CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Rosario Piedra es, de alguna forma, un símbolo de la lucha de las madres de personas desaparecidas por razones políticas, por su madre Rosario Ibarra, por lo que tiene el respeto y reconocimiento del gobierno, pero a quien le corresponde la designación de la titularidad de la CNDH es del Senado, aclaró la presidenta Claudia Sheinbaum.

“Depende del Senado, es una atribución de ellos (…) tiene todo nuestro reconocimiento y respeto, pero ya la decisión de quién va a ser la presidenta o el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pues le corresponde al Senado de la República”.

Al inicio la mandataria federal recordó una anécdota de cuando fue estudiante del CCH Sur, a los 15 años y acompañó una protesta pacífica de Rosario Ibarra de Piedra, fundadora de una de las primeras organizaciones de madres y familiares de personas desaparecidas.

“Las madres de desaparecidos políticos durante un tiempo hacían una huelga de hambre en la Catedral, previo al informe presidencial como una presión de resistencia civil pacífica para que el entonces presidente, estoy hablando de la época de López Portillo. Es muy claro que eran desaparecidos, ahí sí, con toda la orden desde los más altos niveles del poder de desaparecer a quienes estaban en contra del régimen de entonces”.

Dijo que al ir a esa huelga de hambre, fue “la primera vez que dormí fuera de mi casa por un asunto político, pues tenía que ver con que había estado aquí con ellos en la huelga de hambre. Después, ellas fueron desalojadas, porque venía el informe presidencial; era una época de un Estado represor”.

Luego de ese recuerdo, la presidenta consideró que “Rosario, hija de doña Rosario Ibarra de Piedra, es en muchos sentidos un símbolo de la lucha de las madres de desaparecidos por razones políticas de aquella época”, pero hizo alusión al respeto de la autonomía del Poder Legislativo para tomar las decisiones que le corresponden.

“Rosario es, de alguna manera un símbolo por ser hija de doña Rosario Ibarra de Piedra” y quiere repetir la gestión al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, aunque la anterior fue cuestionada por tomar partido de cuestiones políticas en torno a decisiones del Ejecutivo Federal, antes de hablar de víctimas.