Cine

"Sonido de libertad"

La trama de "Sonido de libertad" elige el tema más escabroso posible: el tráfico y la explotación sexual de niños, un relato que combina melodrama, sin pudor, donde al protagonista poco le falta para ser santo, y los malos son malos y viscosos, dentro del esquema de “thriller”.
viernes, 1 de septiembre de 2023 · 22:33

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición a partir de este mes se volvió mensual, publicarán en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El mensaje del epílogo de la cinta de Alejandro Gómez Monteverde, “Sonido de libertad” (Sound of Freedom; EU, 2023), de ser cierto, es espeluznante: en la actualidad habría más esclavitud que en la época cuando era más o menos legal, es decir, casi toda la historia de la humanidad, digo yo, si se incluye el feudalismo.

Coescrita por el director y Rod Barr, la trama elige el tema más escabroso posible, el tráfico y la explotación sexual de niños, un relato que combina melodrama, sin pudor, donde al protagonista poco le falta para ser santo, y los malos son malos y viscosos, dentro del esquema de “thriller”.

Tim Ballard (Jim Cavizel), exagente del Departamento de Seguridad Nacional, se especializa en desbaratar redes de pedófilos en internet, decide llevar aún más lejos su vocación para rescatar a niños explotados; renuncia a su trabajo y viaja a Colombia para tratar de rescatar a cientos de ellos. El espectador ya conoce de cerca el caso de un padre cuyos hijos han sido secuestrados por los tratantes: al niño Miguel, Tim logra rescatarlo; con Rocío, la niña, la cosa es más peliaguda. Como en todo relato de lucha entre el bien y el mal, no faltan ayudas, incluso un converso Vampiro (Bill Camp).  

El personaje de Ballard es real, la cinta está basada en sus memorias y Cavizel lo interpreta con un tono de redentor, para aprovechar la fama y la imagen de su papel del Cristo que creó Mel Gibson; el asunto le ha valido las peores críticas, desde ser tachado de oportunista, hasta de actor mediocre. La verdad es que el estereotipo le queda mal, pues si hizo un papel brillante en “La delgada línea roja”, significa que Terry Malick vio en él un gran potencial; ahora, con la propaganda reaccionaria con la que promociona el mensaje de la película, sí que va a quedar crucificado como actor.

En unas cuantas semanas, esta producción de cine independiente se posicionó como éxito de taquilla con ganancias multimillonarias, mérito de un director mexicano que ha vivido en carne propia el horror del crimen organizado; Gómez Monteverde es un realizador capaz, eficaz para el melodrama, como lo demostró con “Little Boy” (2015), donde juega bien con matices y dilemas morales.

En “Sonido de libertad”, por desgracia, no hay lugar para tonalidades, podría argüirse que con el abuso infantil la posición moral debe quedar clara, pero la función de una película de este tema sería justamente mostrar lo complejo de la realidad, el abuso o la ineficacia de los mismos padres para proteger a sus hijos, la miseria económica que orilla al descuido o a la venta de las criaturas por parte de quienes tendrían que protegerlas.

Vista desde fuera, “Sonido de libertad” son dos películas: la del melodrama plano pero hábil dentro de su universo, y el fenómeno político que aprovechan grupos de ultraderecha como QAnon para inflar el mensaje a la manera de un panfleto que habla de conspiradores, grupos de monstruos dedicados a explotar niños, utilizarlos como criaderos para tráfico de órganos y demás horrores.

Lo que disparó teorías conspiratorias de poderosos come-niños fue el hecho de que la película, terminada en 2018, haya sido enlatada por los estudios Disney, seguramente por seguir atados a una imagen ñoña de la infancia. En todo caso, una película aprobada y recomendada por Trump para promocionarse él mismo, da repelús. Como espectador, el reto es aproximarse a “Sonido de libertad” con lo menos posible de prejuicios, y rescatar la reflexión que propone el director sobre la infancia expuesta.

 

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