TLAXCOAPAN, Hgo. (apro).- Una fuga de hidrocarburo ocasionada por una toma clandestina derivó en la evacuación de habitantes de tres localidades en Tlaxcoapan, Hidalgo, municipio donde –en los límites con Tlahuelilpan– estalló un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) el 18 de enero de 2019, con saldo de 137 muertes.

De acuerdo con el gobierno local, la filtración de metil –un componente que se inflama y arde con facilidad– se debió a un boquete rudimentario para drenar combustible que fue localizado en el kilómetro 298 del ducto Tuxpan-Tula, específicamente en la colonia La Vega, una de las tres desalojadas de emergencia, junto con el fraccionamiento Los Carrizos y la colonia Educación.

La expulsión de crudo y los gases que emanaban, los cuales, de acuerdo con los primeros reportes de seguridad, producían dificultades para respirar, fueron detectados a las 2:00 horas de este viernes. A las 2:50 comenzó el desplazamiento de familias, ante el riesgo de intoxicación o un estallido.

El Foro Cultural de la demarcación, que se encuentra a un costado de la presidencia municipal, fue habilitado como refugio temporal, mientras que cerca del sitio de la toma Seguridad Física de Pemex instaló un puesto de mano, con apoyo de la Guardia Nacional y Protección Civil de Tlaxcoapan.

Al amanecer, la perforación ilícita fue controlada; sin embargo, la nube de gases que emanaron no se habían disipado. Según Protección Civil, lo anterior se dificultó por las condiciones climatológicas.

La madrugada del miércoles, en Tula de Allende –sede de la refinería Miguel Hidalgo, que traslada crudo en el centro del país y municipio aledaño a Tlaxcoapan– se produjo un incendio por la explosión de un vehículo que trasladaba hidrocarburo presuntamente robado.

La unidad, que trasladaba al menos diez contenedores con capacidad de mil litros cada uno, estalló en la comunidad de La Guitarra. Por la conflagración, controlada por personal de bomberos, no hubo lesionados.

El gobernador Julio Menchaca Salazar ha alertado sobre los riesgos a la sociedad civil por la extracción ilegal de combustibles –delito que, asegura, es responsable de violencia generada por organizaciones criminales–, así como el involucramiento de habitantes de poblados por donde pasan ductos.

El Valle del Mezquital, región en la que se ubican Tula y Tlaxcoapan, es en la que se registra más número de picotazos a ductos. En 2022, entre Tlaxcoapan y Tlahuelilpan sumaron 274 boquetes mediante los cuales huachicoleros robaron gasolinas, aditivos y petroquímicos, pero la ruta trazada por los ordeñadores se extiende, en el Valle, hasta Ajacuba, con 440 tomas; Tula, con 330; Atotonilco de Tula, con 315; Atitalaquia, con 262; Chapantongo, con 119; Tepetitlán, con 85, y Tezontepec de Aldama, con seis.

Aunque esta zona árida en el centro de Hidalgo es la que, en conjunto, más robo mediante perforaciones cuantifica, el municipio más ordeñado del estado es Cuautepec de Hinojosa, en el Valle de Tulancingo, en los límites con la Sierra Norte de Puebla.

En ambas regiones, cárteles y sus células regionales se disputan el control del huachicol.