MADRID (apro).– El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aprovechó la moción de censura promovida en su contra por Vox, para alertar sobre los riesgos de regresión política que supondría una alianza entre la derecha del Partido Popular y la ultraderecha de Vox como alternativa real en un futuro electoral, de acuerdo a las encuestas, y aprovechó para defender las medidas del gobierno de la coalición entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos, que encabeza.

Consideró que si el PP quiere llevar a España 10 años atrás, Vox quiere retroceder medio siglo. “Avanzar es mucho más esperanzador que retroceder a una España peor que ya no existe ni volverá a existir”, señaló.

El mandatario español se enfrentó este martes, en la primera de las dos jornadas de la moción de censura –mecanismo constitucional en España para intentar echarlo del gobierno–. En su momento, Sánchez reprochó al candidato alternativo de Vox, el veterano profesor Ramón Tamames, por hacerle el juego a la ultraderecha. “Lamento que contribuya a blanquear a un partido que rechaza la igualdad y niega el cambio climático”.

Vox presentó como candidato a este viejo profesor que contradictoriamente en su juventud fue dirigente del Partido Comunista de España (PCE) y fundador de Izquierda Unida (IU), ahora alineado a las tesis de la ultraderecha de Vox.

Sánchez le reprochó en el Parlamento al histórico dirigente comunista por “blanquear” a los “herederos de Blas Piñar”, quien fuera dirigente de la extinta Fuerza Nueva, una organización ultraconservadora de la Transición Española, que defendía el legado de la dictadura de Francisco Franco. “Sinceramente, no creo que esta haya sido la mejor idea que haya tenido en su vida”, le señaló.

“Vox no es un partido más”, le ha dicho el mandatario. No es lo que en su día fue el PCE o el CDS (Centro Democrático Social, que encabezó Adolfo Suárez). “Quienes impulsan su candidatura son los sucesores de Blas Piñar”, le insistió.

El mandatario calificó de “delirante” la moción de censura, un “show parlamentario” la iniciativa del partido de Santiago Abascal, y de “indecente” la abstención anunciada por el PP, partido que preside Alberto Núñez Feijóo, quien no estuvo presente en el Congreso de los Diputados tratando así de tomar distancia de Vox.

Y es que la segunda moción de censura promovida por Vox –la primera la presentó en plena emergencia por la pandemia del Covid-19– contará exclusivamente con los votos de Vox.

Para los analistas políticos, con esta moción de censura Vox pretende recuperar el foco que ha venido perdiendo en las encuestas de intención de voto, ampliar su espacio político y poner en aprietos al PP, partido al que Abascal ha reprochado que no lo respalde.

Sánchez intentó dirigir sus críticas al Partido Popular, al que reprocha que ya ha hecho una alianza en Castilla y León, donde Vox ha ido imponiendo su discurso de ultraderecha, y porque el mandatario busca colocar a Núñez Feijóo en la posición de los partidos conservadores europeos, en especial Francia y Alemania, que mantienen el denominado “cordón sanitaria” contra la extrema derecha.

Por su parte, Santiago Abascal, de Vox, reprochó las medidas asumidas durante la pandemia, “meses y meses con los derechos y libertades suspendidos inconstitucionalmente”, a raíz de las medidas de permanecer en casa.

Criticó las leyes de libertad sexual (ley del sí es sí) y a Sánchez le dijo que no creía que fuera capaz “de hacer una ley que redujera la pena a casi un millar de violadores y pederastas”.

Con un tono catastrofista también se lanzó contra la ley Trans y le anunció que pedirán cuentas “por cada niño o niña que acabe mutilado tomando decisiones irreversibles”.

Fustigó que se le haya prohibido a los españoles “explotemos nuestros medios naturales. Es una definición de déspota cruel. Han convertido en objeto de enfrentamiento el agua, que se empeñan en echarla al mar en vez de que sirva para mitigar la sed del campo”, una medida que no se corresponde con ninguna iniciativa del gobierno de Sánchez.

“Señor Sánchez, no ha dejado usted a un solo español vivo tranquilo. Pero tampoco se ha olvidado de los muertos. Ese empeño en profanar tumbas con la Ley de Memoria totalitaria que quiere imponer por ley la memoria colectiva de los españoles”, dijo Abascal, en relación a la ley que busca darle respuesta a los familiares de decenas de miles de víctimas de la Guerra Civil (1936-39) y de la dictadura franquista (1939-1975), por la que previamente se exhumaron los restos del dictador Francisco Franco del valle de los Caídos.