Haití: nueva revuelta electoral
MÉXICO (apro).- Haití vuelve a la rebelión: Miles de personas han tomado las calles de este país caribeño, el primero en levantarse contra Francia en 1806 y conseguir su independencia. Como lo hicieron ya en reiteradas ocasiones, exigen la renuncia del presidente Michel Martelly y la conformación de un gobierno de transición que convoque a elecciones.
El presidente del Consejo Electoral Provisional (CEP) Pierre-Louis Opont, quien renunció el pasado jueves 28, canceló en dos ocasiones las elecciones presidenciales de segunda vuelta: el 27 de diciembre y el 24 de enero. A estas últimas sólo se presentaría el candidato oficialista Jovenel Moise, pues el candidato opositor Jude Celestin (quien quedó en segundo lugar frente al propio Martelly en 2010) calificó la primera vuelta del 25 de octubre como un fraude masivo y decidió no presentarse después.
De acuerdo con un texto publicado por Al Jazeera el viernes 29, titulado ‘Para los Estados Unidos en Haití, el voto negro no importa’, observadores locales denunciaron que más de 900 mil credenciales fueron otorgadas a representantes de partidos políticos, lo cual virtualmente les dejaba votar dos veces. En la elección sólo participó el 26% del electorado.
“No voy a aceptar entregar el poder a los que no quieren ir a elecciones. Después del 7 de febrero, si no se ha llegado a un acuerdo, yo no voy a dejar al país en medio de la incertidumbre”, dijo el presidente Martelly el jueves 28 durante un acto de inauguración de instalaciones comunitarias en Puerto Príncipe.
En su primer mensaje público después de la cancelación de las elecciones, Martelly pidió solidaridad a la Organización de Estados Americanos (OEA), que aprobó el envío de una misión especial de mediación.
El pasado 25 de octubre, Moise alcanzó el 32.76% de los sufragios, frente al 25.29% de Celestin, candidato del partido INITE del expresidente René Préval. La convulsión política data de las elecciones legislativas del 9 de agosto de 2015, pospuestas por cuatro años y realizadas en un clima de violencia y robo de urnas. El partido de Martelly, quien gobernó por decreto durante 2015, obtuvo el triunfo.
Nuevas manifestaciones se llevaron a cabo el viernes 29 y se preveían otras más el domingo 31 con el propósito de insistir en que “el presidente se vaya en febrero y surja un gobierno transitorio”, dice a Apro Tony Jeanthenor, integrante del Comité de Derechos Humanos Veye Yo, organización de la diáspora haitiana en Miami.
“El gobierno arresta, golpea; si protestas, estás en la cárcel”, denuncia Jeanthenor. Y relata que en las protestas del pasado 17 de enero seis estudiantes fueron golpeados, gaseados y después detenidos; uno murió en prisión. “Esto ocurre siempre en mi país”, comenta Jeanthenor.
“Hay grupos a los que les pagan mil gourdes (la moneda de Haití) por apoyar al presidente en las calles”, apunta.
El jueves 28 simpatizantes del partido de Martelly, Haití Tèt Kale (PHTK), también realizaron manifestaciones para pedir la realización de la segunda vuelta.
Terremotos haitianos
El escritor cubano Alejo Carpentier publicó ‘El reino de este mundo’ en 1949, una novela imprescindible de la rebelión, la magia y el delirio del poder en Haití en tiempos de su independencia. En la novela, los gobiernos independientes resultan tan brutales como los gobiernos coloniales: “El Dios de los blancos ordena el crimen. Nuestros dioses nos piden venganza”, escribe Carpentier.
Sólo tres presidentes han sido elegidos democráticamente en este país desde su independencia. La violencia política, la injusticia y la pobreza son crónicas. En el siglo XX, la dictadura de François Duvalier, Papa doc, dejó un saldo de 30 mil opositores asesinados. Su hijo Jean-Claude Duvalier, Baby doc, se convirtió en el jefe de Estado más joven en la historia moderna. Fue depuesto mediante un golpe de estado en 1986 y murió en 2014 sin que haya sido juzgado.
El sacerdote Jean-Bertrand Aristide, primer presidente elegido democráticamente en Haití, vive golpes de Estado en 1991 y en 2004.
Tras un proceso electoral tutelado por la comunidad internacional, en 2006 ganó las elecciones René Préval, el único presidente que ha completado sus periodos presidenciales. Préval entregó el poder voluntariamente en 2011, un año después del terremoto que costó la vida a 250 mil habitantes.
La tragedia del 12 de enero de 2010 volvió a mostrar lo que es la vida política de Haití. Mientras diversos sectores de la población se organizaban en sistemas de gobernanza y ayuda comunitaria, el Parlamento fue disuelto y las elecciones se pospusieron hasta los violentos comicios de 2015.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) intervino en el país caribeño mediante la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH). Algunos de sus miembros enfrentaron acusaciones de abuso sexual en 2012 y de actuar de manera irresponsable durante la epidemia de cólera que dejó 8 mil 500 muertos. En octubre de 2015 el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió que la misión estuviera un año más en Haití.
El Banco Mundial estima que Haití es el país más pobre en el hemisferio occidental y uno de los más pobres del mundo. En su página de internet se lee que el ingreso anual per cápita de la nación es de 250 dólares, menos de una décima parte del promedio latinoamericano. El 80% de los haitianos vive bajo el umbral de la pobreza. La principal causa de esto, dice la página, es la “inestabilidad política, falta de gobernanza y corrupción”.
En el capítulo de Haití del reporte anual de Human Rights Watch (HRW) de 2015 se lee que la violencia de género, el trabajo infantil y el acoso a defensores de los derechos humanos “es crítica”. Destaca además que en el país hay 103 mil 565 personas desplazadas.
HRW también denuncia que el sistema carcelario de Haití se encuentra sobrepoblado por arrestos arbitrarios y detenciones sin juicio. El Comité de Derechos Humanos Veye Yo, calcula que en Haití hay alrededor de 4 mil presos políticos.
La organización de derechos humanos londinense Fair Trials, encargada de llevar procesos de detenidos bajo estándares internacionales, publicó en enero de 2015 un texto titulado ‘Detención y arrestos selectivos de prisioneros políticos en Haití’ en el que confirma: “Desde que el presidente Michel Martelly tomó posesión en 2011, un número creciente de pobres y políticamente activos haitianos son objeto de arrestos arbitrarios y forzados a estar bajo detención sin que se les dicten cargos”.
“Invasión compasiva”
El secretario de Estado John Kerry rechazó la petición hecha por los partidos opositores: crear un gobierno de transición. Durante una breve visita a Puerto Príncipe en octubre de 2015, Kerry dio un espaldarazo a Martelly y junto a él dio una conferencia de prensa en la que dijo: "Quiero ser muy claro. La única manera de tener un cambio de gobierno es a través del proceso electoral (…) Esa es la manera de tener una transición legal y legítima”.
Jeanthenor afirma que “a Estados Unidos, y en particular a Hillary Clinton, le interesa mantener a Martelly en el poder”.
Estados Unidos ocupó militarmente Haití de 1915 a 1934 y tuvo presencia militar de nuevo de 1994 a 1995 durante la crisis que hizo dimitir al militar Raoul Cedras y trajo de vuelta al depuesto Jean-Bertrand Aristide. La revista ‘Time’ calificó el papel del ejército estadunidense después del terremoto de 2010 como una “invasión compasiva” en un texto publicado el 18 de enero de 2010.
En 2015, el Departamento de Estado hizo públicos 35 mil correos electrónicos del servidor de Hillary Clinton como respuesta a una petición de información de aquel año. En varios de estos correos, Clinton habla de la “incompetencia” de las Naciones Unidas: “No hay responsabilidad del sistema de naciones unidas ni del sistema humanitario internacional”. En ese entonces Clinton dio su apoyo a Martelly después de que ganó la presidencia en medio de acusaciones de fraude y con el respaldo de menos del 17% del electorado.
El 20 de marzo de 2015 ‘The Washington Post’ publicó un artículo titulado “El papel del hermano de Hillary Clinton en una mina de oro de Haití hace fruncir el ceño”. Ahí informa que Tony Rodham y la empresa VCS Mining estaban interesados en explotar una mina de oro en Haití y que hicieron los contactos correspondientes mediante la Iniciativa Global Clinton, la fundación de la familia que también opera en Haití.
Sin embargo, las recientes protestas han cambiado el panorama. El autor del texto de Al Jazeera ‘Para Estados Unidos en Haití, el voto negro no importa’, insiste en que Estados Unidos ejerce un veto en las decisiones más importantes del país, pero sufrió una “rara derrota” con las protestas.
Ante una pregunta sobre lo que ocurriría si el presidente no deja el poder en febrero, Jeanthenor responde: “Si no se va, es ilegal. Necesita irse porque las personas presionarán más y más en las calles”.