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Omar Quintero, un luchador incansable (Video)
A punto de iniciar la segunda participación de México en un Mundial de basquetbol en los últimos 49 años, el entrenador nacional anhela ganar lo que no pudo como jugador. Esta es la historia de un amante de la lucha libre que soñó con llegar a la NBA.CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Omar Quintero no pudo participar en la Copa Mundial de baloncesto España 2014 porque sufrió un desgarro en el muslo izquierdo. Este año sí estará en la edición 2023, pero lo hará como entrenador de la Selección Mexicana. “Es algo extraordinario, algo que tenía pendiente en mi carrera. Aunque estaré fuera de la duela el sueño es el mismo: ser campeón”, dice.
De la mano del timonel de 41 años, México clasificó a una Copa Mundial de baloncesto por sexta ocasión en su historia. La última vez fue en ese 2014. Antes de su amor por las duelas, Omar Quintero en su natal Nogales, Sonora, tuvo como primera pasión los cuadriláteros, pues su padre era promotor de lucha libre. Cuando niño no se perdió ninguna de las funciones de los fines de semana y los domingos su papá invitaba a diferentes luchadores a comer a su casa. Así conoció en persona a sus ídolos enmascarados: Huracán Ramírez, Mil Máscaras y el Hijo del Santo.
El pequeño Omar quería convertirse en luchador profesional, por eso praticó este deporte desde los tres hasta los nueve años. Se soñaba lanzándose desde la tercera cuerda, aplicando una llave, despojando de su máscara al rival y a la afición celebrando con gritos en la arena. “¡Uno, dos, tres!”, cuenta el árbitro al tiempo que golpea la lona con una mano y la gente corea el nombre del vencedor.
Aunque como todo niño sonorense también jugó beisbol este deporte no lo cautivó. Sus sueños dieron un vuelco cuando vio jugar a su hermano Gustavo con el equipo de basquetbol de la primaria donde estudiaba. En Nogales ésta es la disciplina más practicada y en gran medida obedece a que es una ciudad fronteriza con Estados Unidos. Admiraba a Michael Jordan y sus hazañas con los Toros de Chicago y también al Asesino con cara de bebé, Isiah Thomas, el legendario jugador de los Pistones de Detroit, con quien Jordan guarda una rivalidad que raya en el odio.
A los nueve años de edad, Omar Quintero se integró al equipo del Boulevard El Ensueño, con el que se coronó en la categoría infantil a nivel local y estatal. Pronto se convirtió en el líder de la selección de Nogales y como juvenil obtuvo muchos campeonatos estatales. Como seleccionado del estado Sonora asistió a los nacionales donde se dio a conocer por su talento.
Así se fue olvidando de los cuadriláteros, y las duelas fueron su nuevo hábitat. Quintero tuvo claro que podía debutar más rápido como basquetbolista profesional que como luchador, en donde hubiera tenido que esperar hasta cumplir los 18 años.
Desde el inicio de su carrera, Quintero jugó como point guard, es decir, el base, aquel que se encarga de dirigir y organizar el juego. Es la misma posición que ocupó uno de sus máximos ídolos, Isiah Thomas. Sin saberlo aprendía a liderar dentro de la duela para años después hacerlo fuera de ella.
“Casi siempre en todos los torneos a los que asistíamos terminaba como líder de encestes. A veces mis técnicos querían quitarme un poco de carga en cuanto a la organización y me mandaban a jugar como tirador”, cuenta con una sonrisa que inunda su rostro. Quintero se transforma en un niño ilusionado al recordar que una de sus cualidades sobre la duela es que fue un jugador muy anotador.
Sueños de NBA
Con apenas 15 años, Omar Quintero fue convocado por primera vez a la Selección Mexicana. En aquel combinado se integró a un equipo de jugadores que hoy son considerados leyendas del basquetbol nacional: Jorge León, Enrique “Palmita” González, Florentino “Tino” Chávez, Antonio Reyes, Óscar “El Diablo” Castellanos, Víctor Mariscal y Horacio Llamas, el primer mexicano en jugar en la NBA, con los Soles de Phoenix.
Formó parte de la quinteta mexicana que participó en el Preolímpico de Puerto Rico, en 2003. En aquel combinado nacional se encontraba otro jugador que también llegó a la NBA, Eduardo Nájera; y compartió vestidor con Llamas, Mariscal y Enrique Zúñiga. Rodeado de estrellas, Quintero fue el líder anotador con 169 puntos para un promedio de 21.1 por juego.
Por si fuera poco fue elegido en el equipo ideal del torneo junto a tres jugadores de la NBA: Steve Nash, de los Mavericks de Dallas; Carlos Arroyo, del Jazz de UTAH, Allen Iverson, de los 76ers de Filadelfia y Manu Ginóbili, de los Spurs de San Antonio.
Su desempeño le abrió la posibilidad de jugar en la NBA. En 2004 fue invitado a un campamento en Chicago que se realizó antes del draft de jugadores. Se probó con los Pacers de Indiana y con los Soles de Phoenix. Ese mismo año participó en la liga de verano con los Mavericks, en Long Beach, Florida.
Pero la tragedia siempre inoportuna apareció en su camino. Un esguince en el tobillo derecho detuvo el ascenso deportivo en el que se encontraba. Quedó fuera del torneo y, como consecuencia, se cerraron las puertas de la mejor liga de baloncesto del mundo. “Estábamos jugando contra los Lakers, crucé un rompimiento contra Aleksandar ‘Sasha’ Vujacic, lo pisé y prácticamente mi tobillo tocó la duela. Sería muy trillado decir que debido a esa lesión no llegué a la NBA”, narra. Gracias a la fisioterapia se recuperó de esa lesión y un mes después volvió a jugar.
Otra oportunidad llegó entonces. Recibió una propuesta para jugar en la afamada Liga ACB de España con el equipo Vasconia, hoy renombrado como Saski Baskonia. El sonorense aceptó y se convirtió en el primer mexicano en pisar esas duelas europeas. Después jugó en Italia, Puerto Rico, Venezuela y México. Su carrera en distintos clubes se prolongó durante 20 años y anunció su retiro en 2017. Se fue satisfecho, contento de que su sueño de ser basquetbolista no concluyó por no haber llegado a la NBA.
Durante 17 años vistió la playera de la selección nacional de la que se despidió por primera vez en 2013. Con el equipo mexicano conquistó una medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010 y otra del mismo color en los Panamericanos de Guadalajara 2011. En el Centrobasket de Culiacán 2003 cosechó un bronce.
Omar Quintero se quedó con las ganas de representar a México en un Mundial. El único del que estuvo cerca fue aquel de 2014, pero unos meses atrás, antes del Premundial, estaba jugando con el equipo de Tijuana donde llegó la lesión del cuádriceps izquierdo que lo dejó fuera del proceso.
Con el boleto mundialista en mano, Gustavo Ayón, entonces jugador de los Halcones de Atlanta de la NBA, y el entrenador de la selección en turno, el español Sergio Valdeolmillos, le dijeron que esperarían a que se recuperara para llevarlo al Mundial.
“Fui sincero con el equipo y conmigo, era una lesión que iba para largo y no le quería quitar el lugar a nadie. Decidí hacerme a un lado para que los muchachos que estuvieron en todo el proceso fueran. Supe que tenía que cerrar mi ciclo. Después, ellos me invitaron a los Juegos Centroamericanos de Veracruz 2014 y ahí fue mi despedida definitiva de la selección”.
La transición
Su evolución como entrenador comenzó en 2017, cuando Juan Manuel González, presidente de los Aguacateros de Michoacán, uno de los equipos de la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), le dijo que jugara una última temporada y se convirtiera en entrenador. La Liga necesitaba jóvenes mexicanos en ese puesto.
Quintero tenía 36 años y promediaba 17 puntos por partido. Dice que se sorprendió por el comentario de González, pues nadie le había hablado sobre su retiro ni tampoco había pasado por su mente que podía seguir ligado al baloncesto como algo más que un jugador.
“Un día de repente me llamó por teléfono cuando estábamos a media campaña y me propuso que me convirtiera en el primer asistente. Así me retiré. Seis meses fui entrenador asistente y en 2018 me dieron el equipo”, recuerda. Como entrenador dirigió a los Aguacateros, a los Huracanes de Tampico y a los Libertadores de Querétaro.
La oportunidad para dirigir a la Selección Mexicana llegó en 2021. El presidente de la Asociación Deportiva Mexicana de Basquetbol (Ademeba), Modesto Robledo, lo contactó para decirle que creía que él era la persona indicada para tomar las riendas del conjunto tricolor e iniciar un nuevo proceso. Omar Quintero conocía a Robledo de años atrás, cuando éste era el presidente del equipo Correcaminos de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en Ciudad Victoria, con el que debutó en la LNBP. Quintero aceptó de inmediato el puesto y también fue nombrado director de todas las categorías de las selecciones nacionales, varoniles y femeniles.
El primer jugador al que convocó fue Gustavo Ayón. Le marcó por teléfono y le explicó que necesitaba de su experiencia para poder iniciar este camino. “Sabía que ya estaba retirado de la selección, pero le dije que necesitaba de su ayuda para que esto comenzara bien y su apoyo terminó siendo fundamental”.
A Ayón se sumaron Gabriel Girón, Orlando Méndez, Francisco Cruz, Daniel Amigo, Paul Stoll y otro jugador que también pasó por la NBA, Jorge Gutiérrez. Tenía claro que de igual manera le daría la oportunidad de integrarse a jugadores más jóvenes, tal y como él la recibió tiempo atrás. “Actualmente, el promedio de edad de la selección es de 32 años, es decir, hay juventud y experiencia. El cambio generacional era medular y obligatorio”, explica.
Ratificado hasta 2027
En el balance de su gestión al frente de México, Quintero consiguió el quinto lugar en la FIBA AmeriCup 2022, la clasificación a los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador donde México ganó la medalla de plata.
El resultado más importante es sin duda la obtención del boleto para la Copa Mundial que tendrá lugar en Indonesia, Japón y Filipinas que iniciará este viernes 25 de agosto.
Será la segunda ocasión en 49 años que la Selección Mexicana participará en un Mundial. La primera vez que México calificó a esta competencia fue en Chile 1959, donde obtuvo el lugar 13. Después estuvo en Brasil 1963 (9), Uruguay 1967 (8), Puerto Rico 1974 (9) y España 2014 (14).
Durante el clasificatorio, México ganó ocho de los 12 partidos disputados. El equipo de Quintero venció a Estados Unidos, selección que ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de la FIBA y es el número uno en la zona de Las Américas. También venció a Brasil, lugar 13 del mundo y tercera en el continente americano. Gracias a estos resultados, la Ademeba le extendió su contrato como entrenador nacional hasta 2027.
Además, con la victoria 97-88 que consiguió ante Estados Unidos el 29 de noviembre de 2021, Quintero se convirtió en el primer mexicano que vence al combinado estadunidense como jugador y como entrenador. Como jugador, el nogalense logró el primer triunfo contra la selección de ese país en octubre de 2011, en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, con marcador de 71-55.
“Esto significa mucho para mí porque es el reflejo de cuánto he trabajo a lo largo de mi carrera. Y quiero que sea uno de muchos logros”.
En la Copa Mundial, México enfrentará como rivales en el grupo D a Montenegro el 25 de agosto a las 2.45 de la mañana, Tiempo del Centro; a Lituania el 27 a las 6.30 am y a Egipto el 29 a las 2.45.
Como preparación para la Copa Mundial, la selección disputó siete juegos contra Colombia (dos veces), Argentina (dos veces), Angola, Portugal y Jordania. Éste último fue el único equipo que los venció.
“Nuestros jugadores se crecen en buenos escenarios contra los grandes. El objetivo que tenemos en la Copa Mundial es ganar la mayor cantidad de juegos posibles. Podemos ser el caballo negro porque somos un equipo peligroso”, declaró Omar Quintero para el diario AS México.
El equipo está integrado por Paul Stoll, Jorge Gutiérrez, Moisés Andriassi, Francisco Cruz, Orlando Méndez, Gabriel Girón, Gael Bonilla, Fabián Jaimes, Jorge Camacho, Israel Gutiérrez, Joshua Ibarra, Daniel Amigo.