Cultura

La beca Chicken & Egg Pictures 2022 a las cineastas Indira Cato y Maricarmen Merino

Fundada en el 2005, la organización cinematográfica estadunidense “apoya a mujeres cineastas de no ficción cuyas narraciones ingeniosas e innovadoras catalizan el cambio social”.
domingo, 8 de mayo de 2022 · 12:17

CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).–La organización cinematográfica estadunidense Chicken & Egg Pictures otorga la beca (Egg)celerator Lab 2022 para los documentales “Olimpia”, de la mexicana Indira Cato, y “Matryoshka”, de la costarricense Maricarmen Merino, quien es egresada del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC).

Fundada en el 2005, Chicken & Egg Pictures --se lee en su portal de internet-- “apoya a mujeres cineastas de no ficción cuyas narraciones ingeniosas e innovadoras catalizan el cambio social”. Y la reconocida instancia también destaca:

“Visualizamos una industria de medios inclusiva en la que las mujeres y los cineastas no conformes con el género, que representan una variedad de experiencias y antecedentes, reciban pleno apoyo para alcanzar sus objetivos artísticos y desarrollar carreras satisfactorias en la industria del cine documental”.

Cabe destacar que los proyectos que forman parte del fondo (Egg)celerator 2022 se centran en mujeres que reclaman sus propias historias. “Olimpia”, cuya productora es Jessica Rito, es sobre la activista Olimpia Coral Melo (Puebla, 1995), quien consiguió que hace un año el Congreso promulgara la ley --que hoy lleva su nombre-- para proteger a las mujeres contra la ciberviolencia o acosos digital, después de que ella sufrió “difusión no consentida de imágenes privadas”.

Cato, quien fue productora, guionista y codirectora de “Llévate mis amores” (2014) en torno a Las Patronas veracruzanas –auxiliares de migrantes--, destaca en entrevista respecto a la beca (Egg)celerator Lab 22:

“Es un programa muy competido donde podemos aplicar mujeres de todo el mundo en primera o segunda película documental como directoras. Es un gran privilegio estar ahí porque hay una gran competencia y existen muchos filtros para llegar ahí. Cuando entras se crea un grupo muy hermoso en las que hay acompañamiento desde el amor, la empatía y el respeto, lo cual no es muy común encontrar, y en un espacio exclusivamente de mujeres”.

Anexa:

“No puedo más que estar agradecida de haber encontrado dicha oportunidad. También, asesoras te acompañan un año. Están todo el tiempo pendientes de tu propuesta. No te dejan soltar el proyecto y el ritmo.

“Además era el único proyecto mexicano en este espacio que me parece mágico. Es representar a México con un personaje que igual es mujer, que está cambiando las reglas y poniendo su granito de arena. Es muy impresionante la potencia que posee Olimpia, se refleja incluso cuando la ven en otros contextos que no tienen nada que ver con el nuestro, y que de todas maneras se sienta su fuerza y lucha me parece muy lindo, sobre todo para como están las cosas ahora en México”.

Cato estudió Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Por su parte, el filme costarricense “Matryoshka”, en producción por por las mexicanas Karla Bukantz y Paulina Villegas, es un retrato íntimo de una madre, una mujer que nació en una familia de varones políticos muy importantes para Costa Rica y Centroamérica, a través de los ojos de su hija. Esa madre, Maricela Morales Mora, a los 60 años de edad reconoce que comparte la misma pasión política familiar y transforma su vida académica hasta convertirse en la primera mujer diputada de izquierda como candidata a la presidencia de Costa Rica.

Merino subraya a Proceso que la importancia de la beca no sólo es la parte económica, “también el acompañamiento que dan a lo largo de todo el proceso para terminar la película, y además es un espacio concebido por mujeres y para mujeres”.

Señala:

“Hemos intentado desde el principio que el proyecto sea sobre todo un equipo de mujeres. Mis productoras y yo hemos tenido como mucha conciencia no sólo de que la película trate sobre una mujer, sino también intentamos que en el desarrollo del trabajo seamos coherentes con lo que nosotras sentimos. Entonces, una beca como ésta es muy afortunada y está muy alineada con nuestra manera de entender el cine”.

Las películas se encuentran dentro de diez largometrajes documentales. Recibirán cada uno un año de tutoría y un apoyo económico destinado a la producción de 40 mil dólares; además, según la organización, por primera vez diez proyectos finalistas recibirán cada uno una beca (Egg)celerator Lab Finalist de 15 mil dólares. La subvención de 550 mil dólares es la mayor cantidad que Chicken & Egg Pictures ha destinado a cineastas emergentes a través del (Egg)celerator Lab en un solo año.

Los otros proyectos de (Egg)celerator Lab 2022 son:

“7 beats per minute”, de Yuqi Kang (Canadá, China y

Mongolia). Productoras: Ina Fichman y Anita Lee. Es un viaje íntimo e inquebrantable con la campeona de apnea, Jessea Lu, mientras se enfrenta a su mayor miedo e intenta sumergirse más de 100 metros en una sola respiración.

“Aquí se escucha el silencio” (Here, the silence is heard), de Gabriela

Pena (Chile y España). Codirector: Picho García (Chile). Productores: Gabriela Pena y Picho García.Tras llegar a Chile a la vieja casa que mi familia abandonó en el exilio, fantasmas de un imparable hechizo familiar comienzan a aparecer por la noche.

“Joonam”,  de Sierra Urich (Estados Unidos). Productor: Keith Wilson

Una cineasta descubre el pasado iraní perdido de su familia, y con ello las complejas relaciones entre madre e hija, Irán y América, y el desplazamiento y la identidad.

“Life + life”, de Contessa Gayles (Estados Unidos). Productora:

Contessa Gayles. En este documental-odisea musical compuesto entre rejas un músico encarcelado lucha por su sanación y paz mientras alcanza la mayoría de edad.

“Our daughters”, de Chithra Jeyaram (Estados Unidos e India).

Productores: Chithra Jeyaram, Jonna McKone. Por el bien de sus hijas gemelas, una madre adoptiva india y una madre biológica blanca se aventuran en un territorio inexplorado con una adopción abierta, cruzando líneas raciales y culturales.

“Tata”, de Lina Vdovîi y Radu Ciorniciuc (Moldova y Rumanía).

Productora: Mónica Lazurean Gorgan. Una periodista alejada de su violento padre descubre que éste se ha convertido en víctima de la explotación laboral. Cuando ella acepta ayudarle a denunciar la injusticia, se reabren las heridas de su pasado.

“The wife of”, de Volia Chajkouskaya (Belarús y Estonia).

Productores: Volia Chajkouskaya, Ivo Felt, Christian Popp y Marius Markevicius.

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