Andrés Calamaro
Andrés Calamaro, de rock y toros en el Pepsi Center
El cantautor argentino entonó “De música ligera” en tributo a Soda Stereo y Cerati.CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Pura gala de rock brindó el cantautor argentino Andrés Calamaro en el Pepsi Center del WTC de esta ciudad, honrando musicalmente a José Alfredo Jiménez y Gustavo Cerati, además de realizar una ofrenda audiovisual a insignes estrellas inmortales.
El espectáculo del miércoles por la noche emprendió catártico vuelo pasaditas las 20:40 horas cuando emergió el aclamado artista originario de Buenos Aires junto a su ensamble de músicos para compartir en apertura las rolas “Bohemio” y “Hong Kong”.
Gritos de bienvenida cobijaron velozmente a Calamaro, quien a su vez correspondió con incesantes gratitudes durante toda la presentación, se arrodilló, besó en varias oportunidades el piso y levantó la bandera de México. Agasajó amorosamente a su fanaticada que también se le entregó en vehemente alegría.
Un ambiente de intimidad emanaba en el recinto de la colonia Nápoles, la pantalla a telón de fondo trazaba cascadas de diseños conceptuales a cada tema y las plasmas laterales enfocaban la figura del cantante, que se acompañó de los excelentes ejecutantes Martin Bruhn (batería), Mariano Domínguez (bajo), Germán Wiedemer (teclados) y Julián Kanevsky (guitarras).
En un viaje que sobrevolaba entre el rock y la bohemia, se escucharon “Cuando no estás”, “A los ojos”, “Socio de la soledad” y “Tantas veces”.
El público de diversas generaciones gozaba cada segundo del recital que consideró “Mi enfermedad” y “Maradona”, dedicada al astro del futbol argentino con efusivos cantos:
Maradona no es una persona cualquiera…
Continuó intenso romanticismo rasgando los corazones de profundos versos al retumbar de “Espérame en el cielo” y “Crímenes perfectos”, con Andrés postrado al piano.
El devoto de la tauromaquia aprovechó el espectáculo lanzando breve y controversial mensaje, para que, desde su idea, continúen las corridas en la CDMX: “México es taurino. Es imposible que la política interceda en la flor de la cultura, la ganadería, el arte y valor que tienen los toros. No permitan que cierren la México, la más grande. Si hace falta, vamos todos a la puerta”.
Sin mayores sobresaltos a la consigna (ya se ha expresado sobre el tema taurino en otras ocasiones durante su carrera), los reunidos prefirieron seguir adorándolo por su calidad musical disfrutando del festín al ritmo de “Rehenes”, “Estadio Azteca”, “El salmón”, “Flaca” y berrear a todo pulmón “Paloma”.
Quiero vivir dos veces
Para poder olvidarte
Quiero llevarte conmigo
Y no voy a ninguna parte…
El ocaso florecía en el falso adiós de “Alta suciedad”, afinando para el retorno la clásica “Sin documentos”. La rola “Los chicos” bosquejó una conmovedora ofrenda audiovisual proyectándose un desfile de inmortales estrellas, David Bowie (1947-2016), Luis Alberto Spinetta (1950-2012), Charlie Watts (1941-2021), José José (1948-2019), Juan Gabriel (1950-2016), José Alfredo Jiménez (1926-1973), Vicente Fernández (1940-2021), Gustavo Cerati (1959-2014) y Diego Armando Maradona (1960-2020), entre muchos más.
“Nos llevamos un pedazo de recuerdo divino de ustedes”, expresó gustoso el solista. Sin pausas entonó “De música ligera” en tributo a Soda Stereo y Cerati. En cerrojazo inexorable dio pie a “El Rey” de Jiménez, permitiendo que su gente orgullosa coreara:
Con dinero y sin dinero
Yo hago siempre lo que quiero
Y mi palabra es la ley
No tengo trono ni reina
Ni nadie que me comprenda
Pero sigo siendo el rey…
La bandera de México fondeaba la gran pantalla del escenario. Andrés Calamaro se despedía hacia las 22:30 horas arrodillándose ante sus fans y se levantó en reverencias reconociendo a sus músicos. En serena huida arrojando besos al aire, desapareció arropado del griterío ensordecedor.