CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) salió en defensa de Rosario Piedra Ibarra ante las críticas publicadas en medios de comunicación, derivadas de su reelección al frente del organismo. 

Continuando con su práctica de confrontar a voces críticas de la CNDH, en esta ocasión el área de Comunicación Social del organismo focalizó sus señalamientos contra la columnista del diario El Universal, Sabina Berman, afín a la Cuarta Transformación. 

En su columna de fin de semana, la escritora y directora de teatro, cuestionó la reelección de Piedra Ibarra, por su gestión en el periodo de 2019 a 2024 al frente del organismo, por “la pobreza de resultados” y su defensa al Ejército.  

En un largo posicionamiento, la CNDH acusa de una “violenta campaña de descalificación” tras su reelección, impulsada por “personas autodenominadas periodistas o comunicadores, y desde luego actores partidistas”, a los que se suman “actores y opinadores que se ostentan como de ‘izquierda”.  

A Berman se le acusó de mantener “estrechos vínculos con intereses políticos y económicos de corte conservador, justo con los que ahora se hacen una sola voz para desvirtuar los avances logrados durante la gestión de Rosario Piedra al frente de la CNDH”. 

En el posicionamiento, la CNDH  mencionó “narrativas tan absurdas y con tanta ponzoña”, entre ellas las relacionadas con las versiones de que Piedra fue impuesta por el Ejército  por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, así como “invocar a su señora madre, de hacer mofa de su apellido y hasta de improvisar un falso ‘Comité Eureka’ para descalificarla”, así como que su “único mérito” es ser hermana de un desaparecido y su capacidad para “tapar violaciones a derechos humanos” ocurridos durante la Cuarta Transformación.  

Dando respuesta a Berman y a otros comentaristas de que Piedra Ibarra no defiende a las víctimas, el organismo señaló a la escritora “y a otros opinadores y actores de ese falso progresismo tibio” de querer “ver al Ejército señalado por la CNDH como el mayor violador de los derechos humanos o que se diga, como dicen algunos, que estamos en un militarismo represivo peor que en los dos sexenios anteriores. Sólo que eso no es así”.  

Respondiendo a Berman, la CNDH aprovechó para lanzase contra las organizaciones de la sociedad civil, que han cuestionado su gestión frente al Ejército, acusándolas de neoliberales y tener vínculos con el gobierno de Estados Unidos, replicando el discurso que enarboló el ex presidente López Obrador al referirse a esas organizaciones.  

“No por nada no son las víctimas las que reclaman sino quienes se ostentan como sus ‘voceros’ y ‘representantes’, esa no es tan nueva aristocracia que llaman ‘sociedad civil organizada’ inventada por el neoliberalismo precisamente para suplantar al pueblo, más cercanos a USAID, a la OEA y a los superabogados intermediarios, con interés económicos más que altruistas, dedicados a alargar las defensas de los derechos humanos para mantener vivas las demandas de las víctimas y lucrar con ellas”.  

En su pronunciamiento la CNDH buscó desmentir algunos razonamientos planteados por Berman en su columna, sosteniendo supuestos avances del organismo durante la gestión de Piedra Ibarra, en  comparación con gestiones anteriores. 

En su defensa a Piedra Ibarra, la CNDH respaldó la reforma al poder judicial, que ha generado preocupación entre organismos internacionales de derechos humanos, pero que para la administración de Piedra es “un triunfo del pueblo mexicano y un avance significativo en materia de derechos humanos”.  

En el documento, el organismo rechazó cualquier asomo de violaciones a derechos humanos en México.  

“La insistencia de desacreditar a la maestra Piedra Ibarra refleja una intención más amplia de desacreditar, por un lado, la mejora en materia de derechos humanos que se tiene en el país y, por otra, deslegitimar los avances logrados en la defensa de los derechos humanos durante la presente gestión”, apuntó el organismo.  

Aún más, refirió que los cuestionamientos publicados “buscan distraer de lo verdaderamente importante: que las violaciones graves a derechos humanos han disminuido en México y que el Estado ha comenzado a asumir su rol garante, no perpetrador”.