de lo que la mayoría pensábamos antes de asumir la Presidencia. Ahora que ella tiene el control del escenario y todas las luces del mismo escenario apuntándola a ella, está hilando muy fino y de manera muy inteligente para consolidar su poder político”.

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