Ciudad de México (apro).—El gobernador del Banco de México (Banxico), Alejandro Díaz de León aseguró que se mantendrá al frente del organismo central hasta que se concluya su periodo. 

Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó que el actual secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera será el próximo presidente de la Junta de Gobierno del Banxico, Díaz de León señaló:

“Mi compromiso es claro en mi mandato, y terminarlo a cabalidad de la mejor manera posible, estoy acompañado por una Junta de Gobierno de excelencia y estoy seguir que así seguirá y seguirá tomando las decisiones para cumplir cabalmente con el mandato de Banxico”.

Luego de participar en la presentación del reporte de Estabilidad Financiera, el encargado de la política monetaria agregó que “de mi lado y de toda la Junta de Gobierno, yo creo que, la normalidad institucional es el elemento más importante, y esa normalidad institucional implica el cabal cumplimiento de la ley y la ley es muy clara en cuanto a atribuciones y es uno de los pilares de la autonomía (del Banxico)”.

También habló de su relación con Herrera:

“Lo que puedo destacar es que he tenido una relación muy estrecha con el actual secretario en los últimos 3 años, cuando fue designado como subsecretario y después como secretario”.

En cuanto al reporte, sobre Estabilidad Financiera, el Banxico señaló que entre los riesgos de la banca múltiple, destaca el incremento en el riesgo de crédito durante el cuarto trimestre de 2020 y principios de 2021, lo que se explica principalmente por el aumento en las correlaciones de incumplimiento de los créditos iniciado con la pandemia.

Durante dicho periodo, agregó, se observó un aumento en la morosidad del crédito otorgado por la banca múltiple tanto a hogares como a empresas.

Por otra parte, se analizaron cuatro riesgos macros para el sistema financiero:

En primer lugar, las condiciones financieras globales más restrictivas y volátiles por un aumento mayor a lo anticipado de las tasas de interés y de la inflación en algunas economías avanzadas; una recuperación de la economía global con mayor heterogeneidad entre sectores y países en el mediano plazo; debilidad prolongada de la demanda interna; así como reducciones en la calificación crediticia soberana y de Pemex.