CONTRAPLANO

“Hasta los huesos”: devórame otra vez

La cinta narra la historia de dos chicos bellos y libres, sin ninguna restricción paternal, que gozan de la gloria del primer amor, y entre besos, se deben dar tiempo para saciar sus instintos.
viernes, 23 de diciembre de 2022 · 21:02

MONTERREY, N. L.(apro).– Pese a su naturaleza extrema y sangrienta, "Hasta los huesos" ("Bones and all", 2022) es una historia de amor.

En las orillas de la sociedad, durante la época de los ochenta, dos adolescentes preadultos emprenden un recorrido por Estados Unidos con diferentes propósitos. Maren (Taylor Russell) y Lee (Thimotée Chalamet) son inadaptados que no tienen lugar en un mundo que los repudia. Recientemente se han conocido y se dan cuenta de lo afortunados que son al tenerse mutuamente, pues la sociedad asustadiza no está lista para aceptar su verdadera naturaleza.

Como parias, desposeídos de todo y sin malicia, equipados únicamente con una camioneta y unos cuantos dólares, andan por aquí y por allá, mientras pasan los días agazapados, sin saber qué les depara mañana.

El director Luca Guadagnino, que ya había extraído lo mejor de Chalamet en "Llámame por tu nombre" ("Call me by your name", 2017) vuelve a hacer otra gran historia romántica, pero esta con un componente de horror y vísceras. Esta pareja de jóvenes ha nacido con una condición singular: son antropófagos. No comen carne humana por elección, sino por naturaleza. Como si fueran una cofradía de vampiros que se esconden para evitar notoriedad, los caníbales se identifican por el olor y se reconocen como seres peligrosos. Pueden pasar desapercibidos, si lo desean, pero, en el fondo, mantienen la compulsión por el apetito insano.

Estos muchachos son lindos, buenas personas y se aman con transparencia, pero luchan contra sus instintos y las consecuencias de sus actos, pues saben que lo suyo es al margen de la ley. No es grato, saben, probar la sangre y dejar damnificados, pero se sobreponen cada vez para entender que no pueden evitar su particular desviación.

Guadagnino es compasivo con los inadaptados. La pareja, que anda por ahí en una burbuja, deambula sin propósito, como si arrastraran los pies por las calles de un mundo post apocalíptico. Sin embargo, llegan a entender las claves de su comportamiento y a sentir un poco de estabilidad.

Viven en contrastes profundos y atroces. Su relación afectiva es candorosa. Dos chicos bellos y libres, sin ninguna restricción paternal, gozan de la gloria del primer amor, y entre besos, se deben dar tiempo para saciar sus instintos. Es entonces que, al activarse, se introducen en un baño de sangre que, pese a todo, no los hace sentirse indignos. En su escalofriante estilo de vida lo único que deben hacer es seguir adelante, sin condenarse. Muy apenas sienten que atraviesan por un destino maldito, pero con una resignación parecida a la indiferencia, pese a las preocupaciones de ella.

En esta interpretación de la novela de Camille DeAngelis hay un interesante enfoque antropológico en el retrato de este par, que muestra el otro lado del relego. Como centro de una relación insólita y repulsiva, dispuestos, por voluntad, a renegar a la convivencia en sociedad, dan testimonio de las dificultades que enfrentan para vivir en un entorno extraño en el que ellos jamás serán aceptados, si deciden salir de su clóset de espanto en el que habitan.

Russell, como una variación de Zendaya, está estupenda como la chica que parece que huye de ella misma, tratando de encontrar respuestas frente al abandono infantil que ha sufrido y los sufrimientos que le ha provocado la compulsión irrefrenable que la condiciona para todo. Es la pareja perfecta del siempre solvente Chalamet, con su aspecto de niño que, en esta historia, finalmente encuentra la paz con la chica que lo entiende todo a la perfección.

"Hasta los huesos" es una cinta que es por momentos tremendista y extremadamente cruenta, pero siempre con una mirada de ternura hacia los caníbales que vivirán, siempre, lejos de los demás.

 

Comentarios