Día de Muertos
Ofrenda para visibilizar los feminicidios: “En México todos los días son días de muertas”
Por tercer año consecutivo, el colectivo feminista Mujeres Vivas y Libres montó una ofrenda a las mujeres asesinadas, con el objetivo de honrarlas y visibilizar la problemática de la violencia de género.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Este Día de Muertos, a un costado del Monumento a la Revolución, hubo un altar en el que, entre cortinas de cempasúchil, papel picado, velas y calaveritas de azúcar, se distinguieron las fotografías de Diana Velázquez Florencio, Lesvy Berlín Osorio, Fátima Quintana y Regina Martínez, junto a otras mujeres y niñas víctimas de feminicidio en México.
Por tercer año consecutivo, el colectivo feminista Mujeres Vivas y Libres montó una ofrenda a las mujeres asesinadas, con el objetivo de honrarlas y visibilizar la problemática de la violencia de género.
El altar fue diseñado por Guilda Ibarrola. Lo hizo colorido, grande, tradicional y llamativo por la gran cantidad de flores -cempasúchil naranja y rojo- que invitaban a las miradas, para casi inevitablemente encontrarlas con los rostros de las que ya no están, entre ellas Regina Martínez, corresponsal de Proceso en Veracruz, asesinada el 28 de abril de 2012.
En una esquina, una pancarta denunciaba: “En México todos los días son días de muertas”. Le seguían datos obtenidos de “Infobae y Encuestas Nacionales”:
-En 2022 y en lo que va de 2023, se registraron más de mil 400 feminicidios en México.
-Al menos el 70% de las mexicanas han sido víctimas de violencia de género.
-Casi el 40% de esas violencias viene de sus parejas.
-La violencia sexual constituye al menos ? de los tipos de violencia que viven las mujeres en espacios públicos.
En el centro del altar, dos corazones, uno morado, otro verde, se construían con papeles que los visitantes colgaban después de escribir palabras abrazadoras y mensajes al más allá. Pero, sobre todo, nombres de mujeres víctimas de feminicidio: Ingrid Escamilla, Daniela, Julieta, Juliana Samburi, Valentina, Marta, Laura, Quetzalli, “Geraldina Correa, te extrañamos”.
El colectivo Mujeres Vivas y Libres se encargó de tener suficientes papeles para todos los visitantes, los ofreció en una mesa en la que además obsequiaron pañuelos verdes y bolsas con el logotipo de su organización y sus redes sociales.
En otra mesa, una maquillista pintó caras de catrinas, sobre todo niñas y niños que esperaron su turno jugando y corriendo.
Un grupo de mujeres representantes del colectivo relató a Proceso que, para montar la ofrenda, acudieron a los canales oficiales, donde después de explicar sus intenciones y un lento proceso burocrático, les otorgaron un permiso.
También celebraron la oportunidad de recordar y honrar a las mujeres víctimas de violencia: “La idea de poder poner las fotos es honrar a un pequeño grupo de estas mujeres que hemos perdido y poder demostrar hasta dónde llega la violencia que nos aqueja en cualquier estrato social, en cualquier profesión, en cualquier estado, no solo en México, en cualquier país”.
Mientras observaban los corazones de la ofrenda, explicaron que fueron puestos ahí para honrar a aquellas que no aparecen en las fotografías: “Nosotras comenzamos hoy a las 11:30 de la mañana, y como puedes ver ya hay muchos, no hemos hecho el recuento, pero si te puedo decir que lastimosamente se va a llenar. El primer año que hicimos, literalmente, se nos acabaron las veladoras para cada nombre que nos enviaban y nos traían”.
Aunque hubo muchas personas en el Monumento a la Revolución -la concurrencia normal de un Día de Muertos-, y diversas actividades se desarrollaron en la misma explanada, en el espacio dispuesto para la ofrenda de las mujeres víctimas de feminicidio gobernó un ruido discreto, las personas modularon su voz cuando no callaron, observaron y leyeron atentas las consigas que se acomodaron por la decoración:
“Esto es por todas las mujeres a las que no les creyeron”, “Las niñas no se tocan, no se violan, no se matan”, “Por nuestras hijas, nuestras hermanas, nuestras madres y nuestras amigas”.
Entre los visitantes hubo hombres, mujeres, niños, y niñas, de todas las edades que se acercaron a contemplar el montaje.
El colectivo reconoció que uno de los principales objetivos de la ofrenda es que se acerquen los curiosos: “Y poder entonces hablarles de los problemas de violencia, de la campaña y de también cómo pueden educarse más, tener más información y también cómo pueden ayudar ellos a replicar los mensajes para eliminar la violencia contra las mujeres”.
Violencia obstétrica
Contundentes, afirmaron que para ellas la ofrenda representa una oportunidad para pronunciarse a favor del derecho de decidir de las mujeres sobre sus cuerpos y de la maternidad escogida: “Pensamos que la falta de acceso a servicios de aborto, la falta de acceso a que una mujer pueda decidir sobre su propio cuerpo es un tipo de violencia y lo tenemos que erradicar”.
También, dijeron, es momento de recordar a las mujeres víctimas de violencia obstétrica: “Las mujeres que han muerto por violencia obstétrica eran casos evitables, porque estos son casos de salud. Por falta de acceso a servicios de salud, que es un tipo de violencia, las perdimos”.
El pasado 24 de octubre, durante la presentación de la Recomendación 10/2023 de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), la ombudsperson, Nashieli Ramírez, especificó que cuatro de cada 10 mujeres han sido víctimas de violencia obstétrica.
Y señaló como autoridades responsables a la Secretaría de Salud (Sedesa), los Servicios de Salud Pública y la Fiscalía General de Justicia (FGJCDMX) capitalinas.
Las mujeres del colectivo enviaron tres mensajes, uno para todas las mujeres mexicanas: “Sigan luchando para visibilizar las violencias, pero sobre todo para que se elimine, y que sigan luchando por sus derechos, las morras son puro poder y las admiramos muchísimo”.
Otro para aquellas que sufren la violencia en primera persona: “No nos alcanzan las ofrendas, no nos alcanzan los espacios, pero por todas las que ya no están, nosotras estamos aquí, en pie de lucha, queremos eliminar la violencia contra las mujeres”.
Y un último mensaje para las autoridades y el Gobierno de México: “Tienen que seguir el trabajo más expedito, más a tiempo, más rápido, para poder eliminar y atender todos estos casos de violencia”.
“Nadie más se acuerda”
A unos pasos de esa ofrenda, en el Jardín de San Fernando, en la colonia Guerrero, 13 mujeres sexo servidoras que trabajan en el lugar acomodaron una ofrenda para sus compañeras que perdieron la vida mientras trabajaban, para víctimas de transfeminicidios y para quienes han fallecido en situación de calle.
La decoración fue distinta. Este altar se acomodó sobre el piso, donde además del cempasúchil y papel picado, hubo cervezas, cigarros, fruta, veladoras y dulces.
En hojas de papeles colocaron memoriales para “Mamá Azuleica”, “Mamá Ballesteros”, “José Manuel” y “El Piraña”.
Quienes montaron el altar regresaron a su día laboral en cuanto terminaron y pese a que los adornos también llamaron algunas miradas de los curiosos, no hubo mucha gente a su alrededor.
Una de las organizadoras, quien prefirió mantenerse en el anonimato, dijo a Proceso: “Es para recordar, porque nadie más se acuerda”.