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Alejandra Márquez y su serie “La liberación”, una reflexión sobre el mundo post #MeToo
“Es una historia de televisión muy traviesa, muy mal portada, muy juguetona, muy lista, muy educada, muy informada y además muy pop”, dijo la cineasta mexicana Alejandra Márquez Abella.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Johanna Murillo, Dolores Heredia, Ofelia Medina y Diego Boneta son los protagonistas de la serie de siete episodios “La liberación”, dirigida por la cineasta mexicana Alejandra Márquez Abella, quien expresa en entrevista que la finalidad es “avivar el fuego de la conversación feminista que yo creo que siempre necesita de nuevas entradas, nuevos elementos, nuevos leños…”.
La historia -que se puede ver en la plataforma Prime Video (que abarca más de 240 países)- trata de tres mujeres que se unen para evitar que se haga público un señalamiento de acoso sexual contra un renombrado director de cine, en un entorno impregnado de humor negro y elementos fantásticos.
Márquez Abella, también realizadora de las películas “El norte sobre el vacío” y “A millones de kilómetros”, señala que deseaba crear para la pantalla “la conversación que estaba teniendo con mis amigas que no veía reflejadas en ningún lado, ni en la televisión o en una película, aunque llevamos un buen rato viendo solamente a las mujeres como víctimas en los relatos audiovisuales, que está muy bien, porque somos y hemos sido víctimas de muchas cosas, pero también tenía ganas de traer aquí una nueva visión para justamente eso, provocar nuevas conversaciones”.
-“La liberación” habla no sólo del acoso sexual, también de las desigualdades de género, la búsqueda de la identidad, en fin.
-Si, además, incluimos el nuevo poder que trajo el movimiento Me Too (iniciado hacia el 2006 y popularizado en México en 2019) y la posibilidad de señalar o denunciar los acosos, los abusos y el rebalance del poder después de eso, y para mí la reflexión importante es que las mujeres somos capaces de errar, corrompernos, ser villanas, no ser puras, santas y buenas, y más allá de esto ‘La liberación’ es una serie que habla de cómo un grupo de mujeres que persigue una misión bastante deleznable terminan sanando sus heridas precisamente por estar en comunidad y estar juntas.
La realizadora manifiesta que las mujeres “somos muy buenas haciendo comunidad y el episodio dos, justo habla de que a veces en este sistema no hay oxígeno más que para una, no hay oxígeno en los niveles altos en los corporativos, no hay oxígeno en los espacios en donde solamente una puede entrar”. Continúa:
“Es una consecuencia más de la mirada masculina y del sistema patriarcal. Creo que el Me Too llegó y cambió las cosas y redistribuyó la forma en la que tenemos poder en mi industria, por lo menos. Tienes razón que podría haber tenido consecuencias más contundentes y siento que eso tiene que ver con la impunidad que impera en este país y con la incapacidad de encontrarnos en espacios que tengan acceso a la justicia y la libertad, que es una condición latinoamericana”.
-¿Qué obstáculos enfrentó con esta serie?
-Lo más retador, creo, fue hacer un contenido que fuera profundamente feminista, pero que no fuera aleccionador y que no fuera revictimizador. El manejo que hice en conjunto con mis compañeras actrices y mis compañeros actores, mi editora, el equipo que diseñó y de sonido y la música, etcétera, es la mezcla entre comedia, drama, farsa y melodrama. El ir y venir de esas áreas tonales fue un reto sin duda.
Narra que las locaciones son la Ciudad de México y en los Estudios Churubusco se construyeron los sets medievales, “un bosque y una aldea medieval que están inspirados en la obra pictórica de Giotto y otros artistas del medievo”, específica.
Respecto al elenco, platica:
“Deseábamos incluir un grupo actoral muy diverso. Me acuerdo que decía muchas veces que todas y todos cabemos en ‘La liberación’. Quería que hubiera en la serie la inclusión y la diversidad”.
Manifiesta:
“Mi formación es cinematográfica y con la serie funcionó como si fuera una película grande, de seis horas y media, que obviamente debes dedicarle mucho menos tiempo del que normalmente posees en el cine y entonces todos los procesos deben ocurrir más rápido y eso requiere de una agilidad mental y física, lo cual fue un reto, pero estoy contenta de haber experimentado”.
Y así define “La liberación”:
“Es una historia de televisión muy traviesa, muy mal portada, muy juguetona, muy lista, muy educada, muy informada y además muy pop”.