CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Yo en 2020, 2020 en mí”, es el nombre de la muestra que se exhibe en el Centro de la Imagen hasta el 27 de este mes. Reúne la selección de trabajos recibidos a partir de una convocatoria --muy concurrida-- realizada por el centro junto con el Instituto de Estudios Críticos, lanzada durante la pandemia.

Bajo la curaduría de Conrado Tostado, esta exposición partió de la idea de convocar a presentar imágenes que reflejaran el relato visual “para exponer una ruta de autoconocimiento, de reflexión, contemplación y creación acerca de la esfera individual, radicalmente trastocada --en el planeta entero--, durante el año 2020”.

Se realizó una selección dividida en cuatro pilares curatoriales:

--“Los demás obliterados”.

--“Agotar... y distribuir”.

--“Indigno de ser amado”.

--“Paraíso”

El resultado es variado y muy interesante, los recursos para autodescubrir una experiencia como fue la pandemia, la relación con los otros, el autoconocimiento y muchas más experiencias, han sido reflejadas en este proyecto.

El autorretrato y el retrato sobresalen en esta convocatoria dirigida al público en general del país, sin requisitos de edad o trayectoria. Se recibieron más de 617 trabajos, luego revisados por un comité integrado por Melba Arellano, Lorenzo Armendáriz, Carol Espíndola, Yael Martínez y Elsa Medina, integrantes del Sistema Nacional de Creadores.

Testimonios de vivencias de la pandemia en curso, reflejan un autoconocimiento a través de la lente. La posibilidad de mirar al otro o a los demás, a través de la ausencia.

El curador Tostado realizó un texto, puntual y profundo, que construyó con el material seleccionado; sus reflexiones permitieron estructurar el guion curatorial.

Vale la pena rescatar sus apreciaciones cuando observa que en las imágenes “no hay una ciudad, siquiera vista por la ventana. Vecino. Casi no hay palabras --estrictamente, sólo las encontramos en siete imágenes--.Hay mutismo. No hay sociedad.

“¿Como entender esa obliteración?

“Por sorprendente que parezca, se desconoce la raíz de ‘amar’; se supone que vendría de ‘amma’, voz infantil para llamar a mamá. La secuencia de imágenes hablaría, entonces, de una orfandad. De un deseo de ser digno de ser amado, limitado, contrariado por esa entidad invisible --incomprensible, absurda--: el virus.”

Imágenes y experiencia --registros y huellas de una pandemia que trastocó tantos aspectos, que aún falta tiempo para asimilarlos--, esta colectiva sin duda se suma a una experiencia compartida en soledad y viceversa, lo cual convierte a este proyecto en un acierto.

El Centro de la Imagen se encuentra en la Plaza de la Ciudadela no 2 (METRO Balderas), y permanece abierto de miércoles a domingo de 11 a 17 horas. La exposición permanecerá hasta el 27 de marzo.