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Arte/Ver para creer El arte en la 4T: discrecionalidad en hermandad

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
jueves, 3 de octubre de 2024 · 10:32

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-La autodefinición de la relación entre funcionarios y simpatizantes de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) como una “hermandad”, explica y sintetiza la discrecionalidad, opacidad y contradicciones neoliberales que caracterizaron la gestión de las artes visuales bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

El pasado miércoles 24 de septiembre, durante la inauguración de la Cuarta Sección del Bosque de Chapultepec -en el contexto del proyecto Chapultepec: Naturaleza y Cultural-, Claudia Sheinbaum, la Presidenta de México a partir de este 1° de octubre, recordando lo que un día le dijo López Obrador, afirmó: “Y el día de hoy con todos ustedes, que nos conocemos desde hace tanto (…) lo que puedo decir es que somos una hermandad”. 

En su significado como unión de voluntades, una hermandad es una agrupación que se estructura en torno a un líder -o hermano mayor-, asumiendo su liderazgo y decisiones. Caraterística que comprobó en la inauguración mencionada la todavía secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, al terminar su discurso con un halago para el líder: “Aquí su sueño cumplido, señor presidente”.

Un sueño -¿o un capricho?- que ha sido cuestionado y descalificado por especialistas ajenos a la hermandad desde su presentación en abril de 2019, tanto por la concentración del presupuesto de infraestructura cultural (aproximadamente del 23% al 25% a lo largo del sexenio), como por la designación discrecional del artista visual Gabriel Orozco como coordinador creativo del proyecto.

Un creativo que si bien goza de un alto prestigio y cotización en el escenario del comercio internacional del arte contemporáneo, no cuenta con experiencia en proyectos urbanísticos. En un gobierno democrático, el coordinador de un proyecto político y urbanístico tan relevante como Chapultepec: Naturaleza y Cultura, hubiera sido elegido a partir de un concurso público.

Otro aspecto que evidencia el funcionamiento de la gestión artística de la 4T como hermandad es la selección de funcionarios. ¿Cuáles fueron los criterios que sustentaron que la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), Lucina Jiménez, nombrara a Mariana Munguía como Coordinadora Nacional de Artes Visuales? Presentada oficialmente como socióloga aun cuando no contaba con el grado académico, Munguía, proveniente del sector neoliberal de las artes visuales (coordinadora del Patronato de Arte Contemporáneo, A. C. de 2001 a 2004, mánager de relaciones VIP en México para la Feria Art Basel de 2009 a 2013), tuvo un desempeño de 2019 a 2023 sumamente reprobable:

Encargada de estructurar la red de museos del INBAL -una tarea que aún requiere de una rendición de cuentas puntual-, la funcionaria fue incapaz de impulsar servicios museísticos digitales y de calidad internacional durante la pandemia. Sin exigencia de resultados, en 2023 fue nombrada directora de la Bodega Nacional de Arte, uno de los subproyectos de Chapultepec: Naturaleza y Cultura y, en 2024, sin la publicación de una rendición de cuentas, abandonó su responsabilidad en el INBAL transladándose a la dirección de la Bienal Femsa, evento promovido por una fundación privada. ¿Quién fue la persona miembro de la hermandad que la recomendó a la 4T? 

Desde su inicio en 2019, la administración gubernamental de López Obrador no sólo toleró sino que institucionalizó el neoliberalismo en la gestión de las artes visuales. Además de permitir la colaboración profesional de la directora del Museo Tamayo Arte Contemporáneo, Magalí Arriola, como curadora de una selección de la feria comercial Art Basel Miami Beach, AMLO aprobó la participación en uno de sus principales proyectos de un artista que se posicionó en el mainstream negando su identidad mexicana: Gabriel Orozco.

Y por último, una resolución que sólo la complicidad de una hermandad puede tolerar y soslayar: el otorgamiento de estímulos a la creación a funcionarios gubernamentales. ¿Cómo es posible que Saúl Villa, en su responsabilidad de director de Desarrollo Cultural de la Secretaría de la Cultura y las Artes del gobierno del Estado de Yucatán, dedique un tiempo completo tanto a los requisitos que establece el estímulo del Sistema Nacional de Creadores de Arte como a sus responsabilidades como funcionario?

Y si bien AMLO deja la conducción del país a partir de este 1° de octubre, la continuidad de esta hermandad continuará ya que, como señaló Claudia Sheinbaum durante la inauguración mencionada, se va a seguir construyendo con el segundo piso de la Cuarta Transformación.

Ante este panorama, ¿quién será el hermano o hermana que sugirió el nombramiento de Claudia Curiel de Icaza como secretaria de Cultura federal?

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