PACHUCA, Hgo. (apro).- Hidalgo cerró el 2022 con 4 mil 935 tomas clandestinas de grupos de huachicoleros en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). A través de ellas robaron 632 mil 912.92 barriles de combustible. Con esta cifra, el estado se mantuvo por quinto año consecutivo como el más ordeñado del país.

Cada barril, con base en la medición de la empresa, equivale a 42 galones o 158.987 litros. Entre los traficantes de crudo, el litro de gasolina se comercia entre los 15 y los 18 pesos, según la región de la entidad. Al precio mínimo en el mercado ilegal, cada galón son dos mil 384.8 pesos.

Al dar a conocer el aseguramiento de 171 mil litros en un operativo entre las autoridades de Hidalgo, el Ejército y la Guardia Nacional en el municipio de Santiago Tulantepec, ubicado en el Valle de Tulancingo, el general de brigada Juan José Gómez Ruiz, comandante de la Décimo Octava Zona Militar, informó que, de acuerdo con las estadísticas que les proporcionó Pemex, son 23 municipios en los que ocurre el robo de hidrocarburo, en los cuales, además, han encontrado la protección a ordeñadores por la base social.

De acuerdo con las cifras de Pemex, en un tercio del territorio estatal y regiones geográficas como los Valles del Mezquital y de Tulancingo, así como la zona metropolitana de Pachuca y la frontera con Querétaro, en la que se encuentran los municipios de Huichapan, Nopala y Tecozautla, son territorios con alta incidencia de extracción ilícita de combustible, y de riesgo por asentamiento de grupos criminales.

El procurador interino Santiago Nieto Castillo añadió que este delito ha generado violencia porque está asociado con otras actividades como el narcomenudeo, el sicariato, la extorsión y el secuestro.

En tanto que el secretario de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna, reconoció que estas organizaciones –que no precisó su alcance y vinculación con cárteles– han contado con protección de mandos de seguridad y ministeriales, además de externar, sin confirmarlo, la posibilidad de que alcaldes y otras figuras políticas estén implicadas.  

En cuanto a tomas clandestinas, Cuautepec de Hinojosa, municipio del Valle de Tulancingo que linda con la sierra norte poblana, fue el que más registró en el año anterior, con mil 133. Le sigue Ajacuba, en el Valle del Mezquital, con 490; Tula de Allende –en la misma región y sede de la refinería Miguel Hidalgo–, con 330, y San Agustín Tlaxiaca, en la zona metropolitana de Pachuca, con 326.

Del Mezquital continúan en válvulas drenadas Atotonilco de Tula, con 315; Singuilucan, con 293, y Atitalaquia, 262. Después, Tepeapulco, en el Altiplano hidalguense, con 254, y Tetepango, con 247; Tlaxcoapan, con 179, Nopala, con 165, también del Valle del Mezquital.

El listado lo completan Epazoyucan (164), Santiago Tulantepec (153), Chapantongo (119), Tlahuelilpan (95), Tepetitlán (85), Pachuca (85), Tlanalapa (61), Tepeji del Río (42), Huichapan (42), Mineral de la Reforma (33), Tepeji del Río (17) y Tezontepec de Aldama (cinco).

El mando militar especificó que el volumen de combustibles, es decir, la cuantificación de los litros robados para medir el daño al patrimonio nacional, no necesariamente es proporcional al número de perforaciones detectadas a las válvulas por las que se traslada el líquido, aunque en algunos municipios coincide que son los que más tomas tienen y también donde más hidrocarburo hurtan los gasotraficantes.  

En este caso, Cuautepec lidera tanto en cantidad de ductos drenados como en volumen sustraído, con 90 mil 154 barriles, seguido de Nopala, con 73 mil 835; Tula, con 72 mil 222; Ajacuba, con 56 mil 356; San Agustín Tlaxiaca, con 51 mil 699, y Atotonilco de Tula, con 44 mil 815.

El mapeo realizado por Pemex muestra entre los polígonos con alta incidencia a Atitalaquia, donde se robaron 40 mil 601 barriles mediante la ordeña en 2022; a Mineral de la Reforma, con 36 mil 106 barriles; Tepeapulco, con 25 mil 912; Chapantongo, con 22 mil 718; Tetepango, con 17 mil 541; Tlahuelilpan, con 13 mil 942; Tlaxcoapan, con 13 mil 443; Singuilucan, con 12 mil 281; Santiago Tulantepec, con 11 mil 457; Pachuca, con 10 mil 809; Huichapan, con 9 mil 450; Epazoyucan, con 5 mil 934; Tlanalapa, con 4 mil 584, y Tezontepec, con mil 512.

Nieto Castillo, encargado de la procuraduría, expuso que durante la administración anterior (Omar Fayad Meneses, septiembre de 2016 a septiembre de 2022) el énfasis en cuanto al robo de hidrocarburo fue contener el sicariato (porque el huachicol es un delito federal); no obstante, aseguró que añadieron el combate al narcomenudeo y la judicialización de carpetas asociadas a delitos del fuero común, pero que pueden involucrar a objetivos prioritarios de la “ordeña”.

Esto, añadió, debe ir acompañado de una política de combate a la corrupción a nivel municipal y estatal –entre ellas las policías y los ministerios públicos–. “Sabemos que existe”, mencionó, y dijo que sólo en su área han separados a dos ministerios públicos y un agente posiblemente implicados con huachicoleros.

El tercer elemento, indicó, debe ser atacar las estructuras financieras de los grupos.

El secretario de Seguridad, Salvador Cruz Neri, agregó que en operativos entre el 4 y 5 de enero en Santiago Tulantepec donde aseguraron los 171 mil 345 litros, detuvieron a 20 personas, entre quienes hay un líder del robo de combustible que era un objetivo prioritario; sin embargo, no proporcionó más información al respecto.

Desde 2018, Hidalgo es el estado más ordeñado del país. Aquel año cerró con 2 mil 121 tomas clandestinas; en esos doce meses, tuvo más que en los 17 años anteriores (mil 86 de 2000 a 2017). En 2019 llegaron a 4 mil 71 (un crecimiento de 92 por ciento); la cifra subió a 4 mil 994 en 2020, al inicio de la pandemia por Covid-19 y, según la estadística que obra en la Gerencia de Estrategia y Sistemas de Seguridad y Monitoreo de Pemex, descendió a 4 mil 461 en 2021. No obstante, en 2022 rozó nuevamente los cinco mil, con 4 mil 935.