Teatro

Teatro: Anatoli Lokachtchouk y su legado en el circo y el payaso

Los colaboradores de la sección cultural de Proceso, cuya edición se volvió mensual, publican en estas páginas, semana a semana, sus columnas de crítica (Arte, Música, Teatro, Cine, Libros).
domingo, 17 de diciembre de 2023 · 09:39

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–El pasado 12 de diciembre falleció el creador y maestro del arte circense Anatoli Lokachtchouk. Originario de Ucrania, país en guerra, vivió en México desde 1991 y fue un maestro que marcó a muchos profesionales del teatro, del arte del circo y del payaso.

Desarrolló proyectos escénicos ligados a la formación. Transmitía sus conocimientos y su técnica con pasión y entrega, enseñando malabares, equilibrismo, trapecio, percha… y el universo del hacer reír a través del payaso.

Desde que llegó a México, se incorporó a la planta de maestros de la Escuela Nacional de Arte Teatral y fue impulsor de Festivales y Encuentros que dieran relevancia a las artes del circo y del “clown”.

En 1997 funda y dirige el Escuadrón Jitomate Bola, un grupo de artistas, guiados y dirigidos por él donde enseña y practica el circo soviético, el teatro de variedades y la técnica del payaso.

Anatoli Lokachtchouk formó parte del Circo Ruso fundado en 1919, y en el que, desde los sesenta, participó. En 1987 fue responsable de la dirección artística y técnica de “Trapecio con percha EjB”, acto laureado del Circo Soviético en el que equilibristas voladores sorprenden con un número de 10 minutos, que apenas se puede ver en Youtube.

Conoció México en 1979 en una gira, pues el circo viajaba por todo el mundo mostrando sus números acrobáticos, de malabares y humor, y fue hasta 1991 que viene a vivir aquí.

Con Escuadrón Jitomate Bola realizó gran variedad de números circenses y de payaso, como “Caleidoscopio”, que en el 2015 presentó en el Forum Cultural de Guanajuato, en el Faro de Milpa Alta y en otros lugares. En septiembre de este año lo presentaron en la Biblioteca Vasconcelos dentro de la Jornada Otoño Cultural, donde también impartió talleres.

Unir la creación con la formación ha sido un aspecto significativo dentro de su forma de enseñar: La conjunción de un grupo con el que trabajar y darle las herramientas básicas para que se lance al vacío, para que se atreva a subirse a un trapecio, a hacer un mortal, a estar frente a un público para hacer reír.

Así, por ejemplo, en el 2016 implementó un Laboratorio de Creación y Montaje de Actos Circenses en los jardines del Centro Nacional de las Artes, y el año pasado, también ahí, participó en el Programa Internacional de Formación en Artes del Circo y de la Calle con el Proceso de Formación en Artes Circenses en el que trabajaron tres meses intensivos y presentaron “Charivari”.

Su labor como maestro ha dejado una estela de artistas que hoy, que se ha ido, agradecen y reconocen su aprendizaje. No sólo una técnica especializada, sino una forma de vivir el arte, la confianza en sí mismos, la aceptación, la potencialización de los defectos, así como los retos personales, el rigor y la disciplina, y sobre todo, la entrega y compromiso con su actividad.

Entre sus alumnos se encuentran Aziz Gual, Jesús Díaz, Enid Hernández, Antonio Lojero, Minerva Valenzuela, Fernando Huerta y Baltimore Beltrán.

Algunos de ellos y otros más, le hicieron en 2013 un homenaje durante el Primer Encuentro Internacional de Clown de la Ciudad de México, en el Centro Cultural Helénico, del cual fue un pilar para su concreción y continuidad. Presentaron “Cabaret Burdelé”, conformado por diferentes escenas, como la del equilibrista borracho, el equilibrista de la soga, el trans, y la banda musical donde participaban todos.

Anatoli Lokachtchouk, quien en  2011 formó parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fonca, fue un incansable maestro, apasionado del circo y de la capacidad de los seres humanos para llevar al máximo sus capacidades expresivas.

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