CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tras un polémico arbitraje del inglés Anthony Taylor en la final de la UEFA Europa League, Sevilla empató 1-1 en el tiempo regular contra la Roma y se impuso 4-1 en penaltis para levantar su séptimo título en este certamen.

Los dirigidos por José Mourinho (Roma) se instalaron en esta instancia tras vencer por un marcador global de 1-0 al Bayer Leverkusen en semifinales, mientras que los comandados por José Luis Mendilibar (Sevilla) se impusieron 3-2 a la Juventus.

El escenario que recibió la gran final de la UEFA Europa League fue el Estadio Puskás Arena, en Budapest. Al minuto 11 los romanos tuvieron la primera oportunidad de peligro cuando Leonardo Spinazzola pisó el área rival y de derecha soltó un disparo tras recibir un centro raso por parte de Zeki Çelik, sin embargo el cancerbero marroquí Yassine Bounou lo atajó.

Al minuto 34 cayó el primer gol de la noche. Bryan Cristante le robó el balón a Ivan Rakitic, el esférico quedó a merced del central Gianluca Mancini, quien mandó un pase filtrado a Paulo Dybala, el argentino aprovechó su recepción dirigida para quedar ante el arco sevillano y de zurda envió a las redes su disparo.

Durante el tiempo de compensación, en el minuto 45+5, el croata Rakitic disparó de larga distancia, pero para su mala fortuna el zurdazo pegó en el poste de la Roma. El primer tiempo concluyó 1-0.

Durante el complemento, los sevillanos se volcaron hacia el frente y consiguieron el empate al minuto 54, cuando Jesús Navas envió un centro que terminó rebotando en el muslo de Mancini.

El ritmo del partido lo controló por completo el Sevilla, aunque la Roma generó llegadas de peligro a través de jugadas a balón parado. Al minuto 66, Roger Ibañez tiró por la borda una oportunidad de tener la ventaja para su equipo.

Al minuto 74, Anthony Taylor, el juez central, marcó penalti a favor del Sevilla por una supuesta falta de Ibañez a Lucas Ocampo. Sin embargo, tras revisar el VAR anuló la marcación.

A 10 minutos del final del tiempo reglamentario la polémica pisó con fuerza en Budapest, pues el árbitro no marcó una mano clara cometida por Fernando Pivote tras un centro de Nemanja Matic. A pesar de los reclamos de los futbolistas romanos y de Mourinho, el árbitro ni siquiera se acercó al VAR para revisar la jugada.

Dos minutos después de la polémica, la Roma tuvo una ocasión más para marcar. Lorenzo Pellegrini sirvió un balón tras un tiro libre, asistió a Andrea Belotti, quien alcanzó a conectar la esférica, pero Bounou lo desvió con la punta de los dedos.

El tiempo regular no fue suficiente para el desempate ni tampoco los tiempos extra, por lo que los tiros desde la pena máxima fueron inevitables. En la tanta de penaltis quedó 4-1 a favor del Sevilla y levantaron su séptima Europa League.