Paralímpicos 2024

Esgrimista, modelo e influencer: Bebe Vio, la estrella de los Juegos Paralímpicos

Con solo 27 años, la campeona, especialista en florete, que participará en sus terceros Juegos Paralímpicos, se ha convertido en una figura imprescindible en el mundo del deporte...
martes, 3 de septiembre de 2024 · 21:43

(France24).- A sus 27 años, la italiana Bebe Vio es una de las estrellas de los Juegos Paralímpicos. Ya titulada en Río y Tokio, la esgrimista amputada de cuatro extremidades pretende conservar su corona en París. Artista en los escenarios de esgrima, la campeona también es sensación en las redes sociales e incluso en las pasarelas de moda.

Con un vestido de plumas, Bebe Vio apareció ante los ojos del mundo entero durante la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio. 

La esgrimista italiana participó en el colorido desfile por la pasarela Debilly, junto a otras personalidades como las drag queens Paloma y Nicky Doll, al son del set de la DJ Barbara Butch. Durante la ceremonia inaugural de los Juegos Paralímpicos, Bebe Vio fue nuevamente invitada y esta vez participó en el relevo de la antorcha en la Plaza de la Concordia.

Facebook / Beatrice Vio

Golpeada por meningitis

 

Con solo 27 años, la campeona, especialista en florete, que participará en sus terceros Juegos Paralímpicos, se ha convertido en una figura imprescindible en el mundo del deporte... e incluso más allá. Con más de 1.3 millones de seguidores en Instagram, la esgrimista en silla de ruedas, amputada de cuatro extremidades, es una estrella mundial. Y, sobre todo, un símbolo de resiliencia.

De nombre real Béatrice, la joven comenzó a practicar esgrima a los cinco años, deporte en el que rápidamente se distinguió. Seis años después, su vida dio un vuelco a causa de una meningitis. La enfermedad necrotiza sus cuatro extremidades y la joven atleta escapa de la muerte a costa de que le amputen las piernas y los antebrazos. La meningitis también deja marcas en su rostro. Siguieron varios meses de hospitalización durante los cuales aprendió a vivir de nuevo a través de sesiones de rehabilitación motora y fisioterapia.

En nuestro deporte tenemos que encontrar el coraje para seguir adelante, de lo contrario ya habremos perdido

Para recuperarse de esa terrible experiencia, la joven recurrió a la esgrima en silla de ruedas, convirtiéndose en la primera esgrimista competitiva sin brazos ni piernas. Beatrice Vio utiliza una lámina idéntica a la de las personas sanas gracias a unas prótesis creadas especialmente para ella.

Hoy admite que prefiere la esgrima para discapacitados. “Practiqué esgrima de pie hasta los 11 años. La pista tiene 14 metros de largo: en cuanto tuve valor, ataqué, pero cuando tuve miedo, retrocedí. En silla de ruedas, no podemos, están arreglados y estamos apegados a ellos”, afirmó en una entrevista con el Equipo. "

"En nuestro deporte tenemos que encontrar el coraje para seguir adelante, de lo contrario ya habremos perdido", agregó.

 

"¡Soy una mujer afortunada!"

 

Muy rápidamente encontró el camino de regreso a los podios. En 2016, en Río, ganó su primer título paralímpico. Cinco años después, en Tokio, retuvo su corona, ganando también cuatro títulos mundiales y cinco títulos europeos. 

Gracias a esta trayectoria y a su carrera es conocida fuera de la esgrima. Convertida en una auténtica estrella en Italia, multiplicó los contratos con marcas prestigiosas como Dior y L'Oréal. También apareció en las portadas de Vanity Fair y Rolling Stones, e incluso subió las escaleras del último Festival de Cine de Cannes.

La joven también es una de las figuras del casting del documental “Como fénix: el espíritu paralímpico”, estrenado en Netflix en 2020. 

“¡Soy una mujer afortunada, me va muy bien con mis cuatro pares de piernas, mi madre! Las manos de Robocop y las marcas en mi cara llena de cicatrices, sin ellas ya no me reconocería", resumió en su autobiografía titulada ‘Mi hanno regalato un sogno’ o ‘Me dieron un sueño’.

Consciente de haberse convertido en un ejemplo, también creó con sus padres la fundación Art4sport, para apoyar a los niños amputados con el deporte como terapia, así como la Academia Bebe Vio, cuyo objetivo es promover el deporte paralímpico y hacerlo accesible a todos. 

“Vengo de una época en la que, en el colegio, les decíamos a los niños: 'No te sientes en la silla, sino terminarás igual'. Escondíamos a los discapacitados. Era una deshonra para la familia, así que ya no teníamos que convertirlo en un tabú”, señaló al equipo para explicar su compromiso. 

La doble campeona paralímpica también hace campaña para promover la vacunación contra la meningitis, aunque su médico la consideró entonces demasiado joven para recibir una inyección.

La esgrimista no descarta algún día hacer carrera como directiva en el mundo del deporte: "Me gustaría continuar mis estudios. No quiero ser esa deportista que dice saber hacer otra cosa. Pero al final, quisiera que el COI y el IPC se convirtieran en uno. En 2011, la Federación Italiana de Esgrima fue la primera en el mundo en reunir bajo la misma bandera a personas sanas y discapacitadas".

Embajadora de los deportes para discapacitados, sabe que las cosas han evolucionado positivamente, pero que la lucha continúa. "La discapacidad debe convertirse en una normalidad. París 2024 trabaja en este punto introduciendo el deporte en las escuelas, haciendo comprender a la gente que lo importante es practicar deporte juntos, sea cual sea la discapacidad. Y los niños crecerán con una noción de norma. Antes, los paralímpicos eran percibidos como atletas aficionados, lo que ya no es el caso en París 2024. Los paralímpicos son además atletas olímpicos de pleno derecho", subrayó Bebe Vio a ‘La Gazzetta dello sport’.

A la espera de continuar con sus compromisos, espera conquistar un tercer título Paralímpico en París bajo el arco del Grand Palais. A pesar de un historial ya muy importante, le gustaría vivir otro momento de gloria, el miércoles 4 de septiembre, cuando entre en competencia, aunque admite tener miedo, como escribió en su cuenta de Instagram:

"Estos son mis terceros Juegos y todo el mundo espera grandes cosas de mí, pero no será fácil repetirme", confesó con franqueza. "No puedo imaginar lo que pasaría si sonara el himno italiano. Ya me dan ganas de llorar. Sé muy bien que el pasado no importa (...)  Lo que cuenta es lo que sucede en el Grand Palais. El futuro es mi único horizonte”, destacó.

Este artículo fue adaptado de su versión original en francés

Autor: Stéphanie Trouillard

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