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El bloqueo migratorio de Trump deja a miles de migrantes atrapados en México

El responsable de un albergue para migrantes en Tapachula, en la frontera con Guatemala, indica que ha habido algunos retornos a países centroamericanos, pero para muchos otros no hay opción de volver atrás y pedir asilo en México empieza a ser una alternativa tangible.
viernes, 31 de enero de 2025 · 07:03

MADRID (EUROPA PRESS).- El retorno a la Casa Blanca del magnate republicano Donald Trump ha dejado al otro lado de la frontera sur de Estados Unidos, en México, a miles de personas con la incertidumbre de no saber si en algún momento podrán dar el salto hacia territorio estadunidense y, en gran parte de los casos, sin posibilidad de dar marcha atrás en el camino emprendido en busca de una vida mejor.

Es el caso de Natasha, una hondureña de 30 años que desde un albergue de Tapachula, en el sur de México, espera en una especie de limbo junto a sus tres hijos. Su marido huyó de Honduras antes que ella para escapar de las pandillas y lleva un año sin saber de su paradero --"no sé nada de él, si está vivo", lamenta--.

Tras un periplo en el que perdió dinero y corrió riesgos, Natasha comenzó los trámites para quedarse en México y para pedir cita en el CBP One, la aplicación que teóricamente debía abrirle las puertas de Estados Unidos y que quedó bloqueada en el instante en que Trump tomó posesión como presidente el pasado 20 de enero.

"Me metieron mal mis datos y nunca me salió la cita", relata a la ONG Médicos Sin Fronteras (NSF) Natasha, que ahora vive con "angustia" a que le encuentren las personas de quienes huyó el pasado octubre. "Sólo quiero un lugar donde establecernos, que los niños vayan a la escuela y yo poder trabajar", plantea.

Ya desde el último trimestre de 2024, MSF reforzó la asistencia con clínicas móviles en el sur de México y en apenas cuatro meses asistió a la llegada de 12 caravanas con 10 mil migrantes. En enero de 2024, ha brindado ayuda a tres de estos grupos, formados por unas mil 400 personas.

El responsable de un albergue para migrantes en Tapachula, en la frontera con Guatemala, indica que ha habido algunos retornos a países centroamericanos, pero para muchos otros no hay opción de volver atrás y pedir asilo en México empieza a ser una alternativa tangible.

Kevin, de 22 años, huyó de la violencia que asolaba la zona donde vivía, en el suroeste de Colombia. Tenía "una vida normal", pero un grupo armado comenzó a buscar nuevos reclutas y se planteó tomar la misma ruta de su hermano, que desde hace un año reside en Utah, Estados Unidos.

Lleva cinco meses en México y sigue esperando subirse al tren para llegar en algún momento en la frontera, aunque confiesa que tanto él como otros migrantes buscaban alcanzar la zona "antes de que Trump asumiera el poder". "Lo único que me queda es ir a la frontera, ingresar en Estados Unidos y entregarme", cuenta Kevin, que en ningún caso se plantea volver a Colombia, por "miedo" y porque no le queda "nada" ni "nadie".

 

Ecos africanos

 

No todas historias se originan en países de América Latina, ya que también hay voces africanas dentro de esta amalgama migratoria. Salma, de 26 años y procedente de República del Congo, viaja junto a su hija de cuatro años y recaló en primer lugar en Brasil, país para el que consiguió en un principio el visado y donde estuvo trabajando medio año.

"Consulté TikTok para informarme sobre la ruta y prepararme moralmente", y a partir de ahí emprender un largo camino que tuvo entre sus etapas más peligrosas el conocido como Tapón del Darién, la zona selvática que separa Colombia de Panamá y donde vio cadáveres.

Por el camino, se vio forzada también a pagar a las mafias --"en cada parada hay que dar algo"-- y, aunque está en Tapachula, quiere intentar moverse a la capital mexicana o a la frontera estadounidense. "Sólo busco una vida mejor", asevera.

Mamadou es de Guinea y viaja junto a su mujer y su hija de menos de dos años. Vivió en Guinea Ecuatorial y también en España, en Málaga, antes de regresar a su país natal e intentar emprender una carrera que se vio truncada por el golpe de Estado: en un principio intentó ir a Francia pero volar a Brasil le resultó "mucho más fácil".

"No pensaba que la ruta migratoria sería tan compleja", repasa ahora, al hacer balance para MSF de un recorrido similar al de Salma. "He visto muertos en la travesía por la selva. Si hubiera sabido que sería así, nunca me habría metido en esto", añade Mamadou, que lleva dos meses en Tapachula.

La victoria electoral de Trump le pilló en Perú y ya entonces se "desanimó", hasta el punto de que abandonó la idea de ir a Estados Unidos. Ahora, la familia ha pedido la residencia mexicana.

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