Mondiacult
Culmina Mondiacult con “Declaración por la cultura”; Ebrard, el invitado sorpresa
El encuentro internacional entre 150 ministros de cultura de distintos países, fue convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de manera conjunta con México, como el país organizador.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Luego de dos días de actividades que iniciaron el pasado miércoles 28, y en los que se dirimieron diferencias entre estados en guerra, la conferencia mundial sobre las políticas culturales y desarrollo sostenible, Mondiacult 2022 llegó a su fin este día de la manera oficial.
El encuentro internacional entre 150 ministros de cultura de distintos países, fue convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de manera conjunta con México, como el país organizador.
Luego de actividades que iniciaron el pasado miércoles con apertura en el Auditorio Nacional y el inicio de sesiones en el Complejo Cultural Los Pinos, donde el día de ayer se realizó la mayor parte de los diálogos y conferencias, este día se realizó la relatoría de los actos: 18 sesiones temáticas en total más 13 eventos paralelos (en donde se reunieron funcionarios y especialistas y promotores culturales), y tras ello una “Declaración por la Cultura”, misma que se puede leer completa aquí.
Ese documento, aprobado en vivo por los ministros de los países participantes, con la batuta de Alejandra Frausto, titular de Cultura federal como “presidenta de la conferencia”; la ausencia de Audrey Azoulay, titular de la Unesco, y en su representación el subdirector de cultura de ese organismo, Ernesto Ottone, señala entre otras cosas un compromiso por parte de los Estados invitados a pujar por lo siguiente:
Afirmar, por vez primera, que la cultura es un “bien público mundial” y por ende buscar integrar a la cultura como “un objetivo específico por derecho propio” entre los objetivos de la agenda de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
También a definir un conjunto de derechos culturales para tomarse en cuenta en políticas públicas; una regulación del sector digital, en particular de grandes plataformas a favor de la diversidad cultural en línea, propiedad intelectual de artistas y acceso equitativo a contenidos para todos.
Fortalecer la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales --este uno de los puntos que México señaló en su inauguración como un interés destacando su campaña “Mi patria no se vende”--; y como parte de esa lucha contra el tráfico ilícito una “mayor cooperación internacional en ese ámbito”, además de la solicitud a operadores del mercado del arte “que no pongan a la venta objetos cuya procedencia no este aprobada”.
En ese “no aprobados”, la exigencia de protección a yacimientos arqueológicos vulnerables por no estar catalogados para evitar excavaciones ilegales y saqueo.
Además del anuncio por parte de Azoulay de la creación de un “museo virtual de bienes culturales robados”, por parte de la Unesco e Interpol como herramienta educativa pero también de investigación hacia personas que tengan dudas sobre el origen de un elemento, mismo que entraría en marcha hasta 2025.
Se propuso, a partir de este segundo Mondiacult (México siendo sede por primera vez en 1982), la creación de un “Foro Mundial sobre Políticas Culturales” que sería organizado por la Unesco cada cuatro años.
Y, la cultura como motor de desarrollo en las industrias creativas, además de que diversos Estados, como fue el representante de África del Sur, pugnaron por mecanismos para monitorear la economía cultural, dar lugar a la investigación como “clave para su sustento y progreso social, pues no se puede gestionar lo que no se puede medir”. Lo anterior a partir de datos de la Unesco en donde supone más de 48 millones de puestos de trabajo en todo el mundo –casi la mitad ocupados por mujeres—lo que representa un 6.2% de todos los empleos existentes y 3.1% del PIB mundial.
Tras la declaratoria, la aprobación y participación posterior de países como Arabia Saudita, Venezuela, África del Sur, Chile, Azerbayán y Argentina, Lituania habló en representación de 48 países y solicitó la salida de Rusia de la Unesco ante la invasión a Ucrania.
Al tomar su turno, el ministro de Cultura de Rusia Sergey Obryvalin, tomó el micrófono brevemente y pugnó por reconocer “las vidas perdidas”, sin embargo, durante su pronunciamiento vio cómo una parte de los ministros y representantes presentes salieron de la sala.
El ruso tuvo a representantes nacionales en el estrado, entre ellos a Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, quien al tomar el micrófono aprobó el ejercicio realizado por los ministros de Cultura en Mondiacult, a favor de un bien común como la promoción de la cultura, en especial cuando los acuerdos y/o declaratorias suelen ser de exclusión, y no de inclusión, y a la declaratoria como la “esperanza” en la búsqueda por la paz en momentos en donde hay 16 conflictos de tipo bélico en el mundo.