Adaptación
MÉXICO, D.F. (Proceso).- La escritora Rosa Beltrán publicó hace unas semanas la narración titulada El cuerpo expuesto (Alfaguara. México, 2013. 284 p.). En ella entrelaza dos historias: una acerca de algunos momentos de la vida de Charles Darwin, y otra sobre el trabajo de un biólogo contemporáneo que muestra en un blog los desórdenes que se han dado en el género humano y que, según él, anuncian una involución.
En esta novela Rosa Beltrán sostiene que los cambios culturales y tecnológicos han afectado a los hombres y provocado alteraciones sustanciales, que son estimadas como una regresión. La alimentación excesiva en grasas y harinas ocasiona la obesidad o problemas cardiacos.
A su vez el culto excesivo del cuerpo ha llevado a la anorexia. Así como los cambios en las maneras de vivir, trabajar y divertirse han desencadenado grados de psicosis, neurosis o autismo. El planteamiento es acertado si se parte desde una perspectiva moral, en donde se establece un ideal humano que si cambia en términos negativos hay una degradación; pero es inexacto cuando se aborda desde los supuestos de Darwin.
El biólogo indicó que los cambios que experimentan las especies son el producto de su adaptación a las variables condiciones. Así las mudanzas que observamos en algunos humanos son consecuentes con las modificaciones sucedidas en la sociedad. Por lo que es cuestionable hablar, como lo hace Rosa Beltrán, de retroceso desde la perspectiva de Darwin, quien siempre escribió sobre transformación y no de evolución, que implica ir de menos a más o de lo inferior a lo superior.
Parte de la historia que cuenta Rosa Beltrán en El cuerpo existente es intensa y sorprendente; no así la segunda, acerca del biólogo contemporáneo, que es desacertada por su perspectiva y debido a las oscuras y vacilantes anécdotas.
Novela desigual en la trama pero bien escrita.
Puedes leer un adelanto del libro aquí.