CONTRAPLANO

“Vidas pasadas”: un viejo amor

Como una comedia romántica con un elevado contenido social, por los problemas derivados de la migración, se va narrando cómo se va haciendo más estrecho, a miles de kilómetros de distancia, pero al alcance de un clic, una relación de dos personas que estaban destinadas a estar juntas.
jueves, 1 de febrero de 2024 · 19:34

MONTERREY, N. L. (apro).– En Corea del Sur, los niños Nora y Hae Sung eran amigos inseparables. Como compañeros de escuela y de aventuras, vivían el más puro amor infantil como dos hermanos que siempre querían estar juntos.

Hasta que el destino y las dinámicas familiares hicieron que ella emigrara a América.

Dos décadas después las redes sociales y la hiperconectividad han hecho que se reencuentren y que pacten un fin de semana en Nueva York. El gran problema es que ella ya está casada, y él aún sigue enamorado, y soltero. Las posibilidades están peligrosamente abiertas.

Esta fábula de amor moderno se encuentra en “Vidas pasadas” (Past Lives, 2023), el sorprendente debut de la directora escritora Celine Song que retrata las complejidades de las relaciones interpersonales en tiempos de Facebook.

Como una comedia romántica con un elevado contenido social, por los problemas derivados de la migración, se va narrando cómo se va haciendo más estrecho, a miles de kilómetros de distancia, pero al alcance de un clic, una relación de dos personas que estaban destinadas a estar juntas. Lo saben, pero hay mucho más que sólo la idea de lo que pudo ser y no fue.

Ya se ve que cambiar de nación no implica únicamente el desarraigo del origen, sino también otros contratiempos, como pueden ser los de carácter sentimental, como lo sabe Hae Sung.

Con un enfoque maduro de la vida, aceptan reencontrarse, sabiendo lo expuestos que se encuentran al verse de nuevo, pues la llama infantil, según constatan, nunca se extinguió y de adultos son aún almas gemelas. Es obvio que de haber continuado sus vidas como antes, hubieran terminado como pareja.

Pero el maldito destino decidió de otra manera.

Greta Lee y Teo Yoo tiene una química fantástica en pantalla. Pese a la atracción que sienten, establecen de inmediato una línea que no deben cruzar, aunque es difícil mantenerse ecuánime ante estas situaciones que presentan durísimas pruebas de autocontrol.

Porque, entre ellos, como improbable triángulo, se encuentra Arthur, el esposo americano que no entiende nada de coreano, lengua en la que se comunican los dos amigos de la infancia.

No dejan de ser personas decentes, atadas a las normas, pese a que disfrutan ese momento mágico en el que la ciudad es sólo para ellos, pues sienten que no existe nada más en el mundo que su compañía.

Song hace un homenaje a ese amor que tiene cada persona, que se quedó en el pasado y que permanece por ahí latente, resurgiendo en canciones, detalles, películas. A veces esa persona regresa, pero por lo general permanece sólo en un recuerdo dulce y remoto.

Dentro de esta historia amorosa, a cada quién le da la oportunidad de elegir, así como a estos adultos jóvenes que se les proporciona entera libertad de decidir qué hacer con el presente, pero sobre todo con su futuro. Si bien tienen vidas que parecen resueltas, el amor que sintieron de niños los vuelve a poner juntos, presentándoles un mar de posibilidades.

Como queda demostrado al final, el idioma es muy importante cuando se trata de expresar emociones a la mujer amada.

“Vidas pasadas” es un tierna y entrañable historia de amor, reanudada por magia del internet.

 

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