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Luis Miguel, “El Sol” brilla ante 65 mil fans en pletórico Estadio GNP (Videos)

El recital fue aderezado por una orquesta de estilística big band. La producción erigió colosal pantalla a telón de fondo y un par de gigantescas plasmas laterales.
domingo, 1 de diciembre de 2024 · 15:23

CIUDAD DE MÉXICO (APRO).- “El Sol” Luis Miguel brilló en pletórico Estadio GNP ante 65 mil fans en su primera presentación de dos en este recinto, donde replicará acto este 1° de diciembre para complacer a sus fieles. 

La velada de este sábado fue una oleada de emociones coreando a todo pulmón sus éxitos luciendo abarrotado el inmueble de Iztacalco. “Luismi” emergió aclamado en aplausos y el rugir de miles de almas que se entregaron de principio a fin, dando apertura en “Será que no me amas” y “Amor, amor, amor”.

 

 

Siempre elegante y pulcro acudió a la cita ataviado de elegante traje negro. El artista 54 años cautivó con su inseparable sonrisa a generaciones diversas, se observaba desde los fieles coetáneos que le vieron crecer cuando a la edad de 12 años lanzó su primer disco titulado “Un Sol” (1982), a su vez de marejadas adolescentes afinando “Suave” y “Culpable o no”.

Cada uno de los cortes fueron acompañados en ecos. A “El Sol” se le percibía contento, pleno, sonriente, se entregó con todo en escena. Fue incesantemente amable con su gente, animó en constantes mensajes: “¡Vamos arriba conmigo! ¡Vamos arriba México! ¡Siempre arriba México!”.  

La correspondencia en comunión imperó en el espectáculo de casi dos horas, entregando el repertorio de su gira considerando “Te necesito”, “Hasta que me olvides”, “Dame”, “Por debajo de la mesa”, “No sé tú”, “Como yo te amé”, “Solamente una vez” y “Somos novios”.

El recital fue aderezado por una orquesta de estilística big band. La producción erigió colosal pantalla a telón de fondo y un par de gigantescas plasmas laterales, dando visibilidad al también productor musical nacido 19 de abril de 1970, en San Juan, Puerto Rico, posteriormente nacionalizado mexicano.  

En una sesión especial se escuchó “Sonríe” a dueto con un virtual “Rey del pop” Michael Jackson (1958- 2009) proyectado en nostálgicos mosaicos en las pantallas. Para “Come Fly With Me”, obra compuesta por Jimmy Van Heusen (1913-1990) con letra de Sammy Cahn (1913-1993), se observaba al legendario Frank Sinatra (1915-1998). 

El show sin pausas avanzó ágil en el tiempo sonando “Un hombre busca una mujer” y “Cuestión de piel”, en esta última Luis Miguel agarró en sus manos un dron con cámara y a modo de “selfie” permitió ver su rostro sonriente, dando paneo hacia la multitud y proseguir en “Oro de ley”.  

El intérprete recorrió cada punto del tablado con energía inagotable, bailoteaba con su clásico estilo moviendo la pelvis sutilmente en seductores pasos, griteríos le agasajaban al tiempo de oírse “Fría como el viento” y “Tengo todo excepto a ti”. 

Continuó una selección musical a mariachi, desapareciendo unos segundos. Se oyó “El son de la negra” y “Guadalajara”, dibujándose la bandera de México. Papelillos en verde, blanco y rojo hacían brillar los ojos en orgullos patrios. Despojado de su saco, “Luismi” retornó veloz engalanando en “La fiesta del mariachi” y “La Bikina” del maestro Rubén Fuentes (1926-2022). Se incluyó “La media vuelta” de “El Rey” José Alfredo Jiménez (1926-1973). 

Removió las nostalgias vía las clásicas poperas “No me puedes dejar así”, “Palabra de honor” y “La incondicional”. En halos a las fiestas decembrinas dio nota a “Santa Claus llegó a la ciudad” (Santa Claus is coming to town), villancico compuesto en 1932 por John Frederick Coots (1897-1985) y Haven Gillespie (1888-1975), grabada por primera vez por Harry Rese (1896-1965). 

Un ambiente festivo incluía “Ahora te puedes marchar” y “La chica del bikini azul”, flotando globos negros en la plancha, para dirigir en finiquito “Isabel” y “Cuando calienta el sol”. 

El horizonte de la alcaldía Iztacalco se iluminó de colorida pirotecnia. El público clamaba “¡otra, otra, otra!”. En gratitud Luis Miguel a las fronteras del escenario fue custodiado por sus músicos, rendían reverencias al cobijo ensordecedor de alaridos y aplausos en satisfacción.   

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