CHILPANCINGO, Gro. (proceso.com.mx).- Elementos de la Guardia Nacional que circulaban en una patrulla por la calle cerrada de Durango de la colonia Progreso, en Acapulco, atropellaron a unos perros en situación de calle, en lo que pareció una acción intencionada. Uno de ellos fue reportado como grave.

Este hecho fue conocido porque circuló en redes sociales un video del momento justo del atropellamiento y logró un alcance importante.

En este video se observa cómo tres perros se acercaron y ladraron al paso de una camioneta de la Guardia Nacional que iba cargada de elementos. Un par de perros quedó justo enfrente de la patrulla, pero a uno lo alcanzó una de las llantas delanteras en movimiento y después le pasó encima la camioneta, porque el elemento que la conducía nunca detuvo, por evidente que fue el movimiento cuando lo volvió a envestir con la parte trasera.  

Uno de los usuarios en redes sociales que compartió el video es el exdiputado y exregidor de Acapulco, Ramiro Solorio Almazán, quien escribió que el hecho ocurrió el viernes 18 de agosto y, expuso, que los atropellaron “de manera criminal (porque) ni siquiera se detuvieron para prestar auxilio a los perritos”.

También difundió que uno de los caninos está grave y que los habitantes de la colonia pedían ayuda para salvarlo. Debió ser el perro por el que le pasaron encima con la patrulla, porque en una parte del video también se observa que cuando se paró, después de ser arrollado, sus patas traseras no le respondieron.

La presencia de los guardias en Acapulco está asociado al reforzamiento de la seguridad después de hechos violentos sistemáticos, aun cuando este medio documentó en días recientes la salida intempestiva de elementos de esta corporación para ser concentrados en el Campo Militar 1 de la Ciudad de México.

Aun cuando los guardias tengan funciones de seguridad, en el video nunca se observa que la patrulla esté en medio de alguna operación, más bien parece un rondín ordinario, porque la velocidad con que circula la patrulla es moderada.  

El caso ocurre en medio de un movimiento importante en el estado sobre el cuidado y la protección de los animales, porque la ciudadanía que forma parte de asociaciones protectoras de animales ha logrado que el primer caso de maltrato animal fuera judicializado.

El 20 de julio pasado, un juez vinculó a proceso a Francisco “N”, agresor del perro Stich, que murió a causa de los golpes que le propinó por comerse un pan en una panadería ubicada en la colonia Lomas del Poniente, en Chilpancingo.

Stich era un perro en situación de calle; fue golpeado el pasado 28 de abril pasado, y su caso fue público porque sus cuidadoras, unas vecinas de la colonia, denunciaron la agresión y organizaron protestas en la ciudad en reclamo de la protección de animales.

A partir de entonces, en Chilpancingo son exhibidos de manera constante los casos de maltrato contra los animales como una manera de no permitirlos más.