Elecciones en España
Con Núñez Feijóo, la ultraderecha se acerca al poder presidencial en España
Las últimas encuestas sobre la preferencia de voto para las elecciones generales anticipadas de España favorecen al candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo. Aunque se autodefine como moderado, puede ser él quien lleve a Vox a cogobernar el país.Madrid (Proceso).- Alberto Núñez Feijóo se define como un “político previsible” y “un creyente de las cosas públicas”, tras 29 años de carrera política. Como candidato a presidir España en las elecciones generales del 23 de julio, el también presidente del Partido Popular (PP) dice ser un político moderado y pide en sus mítines a los electores que lo beneficien con una mayoría absoluta para gobernar en solitario.
De esta manera pretende, sin demasiado éxito, alejarse en la percepción pública de la extrema derecha de Vox, partido con el que su formación política ya gobierna en ayuntamientos y comunidades autónomas a lo largo y ancho de España.
El equipo de Datos de la Radio y Televisión Española (DatosRTVE) hizo un estudio ponderado del resultado de 28 encuestas publicadas por distintos medios, el lunes 17, último día que la ley permitió publicar sondeos, y coloca a Núñez Feijóo como el cabeza de lista más votada con el 34% de la intención de voto (142 escaños), pero solo podría conseguir la mayoría absoluta (176 escaños) en el Congreso de los Diputados, requisito para formar gobierno, con ayuda de Vox. El escenario es que los 36 escaños que estiman gane el partido ultra, permita sumar 178.
El PSOE se quedaría en 28% (106 escaños, 14 menos que los actuales) y, añadiendo los 33 escaños de la formación política Sumar, de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que se estrena como cabeza de lista, alcanzarían 139 escaños, muy lejos de la mayoría absoluta, incluso con el concurso de partidos catalanes y vascos. Aún así, el presidente Pedro Sánchez cree que habrá una remontada este domingo.
Varias encuestas, sin embargo, prevén que Núñez Feijóo y Vox rocen la mayoría absoluta y que España viva un bloqueo poselectoral.
Todo esto coloca al “moderado” Núñez Feijóo como la persona que podría a la extrema derecha española las puertas del Palacio de la Moncloa, la sede del Ejecutivo español.
Bajo el liderazgo de Núñez Feijóo, el PP ya ha firmado 140 pactos y alianzas con Vox en gobiernos municipales, y gobierna en coalición en las comunidades autónomas (equivalente a estados en México) de Valencia, Extremadura, Baleares, y en Aragón permitió que Vox presida el parlamento comunitario. En febrero de 2022, el PP y Vox alcanzaron un gobierno de coalición, otorgando la vicepresidencia al partido ultra y aplicando medidas regresivas.
A sus 61 años y pese a estos pactos, el político gallego dice que no viene a improvisar, se define como “liberal, apuesta por la libertad y la economía de mercado”, y se dice convencido que “España debe retomar el protagonismo en su relación con América Latina”.
Cree que se debe convencer a los socios europeos de la importancia del acuerdo con Mercosur, donde se deben privilegiar las inversiones y la seguridad jurídica en Iberoamérica. Dice que si gobierna, hablará con presidentes latinoamericanos de su ideología y con los otros también.
México, el país más bonito…
En octubre de 2022, durante un encuentro sin grabadoras con corresponsales extranjeros, mientras saludaba de mano uno a uno, Núñez Feijóo preguntó a este reportero a qué medio representaba. “A Proceso, de México”, se le dijo. Y el político respondió: “El país más bonito del mundo”.
Ocho meses después, el 16 de junio, unas semanas antes del inicio de la campaña, al finalizar un nuevo encuentro colectivo off the record, volvió a preguntarle al autor, en una plática de pasillo, de dónde venía, y tras repetirle que de México, contestó, “Por ahí andan mal las cosas, ¿no?”, en referencia a la polarización en el actual escenario político y preelectoral mexicano.
Más allá de la anécdota, la pregunta es: si este político conservador gobierna España, ¿qué dirección tomarán las relaciones bilaterales con México? El antecedente es que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador protagonizó la peor crisis bilateral con un gobierno español que se suponía más cercano, que es el que formaron la coalición PSOE-Podemos. Pronto se sabrá.
Núñez Feijóo tiene buenos amigos en México. Quizá el más público sea el empresario Olegario Vázquez Raña. En 2017, el entonces presidente de la Xunta de Galicia fue invitado al fortín que el presidente del Grupo Empresarial Ángeles tiene en su pueblo natal, Avión (Ourense, Galicia), para la fiesta por el onomástico de su esposa, María de los Ángeles Aldir, celebración a la que ya son habituales el multimillonario Carlos Slim y el empresario y político Miguel Alemán Velasco.
Pero en su relación con México también se cruzan nubarrones y fracasos. Es el caso del escandaloso rescate de los astilleros gallegos Hijos de J. Barrera por parte de Pemex, operación que se convirtió en un barril sin fondo y terminó mal para México, por la connivencia de los expresidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
El 23 de febrero de 2020, Proceso publicó que, después de la detención en España de Emilio Lozoya Austin, exdirector general de Pemex, en plena campaña para las elecciones en Galicia –comunidad que Núñez Feijóo gobernó 14 años, en cuatro legislaturas–, toda la oposición exigió su comparecencia parlamentaria para que explicara “las relaciones de su gobierno con cargos de Pemex imputados por presunta corrupción”.
El diputado socialista Luis Álvarez acusó al PP de Núñez Feijóo de incumplir sus promesas de campaña de 2012 sobre los planes de trabajo para los astilleros. “Lo que sí pudimos ver fueron las fotos de Feijóo junto a un directivo ahora detenido, acusado de soborno y blanqueo de capitales”, dijo.
Pero la historia venía de lejos. En julio de 2007, durante unas vacaciones en Galicia, la tierra de su familia, Juan Camilo Mouriño, siendo jefe de la Oficina de la Presidencia de Felipe Calderón, se reunió con un grupo de empresarios locales, a quienes prometió inversiones y la posibilidad de hacer negocios en México.
Entre los asistentes estaba José García Costas, en aquel tiempo vicepresidente de los astilleros Hijos de J. Barreras, socio de varias empresas del ramo naval y consejero del Real Celta de Vigo, el club de futbol propiedad de Carlos Mouriño Atanes, el padre de Juan Camilo Mouriño (Proceso 1875).
Tras la muerte de Mouriño en el avionazo del 4 de noviembre de 2008, esas promesas cayeron en el olvido. Pero en septiembre de 2011, con la intermediación de Olegario Vázquez Raña, Núñez Feijóo se entrevistó con Calderón y acordaron establecer “una agenda centrada en sectores clave para la economía gallega”, entre ellos el naval.
Pero fue en la visita oficial del presidente Mariano Rajoy a México, en abril de 2012, a la que se sumó Núñez Feijóo, donde se concretó el rescate de los astilleros Hijos de J. Barreras.
El entonces director de Pemex, Juan José Suárez Coppel, fue el encargado de cerrar el acuerdo a través de la filial PMI Holdings, que presidía José Manuel Carrera Panizzo.
Transmitido en vivo por la televisión pública española, el “acuerdo estratégico” para construir 14 remolcadores con una inversión de 247 millones de euros fue firmado el 25 de mayo de 2012 por Núñez Feijóo y Suárez Coppel.
Los anuncios fueron grandilocuentes: el programa de renovación de la flotilla de Pemex pasaba por armar siete remolcadores en Galicia y otros tantos en México. Los primeros serían dos buques-hotel (floteles) para el apoyo logístico a sus plataformas petrolíferas, con un costo de 300 millones de euros. No obstante, los sobrecostos elevaron el monto a 360 millones.
Se anunció una frustrada inversión para instalar una terminal destinada a mezclar hidrocarburos en Punta Langosteira, Galicia, que se convertiría en una base logística de la petrolera mexicana en Europa, con una inversión de 57 millones de euros.
Los pormenores del acuerdo, sin embargo, se guardaron a cal y canto. En Pemex, ante la opacidad, el Consejo General de la paraestatal cuestionó a Suárez Coppel por otorgar ese contrato sin licitación a pesar de los grandes recursos involucrados. Carrera Panizzo solo envió una “nota informativa” y no una comunicación oficial al Comité de Estrategia de la paraestatal.
Núñez Feijóo alegó que el acuerdo de “confidencialidad” le impedía informar. El entonces secretario general del Partido Socialista Gallego (PSG), Manuel Pachi Vázquez, denunció en entrevista con el corresponsal el uso electoral que Núñez Feijóo hizo del acuerdo con Pemex, y de la ocultación de la información. “Cuando la limosna es tan grande, hasta el santo desconfía”, comentó.
Pronto se destapó la connivencia de los gobiernos de Calderón y Peña Nieto, al rescatar unos astilleros en quiebra, por ayudar al gobierno español de Mariano Rajoy, a pesar de que, paralelamente, Pemex sufrió una campaña política muy dura desde España por pretender tener una mejor posición en la petrolera Repsol, de la que en aquel momento era accionista.
En 2018 el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ordenó una auditoría de la inversión en Galicia, y se descubrió que había sido una inversión ruinosa, que Pemex arrastraba una pérdida superior a los 50 millones de euros.
Con este motivo, Pemex presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República, y la Auditoría Superior de la Federación (ASF) advirtió que se trataba de una inversión “injustificada”, pues no correspondía a una “actividad sustantiva” de la empresa mexicana y registró pérdidas notables.
García Costas ocupó la presidencia de los astilleros cuando se firmó el acuerdo con Pemex, dirigido por Lozoya, y en octubre de 2019 fue destituido por la dirección de Octavio Romero Oropeza tras conocer el resultado de la auditoría.
Romero Oropeza denunció que era tan negativo el acuerdo para Pemex que, pese a ser accionista mayoritaria, la gestión de los astilleros era controlada por los inversionistas minoritarios que encabezaba José García Costas, el que se sentaba en el palco del Real Celta de Vigo con el papá de Mouriño.
“No sólo tomaron las decisiones importantes, sino el control de la empresa”, dijo. Por ejemplo, los minoritarios celebraron cuatro contratos de construcción de buques entre febrero de 2017 y 2018, uno de estos era el crucero de superlujo de The Ritz Carlton, operación en la que Pemex no decidió nada, solo aportó ocho de los 16 millones de euros requeridos como garantía de la operación.
Luego de un tortuoso proceso jurídico y diplomático, en octubre de 2021 la ASF informó que la filial de Pemex recuperó poco más de 100 millones de pesos por la enajenación de la participación accionaria del astillero Hijos de J. Barreras.
El amigo Marcial Dorado
En 2013, el diario El País publicó las fotografías del presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, departiendo en un yate con el contrabandista de tabaco y narcotraficante gallego, Marcial Dorado, quien estuvo condenado a 14 años de prisión por un cargamento de seis toneladas de cocaína.
Estas fotografías han condicionado mucho la vida política de Feijóo, y a la fecha le siguen persiguiendo.
Las fotografías eran de los años noventa, tiempo de sus primeros cargos públicos en Galicia y luego en el gobierno del presidente José María Aznar. Las fotografías acreditan una amistad en momentos de recreo en la cubierta de un yate, alguna al mando del timón, otras de encuentros en las mansiones del narco, fiestas compartidas en Navidad y viajes por Portugal y Andorra, el principado que entonces era propicio para la evasión fiscal.
Feijóo solo ha dicho que fueron “relaciones circunstanciales” y que desconocía las “actividades ilegales” de Dorado, que son popularmente conocidas en Galicia y en toda España. Pero no hubo más explicación. Y este viernes 21 circuló en redes un tuit con un "narcocorrido alusivo a la relación de Núñez Feijóo y Dorado.
En marzo pasado, durante un rudo debate parlamentario, el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, le soltó irónico a Núñez Feijóo: “Cuando yo me subo a un barco, lo primero que hago es comprobar quién es el patrón, y creo que ustedes me entienden”. El comentario indignó a la bancada del PP.
La vicepresidenta Yolanda Díaz, cabeza de la lista de Sumar, sí ha sacado a relucir en campaña la vieja y estrecha amistad de Núñez Feijóo con el capo de la ría de Arousa, Marcial Dorado. La también política gallega retó a Núñez Feijóo a que vaya al debate en la televisión pública –al cual no irá— para que explique “a una generación perdida de jóvenes que murieron por la droga de Dorado, con quien compartía viajes, vacaciones y celebraciones familiares, cuando además él ocupaba la titularidad de la sanidad pública gallega”.