Cultura
En escena, “Éxtasis Medea”, reinterpretación del mito femenino
La pandemia permitió a la directora Ximena Escalante volver a convivir con sus hijos, y revisar así el papel de la mujer en la mitología griega, en principio el de Medea como madre amorosa, que se presenta en el Foro LucernaCIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Con el respaldo de una investigación que le tomó tres años de trabajo, la dramaturga Ximena Escalante deconstruye el mito de Medea en escena, reivindicando el papel de mujer y madre alejada del estereotipo de “bruja”, que lejos de matar a sus hijos por venganza, da todo por ellos.
Además, en “Éxtasis Medea”, la encara con su rival en amores por Jasón, Creúsa, a quien saca del papel secundario de la mitología griega.
Se trata de “Éxtasis Medea”, estrenada en el Foro Lucerna con funciones todos los viernes, sábados y domingo hasta el 10 de septiembre.
Escalante (Ciudad de México, 1964), Premio Juan Ruíz de Alarcón de dramaturgia en 2019, retorna al teatro con esta puesta luego de 15 años de ausencia en la dirección, justo tras un encierro pandémico donde convivió nuevamente con sus hijos y profundizó en sus estudios sobre mitología.
En especial el mito de Medea, que evadía por varias razones, como
dice a Proceso:
“Las distintas versiones que existían tomaron hilos diversos, muchos de ellos apegados a presiones políticas, exilios de autores, amenazas que el tiempo impuso y la necesidad de acoplarse a ideas. Me había negado a revisarla, porque siendo madre me parecía dificilísimo creer que matara a sus hijos por venganza.
“Fue una investigación muy aparte de lo dramático, pues descubrí que Medea sufrió la acusación pública, amenazas, castigos y acuchillamientos por ser una mujer con capacidad de cambio respecto al rol de la mujer en su sociedad”.
Al indagar en ella llegó a otras historias que se convertirán en tetralogía, la cual lleva por título genérico “Éxtasis”. Así, otras historias después de Medea llegaron a partir del siguiente año, entre ellas la de Clitenmestra y Helena.
La Medea de Escalante se sitúa en los momentos previos a su destierro ordenado por Jasón, justo en los minutos que ella tiene antes de salir de la ciudad, y en el careo con la joven Creúsa, con quien Jasón contraerá matrimonio. Ese encuentro es el que Escalante dramatiza mediante las actrices Carolina Politi (Medea) y Ximena González Rubio (Créusa), quienes se confrontan en escena.
Y es ahí donde se reconocen como mujeres, princesas a la deriva de decisiones de otros, y buscan resolver sus dudas con preguntas y respuestas; debaten, ríen, se molestan, dudan una de la otra, sienten empatía por lo que vendrá para ambas, y parece revelarse una incipiente amistad, aunque en realidad Medea desea la muerte de Creúsa.
La dramaturga profundiza sobre la recuperación de su Medea:
“Es importante decir que es muy difícil defender un mito como puro, porque los mitos se adaptan al tiempo y además el tiempo los acomoda a sus propios fines, entonces durante muchos siglos fue muy cómodo utilizar la imagen de una mujer peligrosa y acusarla de filicida, y yo lo que quiero recuperar es que una mujer peligrosa no mata a sus hijos, sino hace lo que tiene que hacer para salvarlos.
“Esta propuesta es una declaración de amor a mis hijos y a todas las madres que saben que antes de deshacerse de sus hijos hay que deshacerse de otras cosas”.
La obra tiene el respaldo de 25 Producción, con la coordinación y producción ejecutiva de David Castillo; iluminación y escenografía de Víctor Zapatero, vestuario de Eloise Kazan, y música original de Mauricio García Lozano.
Y sobre la decisión de titularla a partir del ‘éxtasis’, explica:
“Hay una línea que divide al escenario de la puesta de todo lo demás, es un borde o precipicio, y estar cerca de ahí es estar al borde de todo, en el límite entre la vida y la muerte, en donde ocurren cosas inesperadas.
“Ahí puede ocurrir de todo: la violencia, el erotismo, la locura, los demonios eternos… me podría extender, pero todo eso que nos imaginemos nos pueda llevar al límite. La venganza es el mayor éxtasis aquí. Toda obra dramática es una encrucijada y ese cruce puede ser mortal”.
La dramaturga muestra la intensidad con la cual se prepararon las actrices a lo largo de seis meses, estudiando a conciencia la deconstrucción del mito. Para escogerlas buscó a no-actrice, recurrió a luna idea singular: buscó a aquellas que no hubieran trabajado antes en teatro o no exclusivamente, “que pertenecerían a mundos distintos, como en los personajes también se supone”. De ahí que Politi (Medea) tenga mayor desempeño en las tablas y González Rubio tiene más experiencia en la televisión.
Dije ellas:
“Tengo la fortuna de contar con dos actrices extraordinarias con las que he vivido un proceso muy largo. Primero hicimos un exhaustivo trabajo de mesa para ahondar en el mito, porque ellas, como todo el mundo, tenían la idea de que Medea si mató a sus hijos, y estudiamos juntas la teoría mía de que no ocurrió así. En todo este proceso estudiando la verdadera historia, tuvimos la oportunidad de profundizar mucho en la propuesta dramática…
“Cabe resaltar que tienen un trabajo actoral extraordinario; a pesar de que llevamos tantos meses trabajando, es inagotable, como si la obra tuviera varias capas, y como que nunca llegamos al fondo de lo que se habla, y ellas no llegan a la totalidad de lo que pueden descubrir. Hay una vitalidad vertiginosa en este texto, y ellas cada vez encuentran algo más, convirtiendo el asunto en algo muy especial”.
--¿Qué tanto de sororidad se puede encontrar en su versión? ¿Le interesaba al encarar a estas dos mujeres?
--En realidad no, aquí está a flote el drama humano, tiene que ver con sentimientos y afectos profundos, porque a la hora del éxtasis lo que importa es vivir, y eso es independiente del género, la edad o cualquier identidad.
La intimidad del Foro Lucerna cobija la temporada de “Éxtasis Medea” con funciones los viernes a las 20:30 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas.