CONTRAPLANO

“Resistencia”: el futuro nos alcanza

En un mundo postapocalíptico, Joshua, un exagente de operaciones especiales, tiene que hacer un extenuante recorrido por la Tierra para buscar al líder de los androides y liberar a la humanidad.
jueves, 28 de septiembre de 2023 · 11:38

MONTERREY, N. L. (apro).– Los peores temores sobre el desarrollo de la inteligencia artificial (AI) se han confirmado: ahora controlan a la humanidad y la tienen oprimida. En este futuro postapocalíptico, ubicado unas décadas adelante, se ha creado una enorme resistencia en el mundo para combatir a los drones, que militarmente se imponen sobre naciones enteras.

Un exagente de operaciones especiales, Joshua (John David Washington), vive con la pesada carga de una muerte cercana. Él es el encargado de ubicar al líder de las máquinas, que se ha materializado en un ser insospechado.

Eliminarlo le implicará un enorme dilema moral.

“Resistencia” (The Creator, 2023) es la nueva exquisitez cinematográfica de Gareth Edwards, que ya había presentado “Rogue One” (2016), donde, también, coloca en el centro de la acción a rebeldes que quieren contener la amenaza que impide la libertad de la humanidad.

El universo creado aquí es una maravilla visual, con formas nuevas de humanoides y androides, que pueblan la tierra y se entreveran, en una lucha en la que no se distinguen los bandos. En este escenario de indefiniciones, Joshua tiene que hacer un extenuante recorrido por la Tierra convertida toda en zona de guerra, sobreponiéndose a sus propios pesares. Su pareja Maya (Gema Chan) se ha ido y no hay nada más que le quede por luchar.

Además, debe enfrentar a su propia exjefa Coronel Howell (Allison Janney), fría, despiadada, sanguinaria, que supone erróneamente que él ha cambiado de bando y busca favorecer a la causa enemiga.

La película tiene más forma que sustancia. Importan más la impecable escenografía y el arte, para crear un bello escenario futurista, que la sencillísima historia que, por algunos momentos, se ve inflada y hasta hueca. Se agradecen los anacronismos que se conjugan espléndidamente con tecnologías avanzadas. Ancianos monjes budistas se mueven con tradicionales túnicas rojas, pero se manejan con herramientas electrónicas. Hay lanchas y botes viejos, que se desplazan flotando sobre el agua. Las ciudades son malolientes, pero retacadas de automatizaciones.

No consiguen compactarse todos los valores que se visualizan con inmaculada precisión, para crear un drama que realmente conmueva, pues junto a la acción, los personajes parecen difuminados y sin demasiada profundidad, pese a que ya fueron presentadas las devastadores tragedias que los han moldeado, como tipos rudos y necesariamente inmisericordes.

Con esta propuesta de libreto endeble, lo que resta es el deleite visual. Los escenarios por los que pasa Joshua en su viaje hacia el peligro, están llenos de sorprendentes vehículos y habitáculos de formatos sorprendentes.

En estas estampas distópicas se mezclan temáticas y viñetas que hacen referencia a “Blade Runner”, “Inteligencia Artificial”, “Apocalipsis Ahora” y “El Quinto Elemento”. Queda la sensación de que toda la argumentación ya ha sido presentada con anterioridad, en otras producciones grandes, aunque esta se ve beneficiada por su arropamiento visualmente original.

 Lo que ya ha sido hecho, aquí se vuelve reminiscencia, pero con una escala mayor, llena de combates y con tremendos ejercicios de violencia justificada en el nombre de la revolución y la idea de emprender un contraataque para la supervivencia.

“Resistencia” es una de las mejores historias de ciencia ficción del presente año, pero se queda muy lejos de convertirse en un clásico.

 

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