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Metallica sorprende con “La Chona” en su colosal concierto en el Estadio GNP Seguros

El show con un escenario de 360 grados hizo vibrar a 65 mil fans este viernes en la primera de una serie presentaciones que incluye fechas en los días 22, 27 y 29 de septiembre.
sábado, 21 de septiembre de 2024 · 12:51

CIUDAD DE MÉXICO (APRO).- Tremenda gala metalera detonó la legendaria agrupación Metallica en el Estadio GNP Seguros.

El colosal show con un escenario de 360 grados (que seguramente se encontrará entre lo mejor de conciertos del año), hizo vibrar a 65 mil fans este viernes en la primera de una serie presentaciones que incluye fechas en los días 22, 27 y 29 de septiembre.

Las bandas estadunidenses Mammoth WVH y Greta Van Fleet, fueron las encargadas de calentar los ánimos de la fanaticada, que desde el arribo, se les observaba ansiosos por recibir a Metallica para uno de los conciertos más esperados de este año en México.

La enloquecedora recepción hizo temblar al inmueble de la alcaldía Iztacalco desde los primeros pasos del vocalista James Hetfield, el baterista Lars Ulrich, el guitarrista Kirk Hammett y el bajista Robert Trujillo, rasgando en explosiva apertura “Creeping Death”, “Harvester of Sorrow” y “Leper Messiah”.

El cantante de 61 años saludó velozmente a las multitudes en español:

“¡Amigos, hermanos y hermanas!”.

Los aullidos retumbaron hasta el último rincón, dándose cita un público diverso en generaciones, desde las recientes tropas de adeptos hasta los fieles de antaño que siguen a la agrupación desde sus orígenes hacia 1981, en Los Ángeles, California, Estados Unidos.

El colosal show atrapó las miradas con una portentosa producción visualmente atractiva. El escenario se edificó en un formato especial como parte de la gira “M72 World Tour”, en forma de dona y en 360 grados, con público al centro de la plataforma y a su alrededor. Fue un espectáculo de ensueños dantescos y futuristas. En las ocho torres inmersas en la plancha del recinto flotaban plasmas proyectando a cada uno de los integrantes y el viaje conceptual de la insigne banda catalogada de estilística thrash metal.  

Cortesía: Liliana Estrada / Ocesa

El concierto avanzó veloz en el tiempo, sin pausas, dando cátedra con todo el poderío a los cánticos de Hetfield, la estruendosa batería a doble bombo de Ulrich, el rasgar de la guitarra de Hammett y el intenso bajeo de Trujillo, considerándose “King Nothing” y “72 Seasons”, incluyendo “If Darkness Had a Son”.

Trujillo tomó palabra en español:

“¡Hola México! ¡¿Cómo están carnales?! ¡Esto es una gran fiesta!”.

Al recibir olas de clamores sorprendió tocando junto a Hammett su versión de “La Chona”, original de la agrupación de música regional mexicana Los Tucanes de Tijuana. Los respetables corearon el tema en un ambiente de buena vibra. Se dio avance entonando “The Day That Never Comes”, “Shadows Follow” y “Orion”, sin faltar la clásica “Nothing Else Matters”.

Visiblemente contento, el líder vocalista expresó que durante los cuatro shows en México consideran a sus fans como la “familia Metallica”. El cariño en conexión fue evidente en cada corte, coreos apasionados y músicos incesantemente agradecidos, acercándose en diversos instantes a los filos de la tarima para los afortunados al frente.

Se daba nota a la aclamada “Sad But True”. La bandera de México se dibujaba en las plasmas flotantes resonando “Fight Fire With Fire”, removiendo dosis de slam en la plancha principal.

Latigazos de fuego encendían la maquinaría pirotécnica a los ritmos de “Fuel”, dirigiendo el ocaso en “Seek and Destroy” flotando pelotas amarrillas en las multitudes. El cerrojazo dorado guillotinó en “Master of Puppets” y una fiesta de pirotecnia.

Cada uno de los integrantes del legendario cuarteto tomó micrófono en gratitudes, parecía que nadie deseaba retirarse. Se dieron tiempo para obsequiar plumillas y acercarse a las fronteras del escenario. Luego de dos horas de espectáculo se firmó una noche inolvidable para Metallica y sus fieles. Unidos Hetfield, Ulrich, Hammett y Trujillo elevaban los manos al cielo glorificados en alaridos.  

Cortesía: Liliana Estrada / Ocesa

 

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