Dirección Federal de Seguridad

García Paniagua, el espía que quiso ser presidente

Fichas de la oscura Dirección Federal de Seguridad dan cuenta del modus operandi de Javier García Paniagua, señalado de cumplir funciones extrajudiciales contra movimientos sociales, pero también sobre sus frustradas aspiraciones presidenciales.
lunes, 29 de julio de 2024 · 05:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La primera ficha biográfica de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) sobre Javier García Paniagua data del 3 de marzo de 1964. Al dar cuenta de sus estudios en el Colegio Militar, de 1952 a 1954, anotó que “egresó debido a un accidente”, del que no abunda. Sus bienes eran “un rancho (el Tecuán), ganado, tres casas” y un Chevrolet Wagon último modelo, con un capital valuado entonces entre los cinco y seis millones de pesos. 

Tenían 60 hectáreas plantadas de mango en el rancho La Parota y 65 más de temporal en El Tecuán.

Sobre sus nexos políticos está la siguiente consideración: “Su padre, el Señor Gral., el Prof. Juan Gil Preciado y el Lic. Humberto Romero, que siempre han intervenido en la obtención de sus empleos”. Para esa fecha ya había sido comandante de Aduana en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (1957) y Nogales, Sonora (1958), entre otros cargos, pero había ingresado a trabajar en la Secretaría de Gobernación desde 1956.

Del 19 de febrero de 1967, cuando pretendía una candidatura a diputado federal, hay otro informe en el que el agente no. 37 de la DFS, Carlos Manuel Suárez, abunda sobre lo que sucedió en el Colegio Militar: “Siendo alumno del primer año en dicho plantel sufrió un accidente que lo inhabilitó para el servicio, siendo dado de baja, por lo que se radicó en La Parota, rancho de su padre en el municipio de Nuevo Urecho, Mich., dedicándose a las labores agrícolas hasta 1957”.

Los apuntes biográficos difieren el lugar y fecha de nacimiento: “Autlán de Navarro, Jal., el 13 de febrero de 1932”; “Casimiro Castillo, Jalisco, el 13 de febrero de 1937”, y uno más afirma que en 1936; este último informe es del 27 de enero de 1970, cuando buscaba la candidatura del PRI por el distrito de Autlán. Éste también menciona que “permaneció (en el Colegio Militar) por periodo de 2 años 3 meses, solicitando su baja del Plantel por no sentir vocación para la carrera de las armas”, sin mencionar el accidente, el cual a partir de entonces sería borrado de su expediente.

Desde el inicio del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz, García Paniagua fue nombrado gerente del Banco Regional de Crédito Agrícola y Ganadero, en Morelia, Michoacán. Los informes refieren que esta institución financió grupos estudiantiles para atacar al gobierno. Lo hacía a través de Rafael Pérez Ayala, exoficial mayor del estado que se desempeñaba como su secretario.

El 19 marzo de 1981, García Paniagua fue enviado a dirigir al partido oficial. Tres días después, el elemento Fernando Barrientos Rodríguez obtuvo información de una reunión de cinco directivos del Comité Central Estatal del Partido Comunista Mexicano en Tabasco. Ahí, dijeron que les interesaba la designación de García Paniagua al frente del PRI, “porque todos saben de la fama de ser el hijo del genocida más grande del 68”.

García Paniagua continuaba con injerencia en la DFS y tenía interés en lo que se dijera de él. Su expediente recurre constantemente a menciones que hacían tanto rivales políticos como sus aliados en el PRI. 

García Paniagua. Influencia en el PRI. Foto: Especial

Un caso es el informe “Declaraciones de Miguel Castro Bustos, exdirigente estudiantil”, elaborado en Acapulco tras la designación de Alberto Tapia Carrillo como delegado del partido en Guerrero. “Afirmando éste, que Javier García Paniagua ha hecho alianza con gente de Rubén Figueroa (… y con) los grupos paramilitares que comandaba cuando fue director Federal de Seguridad, lo cual lo lleva a aliarse con enemigos del pueblo como son Mario Arturo Acosta Chaparro, a quien nombró director de Investigaciones Sociales y Políticas del PRI”.    

Bajo las órdenes de Acosta Chaparro, quien sería asesinado en 2010, y el también general Francisco Quirós Hermosillo, ocurrieron los “vuelos de la muerte”. Personas a las que el régimen consideraba disidentes políticos eran trasladadas a la Base Aérea Militar de Pie de la Cuesta en Acapulco; después de que las mataban, sus cuerpos eran arrojados al mar durante pilotajes nocturnos.

Estos vuelos han sido situados por la oficina de Investigaciones Visuales, SITU Research de Nueva York y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez durante la década de 1970, en los mandos de la DFS del capitán Luis de la Barreda Moreno (1 de diciembre de 1970-8 de marzo de 1977), de Javier García Paniagua (8 de marzo de 1977-15 de agosto de 1978), y del teniente coronel Miguel Nazar Haro (16 de agosto de 1978-13 de enero de 1982).

El 7 de mayo de 1981 el sector especial de Guerrero envió otro informe a México: “Durante el día de hoy, el exlíder estudiantil Miguel Castro Bustos hospedado en el Hotel Restaurant ‘Flor de Acapulco’ Hab. 2, ubicado en la Plaza Juan N. Álvarez de este Puerto, a grito abierto se expresa soezmente del Gral. Marcelino García Barragán y de su hijo el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, don Javier García Paniagua, a quienes acusa de asesinos, estafadores, etc”.

Castro Bustos fue un personaje ambivalente, también señalado de operar grupos de choque y estar ligado a políticos como Rubén Figueroa.

Prensa vigilada

La DFS disponía de una red de informantes y aliados que les permitían conocer publicaciones con antelación; en ocasiones intentaron frenarlas con amenazas. El 31 de agosto de 1981 el sector especial de Nuevo Laredo envió un fax a las 01:30 horas: “El Director del Diario el Mañana Sr. Daniel Ulloa González, amigo de esta oficina, recibió la siguiente nota enviada por Excélsior para publicarse el día de mañana en la ciudad. El Sr. Ulloa cortó la nota, la cual no se publicará por lo que dice su texto”.

Se trataba de una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República por contrabando, violación a los sellos oficiales y fraude por más de 45 millones de pesos a través de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). Era dirigida contra el entonces director, Jorge Zendejas Quezada, pero refería al líder priista por irregularidades.

“Al hacer la denuncia oficial de los hechos, marcada con el número 51711-81, el apoderado legal de Aerorenta y Aerorrampa, Enrique Ramírez Manzano, aseguró que las Aeronaves de ASA efectúan viajes a las fronteras norte del país para traer mercancías de contrabando (…) y políticos del PRI, entre ellos el Sr. Javier García Paniagua, los emplean para viajes estrictamente personales”.  

Las publicaciones sobre el político generaron reportes constantes para Gobernación: El 8 de septiembre de 1981, el agente Ramón Rodríguez García reportó que el Diario de Juárez “atacaba” al general Marcelino García Barragán y a su hijo García Paniagua, por una publicación sobre un grupo de campesinos que puso en manos del presidente José López Portillo un escrito en el que denunciaban que 30 años atrás García Barragán les había robado 230 hectáreas de riego; “en aquella época, no pudieron recuperar (las), gracias a las poderosas influencias del general”.

Citaban como antecedente que el 27 de agosto la Secretaría de la Reforma Agraria envió a José Enrique Jaime Pintor para que hiciera medidas y deslindes de la propiedad en litigio, “pero dicen los ejidatarios en su escrito que tuvo miedo de entrar, medir y rectificar, porque las tierras dizque son de García Paniagua, que es muy amigo del presidente”.

Los Vuelos de la Muerte. Foto: Facebook

Ruptura con el PRI

El padre del próximo secretario de Seguridad Ciudadana federal, Omar García Harfuch, aspiraba a la candidatura priista a la Presidencia, pero, al igual que cuando intentó llegar a la gubernatura de Jalisco, fue descartado. 

El 14 de octubre de 1981, ya con el “destape” de Miguel de la Madrid, el hijo del general renunció al CEN del PRI y fue nombrado secretario del Trabajo y Previsión Social. No habló en su presentación, y los informes lo consignaron. 

También sumaron una publicación del día 16 respecto a su descarte, del diario ABC de Mexicali: 

Cuando llegó el momento del destape, molesto porque la situación final no lo favoreció, hizo el berrinche de su vida y manifestándose infantil ante una enorme responsabilidad, le dio soberana patada al pesebre.

El día 20, desde Acapulco se notificó sobre una denuncia por supuesto cobro de derecho de piso a taxistas. Acusaban a un líder transportista, José Nilo López Camacho, quien “apantallaba” con ser compadre de Acosta Chaparro y “amigo íntimo de Javier García Paniagua”. La información provenía de Campo y Tribuna, que la DFS tildó de “pasquín”.

No obstante, al final del informe el agente Guillermo Espinosa corroboró: “Se informa que López Camacho es compadre del Tte. Corl. Mario Acosta Chaparro, que efectivamente fue detenido el año pasado en el retén de Xialtianguis por portación de arma, posteriormente fue puesto en libertad, pero sí, como lo manifiesta la nota, abusó del compadrazgo, ya que tenía aproximadamente unos 100 taxis piratas”.

El 29 de diciembre de 1981 García Paniagua presentó su renuncia como secretario del Trabajo al presidente López Portillo “debido al quebrantamiento de salud que lo ha venido aquejando”, entre rumores de ruptura con quien sería el próximo presidente, De la Madrid, quien desconfiaba del otrora agente, lo cual no sólo consignaron publicaciones incorporadas al dossier, sino el propio exmandatario en sus memorias.

Se refugió en Jalisco. Recibió “muchas personas” en su casa en Bulevar de Tlaquepaque 1935 y a todos les dijo: “No me he retirado de la política, ya saben que siempre le he dedicado mi vida”. Pretendía, nuevamente, la gubernatura. Los reportes refieren que el Partido Social Demócrata le envió una notificación para que manifestara si aceptaba o no ser precandidato a la Presidencia, la cual también mandó a Heberto Castillo, Arnoldo Martínez Verdugo, Porfirio Muñoz Ledo, Luis Sánchez Aguilar, Porfirio Díaz Treviño y Juan Ortega Arenas.

Versiones de golpe

La fractura priista generó versiones en la opinión pública de un Golpe militar “que será encabezado por, y favorecerá, a don Javier García Paniagua, hombre vinculado de muchas maneras a las filas de la Armada Nacional”, como recogió de una publicación del Diario de Juárez, de fecha ilegible. Informes también hacían mención a un posible ataque contra De la Madrid.

No era una idea aislada, sino parte de una versión que se fortalecía, como muestra el reporte del 13 de agosto de 1982: “Situación que prevalece en la entidad con relación a un Golpe de Estado”, firmado en Nuevo León. “En los Sectores Comercial, Bancario e Industrial sí ha habido comentarios sin conocerse su origen en el sentido de un Golpe de Estado y, que el día de hoy, el Sr. Javier García Paniagua había balaceado al Sr. Presidente de la República, esto último al parecer surgió del rumor en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamps”.

Estas versiones generaron un retiro masivo de dinero en la entidad que dejó a bancos sin moneda nacional. 

El informe lo firmó “Rafael Chao López y gpo”, delegado de la DFS en la zona noreste, después acusado de proteger a Rafael Caro Quintero y al Cártel de Guadalajara.

Estos supuestos –que provenían de datos recabados entre la clase política– se difundían en más partes del país y siempre ponían en duda la lealtad del hijo del general y presuntas intenciones de ataque, como reafirma otro informe del 28 de agosto de 1982, elaborado en Pachuca, Hidalgo: 

“Entre la opinión pública de la entidad se ha difundido el rumor de que ha sido lesionado el Sr. Presidente de la República, Lic. José López Portillo, y que fue asesinado Javier García Paniagua al discutir con el primer mandatario. También se rumora que el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, Ejecutivo Federal electo, fue lesionado y asesinado su chofer en Huachinango, Pue., así como que se está gestando un levantamiento en el país en contra del actual Gobierno”. 

En aquel proceso, el priismo, ya en manos de De la Madrid, no favoreció a García Paniagua en la búsqueda de la gubernatura, y otorgó la candidatura a Enrique Álvarez del Castillo.

El 6 de mayo, Gobernación recibió un informe sobre siete personas que perdieron la vida en un “avionazo” en Poza Rica. Los peritos encontraron en un cuerpo una cadena al cuello con la palabra “Lady” y documentos a nombre de Carlos González, quien se había reunido un mes antes con un objetivo de seguimiento de la DFS. “Con fecha 30 de marzo de 1984, el Sr. Javier García Paniagua, visitó Cd. Acuña, Coah., y fue atendido por el Sr. Carlos González Lozoya […] quien es hijo del Agente Aduanal Oscar González Galindo y hermano del occiso Francisco González Lozoya”. 

Éste último había perdido la vida de forma extraña: en una explosión en su casa, donde, según los agentes, había cartuchos de dinamita y armas de calibres cortos y largos, incluidas una escopeta y una ametralladora. De él anotaron: “Se dice que fue visitado el día del siniestro por el químico Jorge Refugio Ramírez, exmiembro de la Liga 23 de Septiembre”.

Relaciones de poder. Foto: Especial

El penúltimo informe en los dossiers de Javier García Paniagua es del 23 de agosto de 1984, tras la instalación de la XII Asamblea Nacional del PRI, para entonces dirigido por Adolfo Lugo Verduzco. Antes del cierre de la sesión llegó Rosario Ibarra de Piedra y entregó un documento que decía: “A partir de 1969, en México se dio una etapa de oprobio que no se ha cerrado y en la que el gobierno ha desaparecido a más de 600 ciudadanos”. 

Los que cometieron estas anomalías, añadió, “fueron priistas que alguna vez se les llamó ‘distinguidos’”, quienes, sumó, habían atacado víctimas en cárceles clandestinas y en campos militares. 

El padre de García Harfuch, acusado antes de represión y tortura durante la Guerra Sucia, se mantenía en posición de firmes entre los presentes.

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