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El día del abrazo y las lágrimas entre Vicente Leñero y Javier Sicilia
A 10 años de la muerte de uno de los padres fundadores de Proceso, el poeta, activista y ensayista evoca el encuentro que tuvo en mayo de 2011, en una marcha para exigir justicia por el homicidio de su hijo Juan Francisco Sicilia, asesinado junto a seis de sus amigos en Morelos.CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Sus miradas eran tristes y a la vez llenas de una profunda intimidad, el momento que duró apenas un instante quedó plasmado en una fotografía; en mayo del 2011, en medio de una marcha para exigir justicia por la muerte de su hijo, el poeta Javier Sicilia, encontró a su paso al escritor Vicente Leñero y se fundieron en un abrazo.
Hoy, a 10 años de la muerte de uno de los padres fundadores de Proceso, el activista y ensayista evoca aquel encuentro y su amistad con el autor de El evangelio de Lucas Gavilán.
"El momento era muy doloroso, pero de esa fotografía yo estoy contento de tener a mi amigo ahí, yo no me imaginaba la convocatoria que nos iba a recibir en la Ciudad de México, éramos 200 o 300 personas que salimos de Cuernavaca e íbamos a protestar y a manifestar el horror de este país, yo venía desconcertado y sentir al amigo en medio del tumulto, fue para mí un momento, en medio de mi dolor, un momento paradójicamente, como suelen ser los misterios espirituales, gozoso a la vez, en medio del sufrimiento, la compañía del amigo se volvió un gozo y un descanso. Me alivió mucho tenerlo ahí unos minutos".
Juan Francisco Sicilia fue asesinado junto a seis de sus amigos el 28 de marzo de 2011 en Morelos, México. Maniatados y asfixiados, sus cuerpos fueron hallados en la cajuela de un automóvil. De aquella tragedia, el poeta Javier Sicilia inició una protesta y un grito de exigencia, un clamor de justicia. Junto a familias a quienes les mataron, secuestraron o desaparecieron a alguno de sus miembros, con las fotos de sus muertos o desaparecidos integraron un contingente de cerca de 500 personas y se enfilaron por la carretera hacia la Ciudad de México, donde se tenía programada la manifestación en el Zócalo.
El articulista de Proceso, rememora el diálogo que tuvo con Leñero en aquel lejano mes de mayo.
"Te convertiste en tu Bautista, estaba haciendo alusión a mi primer novela. La figura de Juan el Bautista, la novela está narrada explícitamente, ese encaramiento del profeta, de alguna manera el poeta, con el poder, en este caso con Herodes, que le cuesta después el encarcelamiento y la ejecución. Hace esa asociación Vicente".
-Acompáñame...
-No te voy a acompañar hasta el templete...
-No me dejes Vicente, acompáñame. Nada me daría más alegría que subieras conmigo.
-No puedo Javier. Te acompaño, estoy en mi corazón y ahí voy a estar contigo...
"Se descompuso, se disculpó y se salió", recuerda el poeta.
Leñero, dice Sicilia, era un hombre que las multitudes lo intimidaban, "era una mirada que no se involucra con el suceso, siempre privilegió la mirada del reportero, la mira y la narra. Ahí está en la masa y da testimonio de su presencia y de su decir".
Las imágenes captadas por los fotoperiodistas de esta casa editorial, dan cuenta del recorrido que tuvo Leñero del brazo de Sicilia en su andar por el Zócalo.
El Bautista, fue una novela publicada por primera vez en 1991, que narra la historia de Juan el Bautista, el profeta, precursor y primo de Jesucristo, a quien bautizó en el río Jordán. Sicilia, exploró la interioridad del protagonista y los sucesos a los que se enfrentó para llevar a cabo su labor profética y convertirse en uno de los grandes santos de la Iglesia.
Sicilia hace una pausa y recorre su memoria en busca de otro recuerdo: los diálogos sobre la fe que tuvieron.
"Siempre discutimos, porque a mí el evangelio que más me gusta es el de San Juan, un evangelio sumamente teológico y místico. Y a Vicente le gustaba el de Marcos; porque es el que tiene una mirada periodística es el escueto, no hace interpretación, muestra".
De ese encuentro en el Zócalo, Leñero también registraría aquel instante. Apenas recitó unas líneas del diálogo en la edición de septiembre de 2011 en la Revista de la Universidad de México:
"Cuando Estela y yo acudimos a abrazarlo en su caminata de Cuernavaca a México, mientras recibía baños de pueblo rumbo al Zócalo, me atrapó de repente, al paso, y conversé con él durante la marcha por Cinco de Mayo.
—Caminas como por la calzada de Emaús —le dije—. Ahora te has vuelto la imagen de tu Bautista.
—Quisiera volver a lo de antes —replicó—. Yo no estoy hecho para esto.
—Sí, es posible. Acuérdate de Juan Bautista. Él increpaba y bautizaba y movía multitudes hasta que apareció el Nazareno. Entonces el Bautista se hizo a un lado porque había concluido su turno. El Nazareno es esta gente, Javier, tu gente".
Finalmente, Sicilia sentencia sobre los recuerdos y el legado de Leñero:
"Vicente es un gran católico, yo creo que la literatura, no sólo católica, sino espiritual, que viene en sus raíces cristianas, aunque no se expresa confesionalmente sino que utiliza el drama del evangelio para pensar el drama humano, Vicente es fundamental, nadie lo ha hecho como él, es un apartado importantísimo en la literatura y yo creo que en el periodismo. A 10 años de su muerte, tiene muchas cosas que decir todavía don Vicente. Ahí está Los Albañiles, que es una gran joya literaria y de la fe".