Teatro

"Morir por cerrar los ojos", de Max Aub

Se presenta los martes en el Foro Shakespeare, es una obra enriquecedora y devela la tragedia del exilio, de los desterrados. Aub, que lo sufrió hasta instalarse en México en 1942, contribuyó en el desarrollo cultural de nuestro país tanto como autor, periodista, guionista de cine y traductor.
martes, 15 de marzo de 2022 · 11:52

CIUDAD DE MÉXICO (apro).-Max Aub (1926-1972), autor español que vivió y sufrió el exilio durante la Guerra Civil española, primero en Francia y después en México, muestra en Morir por cerrar los ojos las consecuencias de éste, la lucha por la sobrevivencia y los principios éticos que implica tomar o no tomar partido.

Aub, autor comprometido con su tiempo, simpatizante con las ideas de izquierda y la liberación de los pueblos, hace una crítica a la guerra y sus resultados fatales que, por supuesto, tiene una resonancia brutal en nuestro tiempo al estar presenciando una guerra entre Ucrania y Rusia –que refleja el enfrentamiento de las potencias internacionales por dominar los recursos naturales, el mercado y a los países estratégicos de defensa y ataque, con una indiferencia brutal por la sociedad civil que vive en carne propia los ataques y el exilio.

Morir por cerrar los ojos se presenta por primera vez en México después de haber sido publicada en nuestro país en 1944, y aborda el tema del exilio en Francia, cuando en 1940 se instauraron campos de concentración para los exiliados en los inicios de la segunda Guerra Mundial –llamados campos de refugiados o campos administrativos–. Max Aub habla desde su experiencia en Francia a partir de una ética impecable, encarnándola en sus personajes: Dos medios hermanos con visiones distintas; uno comprometido con la resistencia y acertadamente interpretado por Adrián Alarcón, y otro radicado en Francia tiempo atrás que intenta hasta el final salvar sus privilegios aun cuando eso implique traicionar a su hermano, con el cual ha entablado una rivalidad por el amor de María, su actual esposa y exnovia de aquel.

Dirigida por María de Orduña, española radicada en México, la obra es llevada a escena utilizando sillas y uno que otro aditamento más, para mostrar diversidad de espacios escénicos donde ocurre la acción. La directora logra que, con agilidad, se sucedan los lugares de la historia consiguiendo que la composición escénica sea dinámica y armónica. Maneja hábilmente situaciones con un par de personajes, hasta momentos complejos de la colectividad en los campos de concentración.

Ocho actores interpretan distintos personajes, pero la caracterización no es suficiente para dar una vida verosímil a cada uno de ellos, siendo débil la dirección de actores, cuyas actuaciones no se benefician del vestuario, ya que en vez de ayudarlos los perjudican esos largos sacos, pantalones brillantes o una manta como delantal. La historia fluye llena de intriga y suspenso que nos hace cuestionar o resaltar los valores que cada personaje representa. En los campos de concentración nos muestra exiliados de diferentes procedencias, inquietudes y posiciones políticas.

Max Aub deja en claro su postura y el desenlace de la obra, con el título que elige para ella, Morir por cerrar los ojos. Centrándose en el enfrentamiento de los dos hermanos, va tejiendo una historia teniendo como pivote a María.

Morir por cerrar los ojos, que se presenta los martes en el Foro Shakespeare, es una obra enriquecedora y devela la tragedia del exilio, de los desterrados. Aub, que lo sufrió hasta instalarse en México en 1942, contribuyó en el desarrollo cultural de nuestro país tanto como autor, periodista, guionista de cine, traductor y adaptador, así como por su participación durante cinco años siendo director de Radio UNAM.

Morir por cerrar los ojos es una obra actual que aun cuando se resiente el tiempo en su escritura, nos habla de un presente estremecedor como el que estamos viviendo.

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