CIUDAD DE MÉXICO. – Sophie Eastwood, de 36 años, una mujer transexual condenada a cadena perpetua desde 2014 por asesinar a Paul Algie, de 22 años, ahora se está asumiendo como un bebé y exige, en prisión, usar pañales y comer papillas, en Escocia, en el Reino Unido.

La joven le dijo al director de la prisión de Polmon, en Falkirk, Escocia, sus exigencias que incluyen que los escoltas la tomen de la mano cuando la lleven afuera de su celda, indicó Daily Record.

Fuentes señalaron al diario que los directivos de la cárcel se están tomando muy en serio sus exigencias e incluso ya le dieron una muñeca.

¿Qué hizo Sophie?

A los 18 años, Sophie se llamaba Daniel y fue encarcelado por conducir “de manera peligrosa”. Un mes antes de ser liberado estranguló a su compañero de celda Paul Algie, con los cordones de sus zapatillas y con “una fuerza considerable y prolongada”.

Debido a la violencia usada en su crimen lo apodaron “Hannibal Lecter junior” y fue encarcelado de por vida y sentenciado a cumplir un mínimo de 15 años en el Tribunal Superior de Glasgow. Lleva más de 17 años tras las rejas.

En 2016, durante una sesión psicológica descubrió que no era un hombre gay y se identificó como mujer transexual y desde entonces se sometió a un tratamiento hormonal. En 2018 fue recluida en unidades para mujeres.

Sin protocolos para infantes

Ahora se siente un bebé y quiere ser tratada como tal, usar pañales, comer alimentos para bebés, pero las cárceles no tienen protocolos para infantes.

“Esta prisionera ha sido difícil y manipuladora a lo largo de los años, razón por la cual todavía está en prisión después de 17 años. Ella decidió que sería trans, de hombre a mujer, lo que se está volviendo más común en las cárceles en estos días”, reconoció una fuente a Daily Record.

“Pero obviamente esto es algo completamente diferente y el Servicio de Prisiones de Escocia no tiene un protocolo para tratar con los presos que deciden que son bebés”, agregó.

Según el diario, la joven es una persona compleja e inteligente, pero se comporta de manera en extremo exigente con los recursos que le provee la prisión y disfruta ser el centro de atención.

“Es difícil saber si realmente siente una inclinación natural a que la traten como a un bebé o si es solo una especie de búsqueda de atención. Las prisiones modernas están muy en sintonía con los derechos humanos y las implicaciones legales que arrojan, por lo que se les está dando la debida consideración”, añadió.

Las autoridades no tienen intención de ponerla en un régimen penitenciario abierto porque, aseguraron, se niega a seguir reglas y no muestra “disposición para vivir en una sociedad normal”. 

¿Y qué dice Sophie?

Según lo que la propia Sophie le dijo al Daily Record, ya habría quedado en libertad condicional si hubiese seguido siendo hombre.

“En enero de 2020 cumplí con todos los criterios estándar para pasar a condiciones menos seguras, excepto ser biológicamente mujer. El servicio penitenciario quería que me hiciera una evaluación psicológica porque no la había tenido desde que comencé a vivir como mujer.

“Después de eso, un agente me dijo que habría aprobado la evaluación si todavía hubiera vivido como un hombre. Sentí que esto era sexista y transfóbico”, señaló.

Respecto a qué la motivo a asesinar a su compañero de celda, confesó que fue “ingenua, inmadura” y pensó que con matar a su compañero de celda pasaría el resto de su vida siendo atendida en un hospital. “Lo siento y me arrepiento todos los días”, declaró.