Educación Superior
A nadie conviene una UNAM convulsa: exrector José Narro
Al gobierno no le gusta la crítica que se realiza en la UNAM y por ello tiende a descalificarla, señala el exrector José Narro, quien --en el contexto de la sucesión del rector y de las críticas que lanza López Obrador-- advierte: a nadie conviene una universidad convulsa ni con una sola ideología.
Ciudad de México (Proceso).-- A nadie le conviene una universidad convulsa, advierte el exrector de la UNAM José Narro Robles, quien es preciso en señalar que la máxima casa de estudios puede ser considerada como un tema de seguridad nacional por las implicaciones internas y externas que conlleva esta institución por la que pasan todos los problemas del país.
En entrevista, en el marco del proceso de selección del próximo rector, de las críticas y cuestionamientos presidenciales y de la tentación de grupos del gobierno de incidir en dicho proceso, se le plantea al doctor Narro los riesgos que puede tener una institución convulsionada y que puede ser considerada como de seguridad nacional.
--Yo creo que tiene la razón, para qué hacer cosas que no terminen conviniéndole a nadie. Cuando una institución de educación superior de orden público, más cuando se trata de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene dificultades y hay inquietudes en exceso, se genera un problema muy serio para todos, para la propia comunidad.
“A nadie le conviene, por eso todos tenemos que ayudar que las cosas se hagan como se hacen y se deben hacer, como dicta el sentido universitario. Yo veo una gran intención de la Junta de Gobierno, lo digo con honestidad, de ampliar todo lo que suceda la auscultación, lo que han estado haciendo es extraordinario".
--¿Por qué a nadie le conviene una universidad convulsa?
--Porque todos pierden, pierden los miembros de la comunidad, se pierden recursos, se pierde capacidad, se lastiman los tejidos universitarios, se generan divisiones, se queda algunos rescoldos ahí que después generan molestias y se incumple con una tarea, se generan riesgos para todos.
“Yo nunca lo había pensado, usted lo dijo, que pueda llegar a ser asunto de seguridad nacional, pero sí, por eso uno tiene que ser cuidadoso, extraordinariamente cuidadoso porque son equilibrios, hay grandes sensibilidades, hay que entender una institución maravillosa, tan diversa, es universidad, unidad en la gran diversidad que tiene y así tiene que ser.
Insiste: “A nadie le conviene una institución de educación superior y menos la UNAM con una sola corriente ideológica, política, de pensamiento, de método de análisis”.
José Narro fue rector de la UNAM del 17 de noviembre de 2007 al 16 de noviembre de 2015, antes fue secretario general de la universidad y le tocó enfrentar los movimientos estudiantiles del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de 1987 y el Consejo General de Huelga (CGH) de 1999. En febrero del 2003, fue director de la Facultad de Medicina y cuatro años más tarde recibió el encargo de encabezar un segundo periodo. El 8 de febrero del 2016 fue designado por el presidente Enrique Peña Nieto como titular de la Secretaría de Salud, en sustitución de Mercedes Juan López
El exsecretario de Salud considera injustificables las críticas y acusaciones de Andrés Manuel López Obrador a la UNAM. Señala que, como todos los gobiernos, el de la 4T también tiene la tentación de influir en el proceso de sucesión del rector. Sin embargo, confía en que ahora habrá de mantenerse al margen y dejar que sea la Junta de Gobierno la que decida con base en mecanismos de auscultación y selección de más de medio siglo.
El próximo mes de octubre se definirá quién será rector de la UNAM en los próximos cuatro años. El proceso de sucesión ya está en marcha y al cual se han inscrito 17 aspirantes, una buena parte funcionarios de la actual rectoría encabezada por Enrique Graue.
La Universidad —destaca el exrector Narro— tiene que ver con el país, con lo que sucede en muchas partes y de los grandes temas nacionales, y este proceso de sucesión en rectoría es distinto a los anteriores.
Una de estas diferencias son los ataques y críticas que ha hecho el presidente López Obrador desde hace dos años proponiendo una sacudida a la UNAM, acusándola de haberse inclinado a la derecha y al neoliberalismo; incluso afirmó que ésta se ha privatizado. Considera que estos ataques son por las críticas que se han hecho a su gobierno.
“No sólo la UNAM, todas las universidades fueron sometidas por el pensamiento neoliberal, todas. Es lamentable que la UNAM se haya derechizado como sucedió en los últimos tiempos (…) Sí se requiere una sacudida y es una gran universidad, pero no estuvieron a la altura de las circunstancias, la crítica al neoliberalismo no surgió de la UNAM”, manifestó López Obrador durante un conferencia “mañanera” en octubre del 2021.
Y acusó a Narro de ser “jefe” del grupo que se ha apropiado de la UNAM.
“Ya el doctor Narro, que es el jefe del grupo dominante desde hace muchos años en la UNAM, está hablando de que se intenta afectar a la autonomía de la UNAM, no puedo hacer ninguna propuesta. Además, no es ese el propósito, soy respetuoso de la autonomía de la UNAM”, dijo López Obrador en su conferencia del 28 de octubre del 2021 en Mérida, Yucatán.
Maltrato “no justificable”
En entrevista Narro destaca la importancia académica, científica, social y política de la UNAM de donde han salido varios presidentes de la República, entre ellos el propio López Obrador.
“Por eso el interés en saber cómo resuelven los universitarios sus procesos que no tengo ninguna duda de calificarlos de democráticos para designar autoridades”, precisa el exsecretario de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Al señalarle las veces que López Obrador ha cuestionado a la UNAM, sobre todo que se derechizo, la decisión de reducir el presupuesto y los reproches a su postura ante los gobiernos del PRI, el doctor Narro las rechaza y destaca la pluralidad como la fortaleza de la universidad.
“Yo no conozco una institución más plural que la UNAM y me ha tocado trabajar en el sector público, en la Secretaría de Salud, en el Instituto Mexicano del Seguro Social y la Secretaría de Gobernación, y de verdad lo digo, no conozco una comunidad tan plural, tan diversa como la UNAM. Me resulta imposible entender que se pueda calificar a la universidad como derechizada. No puedo coincidir con esa perspectiva porque, además, la Universidad ha estado en los últimos 40 años muy atenta a los temas nacionales, a las necesidades del país y ha hecho aportes”.
Reitera: “Es un señalamiento que no le corresponde a la realidad universitaria que se aprecia de tener esa diversidad, esa pluralidad, esa posibilidad de que se genere conocimiento, educación superior de calidad, investigación y difusión de la cultura con una gran apertura para todas las ideologías”.
A pesar de confiar en que López Obrador no meterá las manos en la sucesión de rectoría, acepta que de parte del Ejecutivo ha habido un maltrato a la UNAM como ningún otro presidente lo ha hecho.
“En efecto, yo tampoco tengo en la memoria una reiteración, particularmente en críticas y señalamientos a una institución de esta naturaleza. Yo creo que son menciones, que son no justificables. Porque no obedecen a la realidad, no es así, porque no es que sea una institución —no lo dijo el señor presidente sino algunos de sus colaboradores—, que se ha pretendido privatizar la universidad. Pero en qué cabeza puede caber eso, sin uno de los grandes orgullos es que desde su reapertura como Universidad Nacional de México en 1910, uno de sus grandes orgullos es ser una institución destinada a entender, a conocer, identificar, diagnosticar los grandes temas nacionales y a proponer solución a los mismos para el país”
--¿Por qué estos señalamientos? ¿Cuál es la intención de hacer estos señalamientos de privatización, derechización, de exceso de gastos, de que el rector Graue gastaba mucho en viajes?.
--Yo puedo dar fe, porque conozco al señor rector, es una gente comprometida con la institución, honorable, responsable frente a los temas universitarios. De eso no tengo ninguna duda.
Abunda: “¿Ahora qué ha pasado? Ha pasado también que es una institución que siempre, en todos los momentos, ha sido crítica. Es una comunidad que precisamente, porque su gran propósito es el ver que le pasa a México y como se puede ayudar a este maravilloso país, pues precisamente por eso tenemos críticas y, a veces en los gobiernos, y este no es la excepción, no les gusta la crítica. Entonces, cuando no gusta la crítica pues se tiende a descalificar a quien hace la crítica y en una institución como la Universidad que ha sido extraordinariamente respetuosa, responsable, a parte de lo que hacen sus autoridades”.
Subraya: “Por supuesto que hay cosas que uno tiene que salir a decir y que están pasando en México y que no son convenientes para la marcha del país. Probablemente por ahí tiene que ver las diferencias en las apreciaciones que se tienen del país y por mantener su compromiso con la visión crítica responsable y respetuosa”.
En este sentido el exrector Narro, quien fue aspirante a la candidatura presidencial por el PRI en 2019 por lo cual renunció a la UNAM y posteriormente al partido tras 46 años de militancia por considerar que había una competencia injusta, destaca la importancia de la autonomía universitaria para diseñar programas de estudio e investigación, para administrar sus recursos, pero también para elegir al rector a través de la Junta de Gobierno.
“La universidad ha vivido tiempos delicados hace varias décadas y ha sido por distintas razones. Una cosa que le ha dado gran estabilidad a la Universidad, es encontrar formas para procesar los cambios enormes y pensando en el bien de la institución”.
La tentación de influir
Narro defiende la existencia y la función del Consejo Universitario, de la Junta de Gobierno, el Patronato y de otras instancias como los consejos técnicos y de áreas para tomar decisiones, dirimir sus problemas y la elección del rector.
Señala que desde 1945 la Junta de Gobierno vino a resolver muchas de las enormes diferencias que existían en la UNAM en la primera mitad del siglo XX tanto en lo académico como en lo administrativo, pero sobre todo en la elección de las autoridades.
--¿No tiene cabida esta idea de que toda la comunidad vote por quien será el rector?.
--Yo en lo personal, por supuesto que no estoy convencido de que sea una buena idea. En la UNAM, cuando se vivió esa etapa en los años treinta y la primera mitad de los cuarenta, fue terrible. Cada año había un cambio de director, cada dos años en promedio cambiaba el rector, las instituciones pierden su estabilidad, se requiere continuidad. Entonces yo creo que el método ha probado ser eficiente, efectivo, útil para la universidad, ha resuelto muchos problemas.
“Yo no tengo duda en decir, la Junta de Gobierno juega un papel importantísimo y tiene la sensibilidad para escuchar a la comunidad, para escuchar los argumentos, para escuchar los perfiles que se le presentan, para recoger los nombres de quienes pueden y deben ser considerados para entrevistarlos, conocer sus planes, para discutir entre ellos y tomar la mejor decisión para la institución”.
--¿Ve que grupos del gobierno quieren meter las manos en la elección del rector?.
--En todos los gobiernos, y éste no es la excepción, ha habido universitarios. En éste hay muchos, empezando por el propio presidente, que es egresado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Él ha dicho que va a ser muy cuidadoso, muy respetuoso, muy responsable. Yo claro que deseo que eso se cumpla.
--No hay posibilidad de que metan las manos…
--La decisión es de la Junta y estoy absolutamente convencido de que la va a ejercer porque es su responsabilidad, es la tarea que le toca.
Destaca que parte de la fortaleza del país está en la diversidad nacional, en las raíces del pasado, en la heterogeneidad de las formas de pensar y en la fortaleza de las instituciones, entre ellas la UNAM.
“Una de las instituciones extraordinarias es la UNAM, es heredera de la vetusta, vieja real Universidad de México — primero fue real y luego real y pontificia— que desde septiembre de 1551 tiene como cédula de formación y en enero de 1553 comenzó a funcionar. Ha sido una aventura intelectual, científica, cultural maravillosa. Tiene etapas, fue una universidad que atendía cosas y que empezó a descomponerse cuando dejo de ver el tema de todos, de la mayoría, de las necesidades del país. Por eso tuvo en el siglo XIX que reconfigurarse, por eso tuvo cierres y aperturas. Por eso desde 1910 se vuelve a articular como la Universidad Nacional de México y en 1929 es autónoma. Pronto cumplirá un centenario de vida autónoma. Eso es lo que hay que cuidar”.