CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La sombra de Felipe Calderón, el organigrama de la corrupción en México y el as que la Fiscalía de Estados Unidos pudiera estar guardando en una caja fuerte fueron los temas del primer programa especial de Proceso sobre el juicio contra Genaro García Luna.

Con Jorge Carrasco, director de la revista Proceso, y de Santiago Igartúa Scherer, director de Proceso Digital, J. Jesús Esquivel, corresponsal de la revista en Estados Unidos ofreció detalles de lo vivido en la Sala 8D, que preside el juez Brian Cogan, en la primera semana del juicio contra el exsecretario de Seguridad del gobierno de México en el sexenio de Felipe Calderón.

En su crónica, J. Jesús Esquivel recordó que si bien Felipe Calderón no tiene ninguna acusación en Estados Unidos, durante la primera semana de audiencias se mencionó su nombre, por lo que no descarta que “todo lo que se diga respecto a él, puede ir acumulándose en un nuevo expediente de investigación en los Estados Unidos”.

De hecho, recordó que los fiscales estadunidenses dejaron en claro que habrá testimonios de funcionarios y agentes de la DEA.

Uno de ellos pudiera ser Anthony Plácido, quien fue jefe de operaciones de inteligencia de la DEA cuando García Luna era secretario de Seguridad Pública, y quien se convirtió en el primer alto funcionario de Estados Unidos que señaló abiertamente al funcionario de estar coludido con el Cártel de Sinaloa, recordó Esquivel.

La “fuga” de Calderón a España, en Proceso

Jorge Carrasco adelantó que en la edición de la próxima semana de la revista Proceso, se publicará un reportaje sobre “el entramado que hay detrás de esta protección implícita que se le está dando a Felipe Calderón en España”.

“De manera que mientras uno está literalmente en el banquillo de los acusados, el otro está con una gran protección internacional, de la cual ya conocerán nuestros lectores”, dijo.

El organigrama de corrupción

J. Jesús Esquivel narró que, cuando Sergio Villarreal Barragán “El Grande” daba su testimonio, la fiscal estadunidense Erin Reid colocó una pizarra a la vista del jurado. Luego, en la parte superior puso la fotografía de Genaro García Luna.

“Abajo fue colocando uno a uno a los exfuncionarios de la Secretaría de Seguridad Pública y de la Agencia Federal de Investigaciones, que son los mismos que acompañaron en esos dos sexenios a García Luna”.

“Era Ramón Pequeño García, Luis Cárdenas Palomino, Édgar Millán Gómez, que lo asesinaron, estaban varios comandantes regionales, algunos que mencionaron con el nombre de Eloy y Villegas, que nunca pudo identificar 'El Grande' quiénes eran exactamente, pero las fotografías se encontraban ahí".

Estratégicamente, la fiscal colocó la pizarra de tal forma que los jurados no dejaran de ver las fotografías. Mientras, García Luna no volteaba a ver la pizarra.

El as bajo la caja fuerte para evitar el ridículo internacional

Durante la conversación se recordaron las críticas a los fiscales por no presentar evidencias contra García Luna durante la primera semana de audiencias y limitarse a presentar los testimonios de personajes que se benefician de cooperar con la justicia estadunidense.

“¿Tu qué ves? ¿Se animaría el gobierno de Estados Unidos, la fiscalía, a presentar un caso sin la solidez que pensaríamos requiere un caso como este?”, preguntó Santiago Igartúa Scherer.

Al respecto, J. Jesús Esquivel señaló que, para este caso, se tienen selladas y bajo caja fuerte varios sobres con evidencia que ni el juez Brian Cogan conoce. “Es que ni el juez sabe qué contienen esas evidencias selladas, documentos, no sabemos qué le ha entregado el Departamento de Justicia”.

Al comparar el juicio con una partida de Ajedrez, J. Jesús Esquivel señaló que “los fiscales están empezando a colocar sus piezas sobre el tablero”, y al final podrían hacer una jugada de jaque mate.

Recordó que eso ocurrió en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán, con la presentación de la grabación en la que habla con los hermanos Flores, y que fue presentada por el técnico Cristian Rodríguez, de Colombia. "Fue el final del proceso de Joaquín Guzmán Loera".

“No podríamos decir que no tenga nada, sería el ridículo total del gobierno de Estados Unidos que después de tantos años se les cayera un caso como este”.