Arte

“Tin Tan”, ¿en un museo de arte?

La circunstancia que sustenta la presencia de Tin-Tan en el Kaluz es su nacimiento en el predio donde se encuentra el museo, el 19 de diciembre de 1915. Curada por Juan José Soto y Marco Barrera-Bassols, la muestra conmemora también el cincuenta aniversario luctuoso del personaje.
jueves, 31 de agosto de 2023 · 23:24

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La osadía de presentar una exposición sobre el cómico Germán Valdés “Tin Tan” en el museo de arte Kaluz, en la Ciudad de México, podría haber sido una excelente estrategia museística si los responsables del museo no hubieran establecido diferencias entre la accesibilidad al arte y a la cultura popular.

Instalada en un espacio lateral con una puerta diferente a la del museo, la muestra denominada “Tan Tin Tan. Un mexicano del siglo XXI”, es de entrada gratuita y, desde el ingreso, el personal informa que con el boleto asignado no es posible visitar las salas que resguardan la colección de arte. Como la salida es a través del patio del museo, en cuanto se termina de ver a Tin-Tan, varias custodias detienen al público explicando que la permanencia en el recinto tiene un costo de 60 pesos para público nacional, y 30 pesos para estudiantes, profesores y adultos mayores con credencial.

¿Por qué no permitir que el público interesado en Tin-Tan conozca y disfrute, también gratuitamente, de la excelente colección de pintura mexicana que resguarda el Kaluz? La expansión de públicos y vinculación con la comunidad justificaría la irreverencia profesional de alterar la vocación del museo de arte.

La circunstancia que sustenta la presencia de Tin-Tan en el Kaluz es su nacimiento en el predio donde se encuentra el museo, el 19 de diciembre de 1915. Curada por Juan José Soto y Marco Barrera-Bassols, la muestra conmemora también el cincuenta aniversario luctuoso del personaje.

El concepto rector de la curaduría plantea al actor como un cómico disonante e ícono nacional que fue “injustamente eclipsado”, y que logró reflejar las contradicciones de un México en desarrollo. Un “antíheroe” disruptivo que, denominado “Pachuco de Oro”, mexicanizó la cultura “Zoot Suit”.

Integrada con aproximadamente 200 piezas que incluyen objetos, carteles de películas, fotografías de autores como Héctor García, proyecciones, algunas pinturas de estética “naiv” y fragmentos musicales, la exposición se divide en seis secciones que recorren su vida personal y profesional estableciendo relaciones con la cultura popular norteamericana y mexicana: La íntima impronta de Germán, Origen disonante y destino melódico, El argonauta del humor, Un humor disruptivo, Tin -Tan y su flota, El barco de las ilusiones.

Sin profundizar en las contradicciones de esa actitud posmoderna y aspiracional, que gozó de los beneficios económicos de su éxito cinematográfico --se presentan fotografías que registran su gusto por un estilo de vida de lujo--, en la muestra destaca un dibujo del monero Rafael Barajas “El Fisgón” que parafrasea, con el retrato de Tin-Tan, la escena central de la famosa “Escuela de Atenas” del renacentista italiano Rafael Sanzio.

La utilización de un museo de arte de la calidad del Kaluz para exhibir una exposición ajena a su vocación, genera cuestionamientos sobre la reticencia que existe en la museística mexicana para promover sus colecciones. Inclinados a la organización de exposiciones temporales que integran --o dialogan-- con piezas ajenas, los funcionarioS olvidan la importancia de construir obras maestras que relacionen afectivamente a los ciudadanos con el arte y el museo.

Conformada con pintura figurativa realizada de los siglos XVIII al XXI por artistas mexicanos o extranjeros que desarrollaron temáticas nacionales, la colección Kaluz sobresale por la inclusión de firmas que no han sido favorecidas ni por la historia del arte ni por la legitimación institucional. Curado cuidadosamente por el galerista José Ignacio Aldama, el acervo contiene excelentes paisajes, retratos, naturalezas muertas y pinturas costumbristas que permiten reconocernos en un pasado y presente colectivo. Si el museo extiende la gratuidad eliminando la diferencia entre el arte y la cultura popular, los admiradores de Tin-Tan podrían disfrutar también del gran arte mexicano.

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