ESPECIAL DE INDEPENDENCIA

El Despertador Americano: una historia en seis entregas

El cura Francisco Severo Maldonado y Ocampo, a solicitud de Miguel Hidalgo, editó el periódico insurgente. El también periodista, filósofo, sociólogo, utopista y economista logró sacar seis números; el séptimo fue destruido en el taller de impresión por las fuerzas realistas.
lunes, 20 de septiembre de 2021 · 19:33

En noviembre de 1811, cuando Miguel Hidalgo se estableció en Guadalajara se puso en contacto con el presbítero Francisco Severo Maldonado y Ocampo para encomendarle la edición y dirección del Despertador Americano, el primer órgano de las fuerzas independentistas. El también periodista, filósofo, sociólogo, utopista y economista puso manos a la obra y logró sacar seis números; el séptimo fue destruido en el taller de impresión por las fuerzas realistas.

GUADALAJARA, JAL. (apro).– El cura Francisco Severo Maldonado y Ocampo, a solicitud de Miguel Hidalgo y Costilla, comenzó a editar El Despertador Americano, el primer periódico insurgente de este continente.

Dirigida a los criollos (españoles americanos), la publicación tenía un costo de dos reales –aproximadamente 15 dólares en la actualidad– y su tiraje era de 2 mil ejemplares. Los promotores del periódico seleccionaron ese grupo, pues le daba “fortaleza económica, política” al movimiento.

A pesar de su precio elevado, la edición se agotaba apenas salía a la luz, según el doctor Carlos Fregoso Gennis, experto en historia que ha dedicado al menos 40 años a investigar la vida y obra de Maldonado y Ocampo.

Autor del libro El Despertador Americano: primer periódico insurgente de América, editado por la Universidad de Guadalajara en 2001, Fregoso Gennis sostiene que en noviembre de 1810, una vez establecido en la perla tapatía, Hidalgo mandó llamar a Severo Maldonado.

¿El motivo?: Encomendarle la dirección y edición de un periódico insurgente. El académico expuso que el impreso nunca habló de independencia, sino de la intervención napoleónica en España, mostrando su apoyo al rey depuesto Fernando VII.

Ese era, finalmente, “un pretexto para conseguir la independencia”. Los impulsores del proyecto presentaban el ideario de Hidalgo –abolir la esclavitud y derechos para los indígenas, entre otros puntos–; sin embargo, Maldonado empezó a meter ideas propias que retomó de autores de la Ilustración de Europa y Estados Unidos, de acuerdo con Fregoso.

El periódico se imprimió en el único taller de imprenta, propiedad de José Fructo Romero, ubicado en una finca de la avenida Alcalde 225 –antes Santo Domingo–, conocida popularmente como La Casa de los Perros, hoy habilitada como Museo del Periodismo y las Artes Gráficas.

El 20 de diciembre de 1810 apareció en Guadalajara el primero de los siete números del periódico. El dos y el tres lo hicieron el 27 y 29 de diciembre, respectivamente; el cuatro, cinco y seis, el 3, 10 y 11 de enero de 1811.

El último no alcanzó a salir, pues los realistas entraron al taller y sólo quedaron las impresiones de prueba. Con los ejemplares del Despertador y con parte de la biblioteca de Maldonado, la de Ignacio López Rayón y otros revolucionarios, los realistas hicieron una pira en la plaza, lamentó el académico.

Información y proselitismo insurgente

En su libro, Carlos Fregoso explica que en el primer número de El Despertador Americano aparecieron frases de reproche y proclamas. En el segundo, se analiza una carta que el ministro de guerra inglés, conde de Liverpool, dirige al brigadier general Layard para justificar su injerencia en los intentos independentistas.

El tercer ejemplar, impreso con carácter de extraordinario, se le atribuye al doctor José Ángel de la Sierra, quien era auxiliar de Maldonado. En cada número se hacía proselitismo en favor de la causa insurgente y cumplía una labor informativa al dar a conocer los principales sucesos de la guerra, haciendo hincapié en las victorias alcanzadas.

El cuarto número se dedicó a “los americanos que militan bajo las banderas de los europeos Flon y Calleja”. En sus páginas se incita a los criollos a dejar de pelear al lado de los españoles, ante el riesgo de que América quede en manos de la apóstata Francia y de José Bonaparte.

Félix María Calleja fue considerado uno los principales jefes del virreinato y calificado como el más represivo, mientras que el intendente, Manuel de Flon, era señalado como un “monstruo”. De Flon murió el 17 de enero de 1811 en la contienda del Puente de Calderón, la cual perdió Hidalgo y motivó su huida hacia el norte.

El quinto ejemplar resaltaba que los realistas distorsionaban los acontecimientos y desprestigiaban el movimiento de Hidalgo; el sexto, que se imprimió con carácter de extraordinario, reportó que las fuerzas armadas norteamericanas, en la frontera con Texas, apoyaban a los insurgentes.

El último número, el siete, incluía una protesta por las atrocidades y desmanes cometidos por Calleja y Flon, al reconquistar Guanajuato.

La única colección original completa de El Despertador Americano está en manos del Fondo Toribio Medina, de la Biblioteca Nacional de Chile, la cual es considerada tesoro nacional.

¿Traidor?

Luego de la derrota de Hidalgo en el Puente de Calderón, Severo Maldonado fue puesto a disposición del comandante general de los realistas, José de la Cruz, famoso por sanguinario.

A los pocos días de tener contacto con De la Cruz, el presbítero publicó El Telégrafo de Guadalajara, contrario a todas las ideas de El Despertador Americano.

Maldonado reveló que fue obligado, pero nunca explicó por qué. En sus investigaciones, Fregoso y otros historiadores con los que ha trabajado, concluyen que Rafael Antonio Leandro –el hermano de Severo que se había adherido al movimiento de independencia antes incluso que él– fue capturado cuando traía el armamento de Estados Unidos que enviaba el cura José María Mercado a San Blas, para después distribuirlo en Guadalajara. Rafael Antonio fue encarcelado y condenado a muerte.

Esto provocó que Maldonado negociara su libertad y la de su hermano con De la Cruz a cambio de dirigir y redactar El Telégrafo de Guadalajara, que apareció por primera vez el 27 de mayo de 1811 y estuvo dedicado al virrey de Nueva España.

Rafael Antonio fue indultado; sobre Severo Maldonado no existe tal registro, sólo se sabe que apareció el periódico, subraya Carlos Fregoso.

Tras 85 números, el último ejemplar de El Telégrafo de Guadalajara se dejó de imprimir el 11 de febrero de 1813, para dar paso al Mentor Provisional. De éste sólo aparecieron tres números; luego surgió Mentor de la Nueva Galicia –otro órgano de difusión realista. Alcanzó 27 ediciones y dejó de circular por falta de suscriptores. Todos esos periódicos fueron dirigidos por Severo Maldonado.

Propuestas revolucionarias

Severo Maldonado nació el 7 de noviembre de 1775 en Tepic, actual capital de Nayarit. Sus padres fueron Rafael Maldonado y María Teresa de Ocampo, quien murió cuando Severo era muy pequeño. Fue cura de Ixtlán, Mascota y Jalostotitlán.

Consciente de su inteligencia, Severo era “vanidoso y presumido”. En una reunión en el cabildo de Guadalajara se atrevió a decir que sus integrantes eran como el arca de Noé: “Animales de toda especie”. Al final de su existencia, dijo que México “era un país de orangutanes; el único pensante soy yo”, según el académico Carlos Fregoso.

Por su legado social, Maldonado es considerado periodista, filósofo, sociólogo, utopista y economista. Durante mucho tiempo no fue tomado en cuenta por “estar adelantado a su época”.

Entre las obras rescatadas de ese insigne pensador se encuentra El nuevo pacto social, primer proyecto constitucionalista que existe en el occidente de México. En él expone contenidos desconocidos para su época, como la defensa contra los abusos de autoridad: todo individuo debe estar exento de todo género de violencia, se deben respetar sus bienes, su trabajo y su persona, en la enseñanza superior que se imparta lecciones de derecho militar, de economía y de arte militar, además, la creación de un Banco Nacional.

En El contrato de asociación, para la república de los Estados Unidos del Anáhuac, otro de sus trabajos, establece el ejido, el federalismo en México, gratuidad de la educación –incluía a la mujer–, facilitar la libertad y la migración que están bajo el imperio de los tiranos del nuevo mundo, hacer cooperativas en zonas rurales. El triunfo de la especie humana sobre los Campos Elíseos del Anáhuac es el antecedente del Plan Puebla-Panamá.

Carlos Fregoso espera que las autoridades de Jalisco y Nayarit reconozcan el “tamaño intelectual de este personaje, de grandes dimensiones”, al estar a la estatura de grandes pensadores.

Se desconoce dónde fue sepultado Severo Maldonado.

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