MONTERREY, NL (apro).- El Museo Arte Contemporáneo (MARCO) se ilumina con la primera exhibición en México de Dan Flavin figura clave del minimalismo que incorporaba la luz fluorescente a sus espacios y creaciones.

Fallecido en 1996, el artista estadunidense dejó una cuantiosa producción artística de la que se desprenden, para esta exposición 24 obras creadas entre 1962 y 1974 procedentes de la colección Dia Art Foundation, de Nueva York, dirigida por Humberto Moro, curador de la exposición.

La obra, por su naturaleza de luz eléctrica, no se parece a otros medios como las pinturas o las esculturas, por lo que se recomienda que quien la contemple, llegue dispuesto a dejarse sorprender y a absorber las sensaciones que pretende transmitir el creador neoyorquino.

 

 

 

 

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Las creaciones son de formato grande y monumental, y se enfocan en el vocabulario que generó el artista para realizar sus instalaciones, con lámparas alargadas, con los nueve colores en los que se basaba, y que eran retomadas de objetos ordinarios o domésticos que estaban en oficinas o en casa, y que se podían adquirir en cualquier almacén o ferretería, explica Moro en entrevista.

Por ser estos objetos de otro tiempo, ya inexistentes, remiten a un momento en el que la sociedad industrializada de los 60, cuando estaban estos materiales de producción masiva en circulación en todas partes.

Apunta Moro: “La naturaleza de las lámparas es la crítica que el artista hace a una sociedad industrializada. Los objetos hablan por sí mismos. Por eso, el espectador se puede involucrar en la obra desde la curiosidad y la apertura, si llega sin tener ideas preconcebidas y se dispone a estar sensible a una experiencia nueva”.

“La obra de Dan Flavin rompe con los formatos tradicionales como la pintura y la escultura, el collage, la acuarela misma, y otras obras que él mismo produjo a finales de los cincuentas. Si el espectador pretende encontrar algún tipo de manifestación, la exposición propone exactamente lo contrario, pues invita a la idea de que la obra que ve plantea otro tipo de problemáticas”.

El curador remarca que la propuesta de Flavin embona perfectamente en el edificio de MARCO, creado por Ricardo Legorreta, maestro del color, luz, espacio y percepción, lo que provoca en el público que visita la obra una experiencia contemplativa a la que hay que poner especial atención en la iluminación adentro del espacio.

Como se menciona en la descripción de la exposición, “el recorrido por la muestra resulta en una experiencia lumínica por ambientes generados por las instalaciones que van cambiando. En la primera parte se reúnen las obras en las que utilizó luminarias blancas, permitiendo ambientes relacionados con la espiritualidad, la contemplación y la introspección, mientras que la segunda parte hay una transición a los colores brillantes que evocan una diversidad de emociones y sensaciones en el público”.

“Hay que entrar a la exhibición con los sentidos despiertos”, dice Moro sobre la obra de contenedores multicolores, que abrió al público a partir del 14 de marzo y estará en exhibición hasta agosto del presente año.