Política

Sheinbaum; acarreos, apoyos oficiales… y mentiras

La exjefa de Gobierno de la Ciudad de México concluyó sus giras de acercamiento a la gente como las empezó: con acarreos masivos, respaldo del presidente, del partido y de gobernadores, y entre denuncias por violación de la ley electoral.
lunes, 28 de agosto de 2023 · 04:56

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Con toda la maquinaria electoral aceitada, de la que los acarreos fueron parte, Claudia Sheinbaum Pardo terminó sus giras por el país en busca de la candidatura presidencial de Morena para el 2024.

Fueron 10 semanas de acusaciones de irregularidades en el proceso interno, de estar bajo la sombra del presidente Andrés Manuel López Obrador y con las autoridades electorales pisándole los talones, así como de alardes sobre su paso por el gobierno de la Ciudad de México, lo cual, según pregonó, la puso “arriba en las encuestas desde hace un año”.

En los 72 días que el partido liderado por Mario Delgado dio a los seis aspirantes para darse a conocer en el país, la exjefa de gobierno de la Ciudad de México también dejó ver debilidades: la carencia de un discurso original y sin “sello propio” como prometió, entrevistas a modo y evasión de preguntas incómodas, fallas en la planeación de las giras, agendas “rasuradas” y presunta opacidad en los gastos de sus mítines, de los cuales, de por sí, la ponen como la “corcholata” que más dinero destinó a ellos, con 3 millones 908 mil 231 pesos hasta el martes 22, según los números que entregó al partido.

En sus alrededor de 100 asambleas informativas por las principales ciudades del país y en algunas entidades visitadas hasta tres veces, lo que dominó en su discurso fue la bandera: “Es tiempo de mujeres”, pese que no apoyó la inscripción de otras aspirantes en el proceso, por ejemplo, la expresidenta nacional del partido Yeidkol Polevnsky.

En los momentos de mayor cuestionamiento de sus críticos internos y los opositores por la violación a los puntos fijados por el partido y a las leyes electorales, incluida la presunta participación de la Secretaría del Bienestar del gobierno federal a su favor, también imperó el llamado a “la unidad”.

No obstante, siempre le siguió la repetida alevosía de llamarse “la próxima coordinadora” de la defensa de la Cuarta Transformación y asumir que, tras el resultado de las encuestas, que se dará a conocer el próximo 6 de septiembre, “nadie se va a salir del movimiento”, como aseguró el viernes 25.

De hecho, en el cierre de sus giras, el domingo 27 en Xalapa, Veracruz, lanzó ante unas cinco mil personas: “¡Vamos a regresar como coordinadora nacional de la defensa de la transformación!”.

Estilo AMLO / Foto: Octavio Gómez

Con la misma fórmula de su mentor político tabasqueño, Sheinbaum Pardo le apostó a caminar “con el pueblo, de corazón” y a dejarse tocar y abrazar por las multitudes, aun bajo el riesgo de su propia seguridad –no se salvó de uno que otro jalón o empujón–, de la de los reporteros que cubren sus actividades y de los asistentes a sus eventos masivos.

Para después dejó las reuniones con los poderosos, excepto con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), con cuyos integrantes se reunió el pasado lunes 21, en un encuentro privado y sin declaraciones a la prensa, a diferencia de lo que hizo días después su más cercano competidor, Marcelo Ebrard.

Las asambleas informativas

Sheinbaum aprovechó para sacarle jugo a su posición como la “corcholata favorita” del presidente López Obrador desde el primer minuto de la contienda morenista y luego del 15 de junio pasado, cuando dejó el cargo que juró cumplir ante los capitalinos durante todo el sexenio, pero que abandonó a los 4.5 años.

Es más, aún no comenzaba oficialmente el periodo de giras, cuando el domingo 18 de junio recibió el primero de incontables bastones de mando de grupos indígenas, en un acto masivo en el Parque Ecológico Xochimilco, en la correspondiente alcaldía de la Ciudad de México, una de las que la recibieron con más aplausos, pese a las inconformidades de habitantes de sus pueblos originarios.

Desde entonces la exmandataria local fue recibida con mística: collares de flores y copal, sonidos de caracol en ceremonias prehispánicas y la confianza de “los abuelos” para seguir el camino del tabasqueño hasta Palacio Nacional.

El lunes 19 de junio arrancó sus visitas en los estados. Oaxaca impuso las características que predominaron en las concentraciones durante dos meses y medio: acarreo de miles de personas promovido desde las presidencias municipales y los gobiernos estatales afines, por senadores o diputados simpatizantes.

Con pueblos originarios / Foto: Eduardo Miranda

La escena se repitió en muchas plazas: miles de sillas y vallas metálicas como parte de la logística, entrega de banderas y mantas de apoyo que los organizadores sacaban enrolladas de camiones y, al término de los eventos, se volvían a llevar, como lo tiene documentado Proceso.

Familias numerosas, con bebés, niños, adultos mayores y hasta perros llegaban también en camionetas particulares y hasta patrullas de la policía municipal que se sumaban a los cientos de camiones formados en filas kilométricas que generaban caos vial en las comunidades, como también lo documentaron Proceso y otros medios de comunicación.

Un ejemplo muy evidente ocurrió en Texcoco, el sábado 19 de agosto, cuando el estacionamiento de la sede de la Feria Internacional dejó ver más de 100 autobuses estacionados, tanto de turismo como de transporte público mexiquense y de la capital del país. De ellos bajaron familias enteras que comían tortas envueltas en papel de estraza.

Los autobuses en Texcoco / Foto: Eduardo Miranda 

También el domingo 27, al Velódromo de Xalapa, Veracruz, los “simpatizantes” de Sheinbaum llegaron en camiones desde Oaxaca, Tabasco, Chiapas y distintos municipios veracruzanos. Al bajar los recibieron con tortas y tamales.

Por el contrario, en algunas ciudades, como Tlaxcala, los organizadores tuvieron que plegar miles de sillas porque la gente no llegaba o se iba, harta de esperar a la morenista, que siempre llegaba con más de una hora de retraso. En localidades de gobierno panista, como Querétaro, ni siquiera pusieron sillas y el mitin fue en un jardín pequeño que no se llenó, aunque las fotos aéreas del equipo de la aspirante lograron su cometido.

Las mesas de registro

En todas las asambleas siempre hubo “mesas de registro” de los asistentes, que hacían fila para escribir su nombre, comunidad y su número de teléfono –algunos apoyados por personal que les ayudaba ante su analfabetismo–, para luego recibir mensajes con información de apoyo a Sheinbaum y convocatorias para asistir a sus mítines.

Tras el registro, la gente recibía una etiqueta amarilla con la letra “R” que debía pegarse en un lugar visible y pasaba a los lugares asignados por el equipo de los organizadores. Ahí recibían las banderas que debían agitar a la llegada de Sheinbaum. Ante la pregunta de para qué era ese registro, las respuestas eran múltiples: “solo es de asistencia”, “para recibir apoyos”, “para que nos den dinero”, “para que no nos quiten el apoyo”.

Otra característica de dichas asambleas informativas de Sheinbaum fue la presencia de integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), cuyo coro “¡maestros con Claudia!” siempre destacó y que ella agradecía con un saludo desde el micrófono.

En las entidades donde gobierna Morena, Sheinbaum siempre envió saludos a alcaldes y gobernadores que abiertamente han mostrado apoyo para ella, aunque ésta siempre excusaba: “Aunque partido es partido y gobierno es gobierno, le mandamos un saludo a…”. En sus tres visitas al Estado de México siempre hubo menciones especiales para “la maestra Delfina, quien acaba de hacer historia” y se convertirá en la décima gobernadora en el país el próximo 14 de septiembre.

“Yo hice” y las encuestas

Desde el inicio de sus asambleas, Sheinbaum destacó su trabajo como jefa de gobierno de la Ciudad de México, lo cual, asegura, es uno de los motivos de que esté “arriba en las encuestas desde hace más de un año”.

El miércoles 23 de agosto la empresa Mendoza Blanco y Asociados (Meba) publicó una encuesta en la que la morenista sacaba 49.7% de la preferencia efectiva para ser candidata de la alianza Morena-PT-PVEM, seguida de Marcelo Ebrard, con 22.9%.

En su última asamblea, en Xalapa, también mencionó la encuesta de “un diario español” que la da como la de mayor preferencia. Se refirió a El País, publicación a la que cuando era jefa de gobierno criticó varias ocasiones.

Sin embargo, ese argumento tiene aristas. Para empezar, la morenista asegura que antes de solicitar al Congreso capitalino su separación definitiva del cargo “hizo una encuesta” entre los capitalinos para preguntarles si querían que buscara la candidatura presidencial.

Según sus dichos, 70% de los encuestados le dijo “¡Camina Claudia, camina!” y fue por ello que dejó el cargo. Desde las primeras veces que lo mencionó, la reportera le solicitó conocer detalles de dicha encuesta y aunque la morenista dijo que sí, hasta el término de sus giras no había dado la información.

En sus discursos, Sheinbaum comenzó a destacar las acciones impulsadas en el gobierno capitalino en materia de salud, educación, cultura, seguridad, economía y más. Sin embargo, hacia el cierre de este proceso, cambió el discurso y lo hizo personal: “Cuando era jefa de gobierno, yo hice, yo construí, yo bajé los índices…”.

Peor aún, con los ánimos encendidos entre infaltables porras de “¡pre-si-den-ta!”, hizo afirmaciones falsas. Un ejemplo: el domingo 5, en su gira por Ciudad Obregón, Sonora, presumió: “En la ciudad a todos los damnificados del sismo se les recuperaron sus viviendas”.

Acarreo “autogestivo”

A dos semanas del cierre de las giras, desde el segundo lugar en la mayoría de las encuestas, el excanciller, Marcelo Ebrard acusó a Sheinbaum de aplicar “guerra sucia” en su contra, del uso de recursos de la Secretaría del Bienestar del gobierno federal, dirigida por Ariadna Montiel, a su favor, además de tener acarreo en sus asambleas y encuestas pagadas.

Como lo ha hecho en múltiples ocasiones, Sheinbaum negó las acusaciones y se justificó: “Es autogestivo, o sea, cuando la gente está en un lugar y quiere ir a un evento, pues entre ellos buscan la manera de juntarse para poder venir. Eso es natural, siempre ha habido en el movimiento eso. No es algo nuevo, es autogestivo”.

–¿No ha habido acarreo?

–No ha habido acarreo. No ha habido recursos públicos. Lo niego absolutamente.

Además de la denuncia pública de Ebrard, líderes de la oposición han interpuesto denuncias en órganos electorales contra la morenista y su partido. Por ejemplo, el líder del partido Movimiento Ciudadano (MC) en la Cámara de Diputados, Jorge Álvarez Máynez, la ha denunciado varias veces ante la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE) por presuntos actos anticipados de precampaña y campaña, además del uso indebido de recursos públicos en actos masivos en diferentes entidades.

La denuncia más reciente contra Sheinbaum fue de la alcaldesa de Álvaro Obregón, la panista Lía Limón, que interpuso ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fisel) por el presunto “acarreo de beneficiarios de programas sociales” y el uso de transporte público de la Ciudad de México durante su asamblea informativa del pasado 15 de agosto, en el parque La Bombilla.

Las bardas / Foto: Montserrat López

Las quejas contra la morenista también abarcan las miles de bardas pintadas con su silueta y las frases #EsClaudia y “En la encuesta, Claudia es la respuesta”, así como cientos de anuncios espectaculares en ciudades y carreteras de todo el país, aunque con mayor evidencia en entidades como Guerrero y Estado de México, por mencionar algunos.

Incluso, sus críticos han mencionado la distribución de publicaciones periódicas con títulos como “Transformar México” y “Patriotas” que la ponen en portada –de las cuales Proceso tiene ejemplares–, además de trípticos y volantes que brigadistas de Morena suelen entregar a los asistentes a las asambleas, bajo las puertas de las casas o en plena calle.

Publicaciones 

“Apuntes”, no propuestas

En los 72 días de giras, Sheinbaum Pardo se “cuidó” de una de las medidas impuestas por el INE para este ejercicio interno: no hacer propuestas de gobierno, pues aún no son tiempos electorales.

Según decía, más que hablar, iba a escuchar a la gente. Sin embargo, el sábado 26, en su penúltimo cierre regional de giras, realizado en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México, lanzó unos “apuntes de visión estratégica” para construir lo que llama el “segundo piso de la transformación”, no sin antes aclararle al INE con no eran propuestas.

Se trata de 10 puntos que, en resumen, son: 1) Economía moral y disciplina financiera y fiscal; 2) Inversión pública para el desarrollo regional con bienestar; 3) Garantía y fortalecimiento de los programas sociales y derechos; 4) Garantizar la justicia para los pueblos indígenas; y 5) Aprovechar la posición Estratégica de México con el Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá para atraer inversiones al país y generar empleos y salarios dignos.

Los otros cinco puntos son: 6) Desarrollo científico y tecnológico que promueva la innovación y el apoyo a la ciencias sociales y las artes; 7) Acelerar la transición energética hacia fuentes renovables de energía; 8) Garantizar el derecho al agua y su uso eficiente; 9) Seguir promoviendo soberanía alimentaria; y 10) La paz y la seguridad como fruto de la justicia; así como la libertad y la protección de los derechos humanos, sin represión ni autoritarismo.

Esquivar al INE / Foto: Miguel Dimayuga

Así, Claudia Sheinbaum cierra el periodo de giras por el país en busca de ganar las cinco encuestas –una de Morena y cuatro “espejo”– que el 6 de septiembre definirán a la persona que coordinará los trabajos en defensa de la transformación y que aparecerá en la boleta de la elección presidencial en junio de 2024.

En tono triunfalista, entre integrantes de su equipo, hacia finales de la semana pasada ya se hablaba, aunque bajito, de una “gira de agradecimiento” de Sheinbaum otra vez por todo el país.

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