Cultura

“El portal”, serie sobre el sitio web “Zona Divas”, de trata femenil

Es probable que el espectador se resista a creer que esta historia sucedió. Pero Zona Divas existió para victimizar a jovencitas sudamericanas que llegaron a México en busca de una vida más humana. Tras ardua investigación, las directoras retrataron los hechos atroces. Netflix estrena este día 5.
domingo, 1 de septiembre de 2024 · 07:00

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Por primera vez hablan mujeres venezolanas, argentinas y colombianas, víctimas de trata con fines de explotación sexual relacionadas con Zona Divas, página de internet donde trabajaban cinco chicas de América del Sur asesinadas en México entre 2017 y 2018, quienes emigraron en busca de un futuro mejor.

Testimonios de sus familiares, así como sobrevivientes de Zona Divas, investigadores en el tema y autoridades de la Fiscalía de la Ciudad de México son parte de la serie documental, de cuatro capítulos, llamada El portal: La historia oculta de Zona Divas, dirigida por las cineastas mexicanas Astrid Rondero y Fernanda Valadez, bajo la producción de Mezcla, fundada en 2021 en México. Su estreno es este jueves 5 de septiembre en Netflix.

Laura Woldenberg, fundadora de Mezcla (empresa que combina el audiovisual con la investigación periodística), platica en entrevista que el caso de Zona Divas fue muy sonado en México, sobre todo en 2017 y 2018, a partir de los cinco feminicidios que se abordan en la serie, de las venezolanas Kenni Finnol, Wendy Vaneska, Andreína Escalona y Génesis Gibson y la argentina Karen Ailén Grodziñiski:

“Sentimos que se cubrió en los medios de comunicación de una manera incorrecta, con un tono muy sensacionalista y muy estigmatizante para las mujeres, y creímos que este caso era un un buen pretexto para hablar de cómo opera la trata de México y analizar la extrema violencia a la que se enfrentan las mujeres víctimas de trata y trabajadoras sexuales también”.

Rondero y Valadez. Rescate. Foto: Productora Mezcla.

Especifica:

          “Entonces, tomando en cuenta este asunto de Zona Divas, volteamos a ver también a las víctimas. Es darle vida a estas mujeres que son madres, hermanas e hijas que llegaron a México en busca de mejores condiciones de vida, además ayudaban a sus familias, y cayeron en lo peor de la violencia en México”.

Rondero y Valadez laboran juntas desde hace 16 años y han creado los largometrajes Los días más oscuros de nosotras (2017), Sin señas particulares (2020) y Sujo (2024), este último ganador del Gran Premio del Jurado del Festival de Cine de Sundance, y otros reconocimientos en festivales extrajeros; además, es parte de la competencia de la 22 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, a efectuarse del 18 al 27 de octubre. A las realizadoras se les pregunta ¿cómo es que se integraron a este proyecto?, y Valdez explica:

“Laura y el equipo de Mezcla se acercaron a nosotras. Tenemos respeto por su trabajo. Tenía poco de haberse estrenado Las tres muertes de Marisela Escobedo, de Carlos Pérez Osorio, que produjo Laura, y lo que nos ofreció nos pareció muy relevante: poder crear una radiografía de la trata desde Sudamérica y Centroamérica hacia México, y de las dos, Astrid era la que estaba más enterada de los feminicidios. Igual en el medio cinematográfico fue un caso que se conoció porque un actor del país fue acusado de uno de los homicidios, el de la argentina Karen Grodziñiski, y luego comprobaron que él no estaba en México cuando ella murió.

“Teniendo todos estos elementos sentimos que era la oportunidad de contar este trayecto de la trata y contar también las diferentes capas de violencia que viven muchas mujeres en México. La violencia feminicida, por supuesto la violencia machista, pero todo esto además con una capa adicional que en México existe, la del crimen organizado”.

Rondero habla respecto a la investigación:

“De entre todas las cosas maravillosas que fuimos encontrando en la serie, yo creo que fue trabajar con un equipo de periodistas de ese tamaño. Para Fernanda y para mi fue más que un sueño. Jamás se nos hubiera ocurrido que eso pudiera ser posible. Contamos con el trabajo de periodistas en Ciudad de México, Argentina y Venezuela. Fue un equipo maravilloso, robusto, con un compromiso con las historias de estas mujeres. Eso fue de las cosas más interesantes. Fue un proceso largo de tres años, como un viaje a un submundo que creo que nadie de los que queríamos contar este documental nos imaginábamos. Como dice Fernanda, todas las capas que se conectan en nuestro país, tocadas por todos lados por el crimen organizado, y también por la impunidad”.

Narra:

“El proceso de investigación fue casi arqueológico, de ir a buscar la fuente de las mismas chicas, las voces de ellas, porque eso es una cosa muy particular de este mundo de Zona Divas, que gran parte de los servicios tenían que ver con las redes sociales. Así que hay todo una serie de testimonios que estaban ahí como perdidos en los diferentes espacios de intentet de estas chicas, y fue como un proceso muy fuerte de ir encontrando esas piezas de sus viajes, todos marcados por esta migración que además decimos que son muy vulnerables, por dedicarse de alguna manera al trabajo sexual, para ser víctimas de trata.

“Eran historias que estaban ahí olvidadas, perdidas, y el proceso fue acercarnos a sus familias, amigos, a mujeres que habían logrado sobrevivir a la página de Zona Divas, además de encontrar todos esos pedazos de sus vidas en redes sociales”.

 

El acercamiento, un reto

Al cuestionamiento de ¿qué tan complicado fue acercarse a sus familias y a las sobrevivientes?, Valadez detalla:

“Definitivamente fue un reto por múltiples factores. El juicio moral que tiene el trabajo sexual es muy fuerte. Y ahorita que hablaba Astrid de la migración, a nosotros nos impactó muchísimo que las mujeres que hacen trabajo sexual son migrantes que no tienen el reconocimiento, que les hacen a otro tipo de migrantes con todo y que realizan ese mismo acto de esfuerzo, de sacrificio de proveer para sus familias, no son reconocidas por la sociedad de la misma manera.

Había familias que sentían pudor, por otro lado la necesidad de protegerse, o sea, había en algunas mucha frustración con las autoridades de no sentirse escuchadas. Hubo familias que nunca fueron localizadas por las autoridades. Entonces fue ese esfuerzo, primero de encontrarlas, y luego establecer un vínculo y convencerlas, ofrecerles un espacio de seguridad, donde pudieran contar sus vivencias.

La documentalista y periodista Woldenberg sigue:

“Las familias estaban muy sentidas y dolidas, por cómo se cubrió la noticia en México. Si ves las redes sociales, se dice que se lo merecían, porque se dedicaba a esto, o que eso les pasa por irse por esos pasos. Incluso se llegaron a meter con la propias madres. Ellas aceptaron a dar su testimonio para cambiar la narrativa de cómo se están recordando a sus hijas. Para ellas, es muy importante que se conozca cómo estas jóvenes poseían sueños y llegaron a México pensando que toda su realidad iba a ser distinta, y dignificar, humanizarlas, y con eso que fue nuestro compromiso inicial nos pareció que las madres se abrieron. Queríamos obviamente una relación personal.

“El equipo de investigación también tejió redes muy cercanas con todas ellas, y el compromiso con ellas y los familiares realmente empieza desde el día que tú tocas la puerta. Es una responsabilidad casi de por vida, no acaba con el lanzamiento de la serie, porque  nosotros seguimos hablando con ellas y obviamente va a ser duro ver el trabajo final, pero también nos parece que de cierta manera las historias de sus hijas van a ser reconocidas de otra forma”.

--¿Qué puede aportar la serie El portal?

--Es que lo más difícil de la trata -contesta Rondero- es cómo está totalmente atomizado. No es solamente un grupo el que lleva a cabo todo el proceso, y eso es lo que lo hace retador, lo que es fuerte, y se puede ver en el caso muy específico de Zona Divas. Las autoridades parecen poder fincar responsabilidades siempre a las que también fueron víctimas, es decir, a las enganchadoras.

“Generalmente son las mujeres las que se quedan en la cárcel, pero, por ejemplo, las cabezas que generaron una página como Zona Divas son las que se encuentran en la calle libres, no se les ha podido fincar ninguna responsabilidad, y eso es lo que queremos detonar con esta serie documental, analizar todos esos pequeños eslabones que están facilitando que tantas mujeres lleguen a un país como México. También hay otros destinos de trata en el mundo, pero México es el único, creo yo, que tiene ese nivel de letalidad. El objetivo principal es hacer esa reflexión”.

Acentúa:

“Algo que para nosotras fue un descubrimiento muy importante, primero, es que prácticamente todas las mujeres que logran ser supervivientes de estas redes de tráfico, terminan entrando de nuevo en esos mismos círculos. Para nosotras fue muy interesante comprender esos caminos y que hay una colusión de las autoridades en distintos niveles. El más evidente, por ejemplo, son autoridades migratorias, las que permiten que entren mujeres en condiciones vulnerables, porque eso es otra cosa muy importante: llegan en condiciones prácticamente de servidumbre. Es decir, llegan a ser retenidas a México con una deuda enorme y se les retienen sus papeles y se ven obligadas a hacer trabajo sexual hasta pagar deudas que son evidentemente impagables”.

Woldenberg interviene:

 “La información de todo esto en buena parte estaba en las redes sociales y en las propias conversaciones de ellas. Una manera de comprobar todo esto fue escuchando sus conversaciones, entendiendo cómo se comunicaban ellas entre las redes sociales. Esta colusión de autoridades que permite que una mujer de Venezuela entre a México por ‘x’ puerta es donde deberíamos poner el foco, para que esto no se siga perpetuando; sumado al crimen organizado, entonces se vuelve como este caldo de cultivo donde las mujeres están sumamente expuestas aquí en México”.

Valadez señala:

“El delito de la trata es muy difícil investigarlo. Las fiscalías deben modernizarse, tienen que cruzar investigaciones de las autoridades locales con  las autoridades federales y las autoridades migratorias. Estas mujeres llegan como víctimas de trata, son extorsionadas por el crimen organizado y por las autoridades, y las dejan en callejones sin salida. Varias de las víctimas mortales no pueden pedir ayuda a las autoridades. Son situaciones muy complicadas”.

Woldenberg precisa cómo fue el acercamiento con Netflix:

“Un proyecto como éste no se puede hacer sin el apoyo de una plataforma como ésta. Fueron tres años de investigación con equipos sumamente robustos, se abarca tiempo y presupuesto, y creo que este tipo de proyectos, si no se ven de una manera masiva, puede ser muy frustrante para todos, porque es muchísimo trabajo, y la voz de todas las personas que están abriéndose a contar su historia merece ser escuchada por millones de personas.

Sobrevivientes. Foto: Productora Mezcla.

“El siguiente paso es que lo puedan ver en noventa naciones, en diferentes idiomas. En buena parte diría que aspiramos a la prevención y visivilizar la trata con fines de explotación sexual, el cual es un delito muy complejo de perseguir porque es el conjunto de muchas acciones”.

Rondero subraya que ya no existe Zona Divas, pero se creó la web La Boutique Vip y otros portales “que están replicando ese modus operandi”.

El fundador y creador de Zona Divas, Ignacio Antonio Santoyo Cervantes, El Soni, lleva 15 años siendo acusado y enfrentando procesos legales, pero se halla libre.

Rondero y Valadez han obteniendo más de 60 reconocimientos internacionales a lo largo de su carrera, como el Gotham Award a Mejor Película Internacional en 2020, Premio del Público y Guion en Sundance 2020 y primeros galardones en Zurich, Tesalónica, Sofía, Torino, La Habana y San Sebastián, entre otros. Actualmente preparan su siguiente película, “Rambler”.

Más de

Comentarios