Seguridad
Los Viagras: historia de complicidades
En entrevista, el sacerdote Gregorio López Gerónimo (padre Goyo) desmenuza la historia del grupo delictivo Los Viagra, señalados de haber asesinado al exlíder de autodefensas Hipólito Mora en Michoacán, enfatizando sus estrechos vínculos con los gobiernos federal y estatal.Ciudad de México (Proceso).- Los llaman Los Viagras no por las pastillas azules afrodisiacas sino porque una buena parte de los hermanos Sierra, que fundaron la banda, tienen los cabellos erizos que ni con gel, vaselina y limón se les aplaca. Pero su nombre, más que ironía es sinónimo de terror desde que surgieron en Arcelia, Guerrero, cuando Michoacán era gobernado por Lázaro Cárdenas Batel.
“Siempre han sido pistoleros, matones”, asegura el párroco de Apatzingán, Gregorio López Gerónimo, el padre Goyo, al narrar la historia del grupo encabezado por Nicolás Sierra Santana, El Gordo o El Coruco, junto a sus hermanos Rodolfo, alias La Teresa; Jorge Carlos, La Sopa; y Gabino El Greñas o El Tronado.
La mayoría de las referencias sobre el origen de Los Viagras, incluso las oficiales, los ubican en Apatzingán a partir del surgimiento de las autodefensas en febrero de 2013, pero el padre Goyo señala que son de Arcelia, Guerrero, entraron a Michoacán y al paso del tiempo tomaron fuerza hasta ser utilizados por el comisionado para la paz Alfredo Castillo como el Grupo G200 para terminar con el reinado de los Caballeros Templarios. Ahora es uno de los grupos delictivos más fuertes de Michoacán.
“Los Viagras vienen de Arcelia, Guerrero, ellos son del mismo pueblo de donde vino Carlos Rosales El Tísico, fundador del cártel de Los Zetas cuando en Michoacán gobernaba Lázaro Cárdenas Batel (2002-2008). Los hermanos Sierra desde entonces han sido ejecutores, gatilleros. Nacen como los sicarios del patrón, se los trajo Carlos Rosales, los entrenan unos colombianos y más tarde, cuando se sale El Tísico, se van con él y forman La Familia Michoacana”, señala el párroco en entrevista.
“Cuando se forma La Familia Michoacana –prosigue– ya gobernaba Leonel Godoy, que es compadre de Jesús Méndez García, El Chango Méndez, y entonces Los Viagras se pasan a este cártel como los gatilleros de Jesús Méndez, son sus sicarios.
“De la Familia Michoacana se sale Nazario Moreno, que funda Los Caballeros Templarios bajo el cobijo del gobierno de Fausto Vallejo. Nazario organiza muy bien al grupo y se meten al tejido social con cinco aristas: la política, seguridad pública, la economía, la educación y en la religión. Fue muy inteligente al meterse en el tejido social. Cuando llega Alfredo Castillo a acabar con Los Caballeros Templarios, jala a Los Viagras, que le debían a Servando Gómez La Tuta, y los usa como sus pistoleros”.
Alfredo Castillo llegó en 2014 a Michoacán como comisionado del gobierno de Enrique Peña Nieto para terminar con Los Caballeros Templarios y para ello contrató a Los Viagra.
“Alfredo Castillo jala a los ocho hermanos Sierra, que se cubren muy bien porque se cierran como grupo y no permiten que nadie más los encabece. Además, siempre se han manejado de bajo perfil, no traen carros lujosos ni joyas, buscan pasar desapercibidos como todos los sicarios, para que no los identifiquen. Ellos van por el botín, por lo que puedan arrebatar: caballos de un millón de dólares, tractores, parcelas que arrebatan a las familias de los muertos acusando que les debían dinero…
“Ese el grupo criminal llamados Los Viagras, que fueron empleados por los gobiernos de Peña y de Fausto Vallejo, porque les dieron armas, dinero, credenciales, camionetas, y les permitieron robar. Con Alfredo Castillo formaron el grupo G200 como un grupo de choque, que resulta que cada uno de esos 200 viagras, cuando iban a un poblado, llevaban 10 escoltas, entonces llegaron a ser dos mil”.
El 14 de diciembre Castillo, con la Sedena, desarmó a las autodefensas. Sin embargo, Hipólito Mora denunció en su momento que 290 armas de alto poder que el Ejército les había entregado fueron reportadas “extraviadas”, cuando en realidad se las dejaron a Los Viagras del G200, el cual supuestamente también fue desintegrado en 2014.
“Cuando se va Castillo –retoma su narración el padre Goyo–, Los Viagras se quedan como un verdadero cártel; él es el fundador de Los Viagras, los empodera y los arma. Pero después Silvano Aureoles los utiliza para adueñarse de ranchos como el de Pulido, en Agua Dulce, y el de Torrecillas, de Jesús Ávila”.
Ahora, agrega el sacerdote, “Los Viagras tienen otros grupos que controlan como Los Caballos de Troya o Los Cinco del Pueblo. Son grupos que le pagan una renta a Los Viagras. Cuando llega Alfredo Ramírez Bedolla se forman Los Cárteles Unidos y Guardianes por la Paz, que es el cártel delictivo del gobernador y su operador es Alfredo Ortega Reyes, secretario de Seguridad Pública del estado, pero Los Viagras siguen operando en contacto con el gobierno”.
Los Viagras, dice el párroco de Apatzingán, son los que mataron a Hipólito Mora: “El Gordo –Nicolás Sierra Santana– estaba monitoreando lo que pasaba, fue él quien ordenó la quema de Hipólito, eso está muy claro”.
Ahora, dice finalmente el padre Goyo, Los Viagras ya no son los sicarios de ningún grupo, ya no son los pistoleros de nadie, es uno de los ocho cárteles que pelea el territorio al Cártel Jalisco Nueva Generación.