MADRID (apro).— El empresario Carlos Slim reivindicó ante el rey Felipe VI el legado que España dejó en lo que hoy es México durante el periodo del virreinato, y confió que “esa asociación” entre ambos países “se vuelva a hacer muy fuerte en el muy corto plazo; vamos a seguirla desarrollando y fortaleciendo”.

El presidente del Grupo Carso también hizo hincapié en que la mejor inversión pública y privada debe ser “combatir la pobreza e incorporar a la población marginada a la educación, salud y al empleo cada vez mejor remunerado”.

Así se pronunció el magnate mexicano al recibir de manos del rey el premio “Enrique V. Iglesias al desarrollo del espacio empresarial iberoamericano”, que otorga el Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), una entidad que conforman 250 presidentes y grandes ejecutivos de empresas iberoamericanas.

El galardón, que se concedió este miércoles en su novena edición a la labor de empresarios que han ayudado al fomento de los vínculos de la comunidad iberoamericana, ha sido otorgado en el pasado a los mexicanos Valentín Díez Morodo y Plácido Arango, a los colombianos Luis Carlos Sarmiento y Jaime Gilinski, y a Ana Botín, presidente del Grupo Santander, entre otros.

Al reivindicar el legado colonial, Slim recordó que su amigo el ya fallecido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez le comentó que en esos tres siglos se construyeron 30 mil edificios, dos a la semana, que sólo en el siglo XVI, después de la conquista, se construyeron 300 conventos, la primera universidad y el primer hospital de América, una iglesia a la semana, escuelas políglotas, y en los primeros 50 años se imprimieron 300 libros.

“Ese es el virreinato, y esperemos que esa asociación entre ambas naciones se vuelva a hacer muy fuerte en el muy corto plazo”, señaló en el Palacio de la Zarzuela, acompañado de su familia, empresarios y amigos, como el expresidente Felipe González.

En un almuerzo posteriormente en el teatro Real, ante decenas de empresarios y altos ejecutivos de las principales empresas españolas y mexicanas asentadas en España, el propietario de Telmex, América Móvil, del grupo constructor español FCC y accionista de The New York Times, se refirió a los nuevos desafíos de la civilización, que debe ser combatir la pobreza e incorporar a más población marginada a mejores condiciones de vida y que formen parte de la economía.

“La pobreza, la marginación y la ignorancia fueron siempre problemas éticos y de justicia social, pero hoy son una necesidad económica, por lo que la mejor inversión publica y privada es combatir la pobreza e incorporar a la población marginada a la educación, salud y al empleo cada vez mejor remunerado”, dijo.

Señaló que esa fue la fórmula utilizada por China que ha incorporado a la clase media a más de 800 millones de ciudadanos que venían de la pobreza en regiones agrícolas.

Vivimos, dijo, en una “civilización de servicios” donde la población económicamente activa (PEA) trabaja en servicios. Por ello, añadió que se debe recuperar a la población de la “marginación, del autoconsumo y de la ignorancia, e incorporarla a la sociedad de manera que fortalezca el mercado interno y la economía”, porque sólo así será una “civilización generosa” y que se sustenta en el “bienestar de la población”.

Y eso sólo incorporando a los más pobres “a la educación, a la capacitación y al empleo”. “Necesitamos una población que pueda ahorrar y consumir para fortalecer al sector económico y de bienestar, al fortalecimiento educativo”.

Nuria Vilanova, quien preside CEAPI, reconoció que la elección de Slim se dio por unanimidad entre el jurado, y resaltó la parte filantrópica del empresario, entre muchas otras, un hospital que ha atendido a miles de personas, su apoyo durante la pandemia para el desarrollo de la vacuna de astra zeneca o los 13 millones de personas que se han pasado por los cursos de formación gratuita que ha apoyado y que les ha permitido incorporarse al mercado de trabajo.