Mariachi de Tolimán

Mariachi de Tolimán y músicos colombianos unen huapango con joropo en vínculo cultural

“Canapiare”, representante del joropo y los llanos colombianos, grabó canciones con Marián Ángeles, joven mariachi radicada en el semidesierto de Querétaro.
martes, 18 de noviembre de 2025 · 18:01

QUERÉTARO, Qro. (apro).- Tolimán, municipio del semidesierto de Querétaro donde la música huasteca forma parte de la cultura regional, ha generado un vínculo poco común: la unión del huapango mexicano con el joropo colombiano.  

Desde este lugar de memorias, la joven mariachi Marián Ángeles inició una colaboración artística con la agrupación colombiana “Canapiare”, integrada por Jaisson Rozo (voz), Johan Galán (cuatro, instrumento de cuerdas), Fernando Barrera (bajo) y Ricardo Cotrina, a quien sus compañeros del grupo llaman “el maestro del arpa”.  

El encuentro nació con el deseo mutuo de “empezar a fusionar nuestra música”, recuerda Rozo, quien describe el vínculo como un diálogo natural entre dos identidades regionales. Pese a los 3 mil 685 kilómetros de distancia que separan el semidesierto queretano de los llanos colombianos, el vínculo se fortaleció en noviembre de 2025: “Canapiare” está en el programa del Festival del “Día del Huapanguero” en Tolimán.  

La historia que los reúne comenzó cuando un amigo en común -colombiano avecindado en México y dedicado por años a la música tradicional mexicana- se convirtió en un puente y abrió la posibilidad de colaborar. Desde entonces, explica Rozo, pensaron que “podríamos funcionar en este tipo de colaboración, aprendiendo un poco uno del otro”. 

Aunque la música llanera, es parte perteneciente de los llanos de Colombia y que comparte con Venezuela, y el huapango nace de la región huasteca mexicana, los integrantes de “Canapiare” encontraron coincidencias inesperadas.  

“A donde quiera que voy, llevo conmigo a la música huasteca” 

Durante las primeras conversaciones con Marián, surgió la inquietud de explorar esas similitudes y de convertirlas en una nueva propuesta musical combinada, pese a lo que ellos mismos describen como la distancia geográfica y cultural entre ambos géneros.  

La colaboración tomó forma durante el viaje que Marián realizó a Colombia en julio, donde grabaron una canción en el estudio de Julián Crosby y que será publicada en plataformas digitales -Spotify, iTunes, YouTube-. La canción fue escrita por Nilson Aguirre, uno de los compositores más reconocidos de la música llanera.  

“Le comentamos la historia, cómo nos conocimos… él ha hecho justamente una historia muy bonita dentro de lo que es la canción”, adelantó Rozo.   

Marián, egresada de la UAQ y maestra en el plantel del COBAQ de Tolimán, expresó: “a donde quiera que voy, llevo a la música huasteca conmigo. Porque si bien yo me dedico al mariachi, la música huasteca también es algo con lo que he crecido (…)”.  

“Llegar a Colombia, compartir con Jasson, los muchachos, con todo Canapiare acerca de este género, pues nos dimos cuenta que la música huasteca y la música llanera  tenían muchas similitudes, sobre todo en cuanto al ritmo, en cuanto a los tiempos que se van trabajando”. 

En palabras de la joven mariachi, su estancia en Colombia durante julio para conocer la zona de los llanos y la música regional “fue como encontrar ese rinconcito ahí muy cálido. Es muy bonito y las personas son muy amables, todos. Es una preciosura de personas allá en Colombia”. 

“Río majestuoso” de Colombia fue escenario de grabación 

“El huapango y la música llanera son músicas que no han sobresalido tanto ni en el mundial y mantienen su autenticidad y todo lo que es la cultura tradicional de cada pueblo. Fusionar estas dos, justamente, hace parte de enriquecer unas culturas que siguen intactas, más que la ranchera y el vallenato, que siguen siendo más universales”, consideró Jasson, quien lleva la voz y la batuta de las palabras en “Canapiare”. 

La producción audiovisual también se grabó en los Llanos Orientales, en un poblado llamado Cabuyaro a orillas del río Meta, “un río majestuoso” donde la sabana colombiana se abre en miles de hectáreas.  

Esa geografía, explica Galán, aparece en el video como una forma de mostrar “la tierra de nosotros”. Y ésta contribución se completó en México, donde la agrupación grabó escenas en Tolimán para que el videoclip muestre ambas regiones, durante la visita que han hecho en noviembre los músicos de Colombia.  

Músicos de “Canapiare” han tocado en cinco países de Asia 

Además de este proyecto, los músicos de “Canapiare” suman una trayectoria que los ha llevado por escenarios de México y otros países.  

En territorio mexicano han participado en el Festival de Arpas de Coatepec, Veracruz, en el Zócalo del puerto, en el Museo de la Música en Xalapa, y recientemente en un encuentro internacional en Guadalajara, donde se presentaron en el Teatro José Luis Martínez Bodet y afuera de la Catedral.  

Su experiencia es igualmente internacional: Galán ha llevado la música llanera a Estados Unidos, Panamá, Venezuela, Argentina, Ecuador y Malasia; Cotrina se ha presentado como solista en el Palacio de Emiratos Árabes, en India (Nueva Delhi), Omán y Turquía. 

“Sueño cumplido” tocar música llanera en Tolimán, resaltan 

El sábado 15 de noviembre, la agrupación debutó en Tolimán durante el tradicional Festival del Día del Huapanguero, donde interpretaron por primera vez ante público mexicano su repertorio llanero, además de la colaboración con Marián Ángeles.  

Para Canapiare es “un sueño cumplido”, pues se convirtió en el primer grupo colombiano de música llanera en el encuentro dedicado a los tríos huastecos. 

La conversación entre los músicos dejó claro que, aunque separados por 3 mil 685 kilómetros entre sí, y más de 200 de las capitales: Cabuyaro está a 275 kilómetros de Bogotá y Tolimán se ubica a 254 kilómetros de la Ciudad de México, ambos países se reconocen por su cultura popular.  

Rozo lo explica con humor: “Hemos encontrado cosas que nos unen, no solo como latinoamericanos, sino también como que Colombia y México específicamente comparten mucha afinidad… así como ustedes ven ‘Betty la fea’, nosotros vimos ‘El Chavo’”.   

Para Marián, este intercambio musical también ha significado reconocerse entre territorios: aunque su formación principal es el mariachi, también la huasteca es parte de su identidad.  

Por eso, llegar por primera vez a Colombia fue “como encontrar un rinconcito de México allá”, un espacio donde la calidez de la gente le recordó la entrada a la Sierra Gorda.  

Resume el espíritu de este encuentro y entre palabras mencionó: “vivo enamorada del huapango. Espero que ellos también lleguen a querer y apreciar el huapango, lo sigan escuchando allá en Colombia”.  

Quizá, en esa esperanza, se encuentre la esencia de esta historia: la de dos músicas que, al encontrarse, descubren que hablan el mismo idioma.

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