CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- “WiriKuta” es el título de la muestra del pintor Luis Argudín (D. F., 1955) con obra reciente que se exhibe en la galería Aldama Fine Art.

La exposición está conformada por pinturas al óleo sobre madera y sobre tela, de medianas y pequeñas dimensiones que van desde 40x20 cm a 40x50 cm aproximadamente, tintas y acuarelas sobre papel y litografías.

“WiriKuta” es uno de los territorios más sagrados de los indígenas huicholes, y esta exposición que lleva su nombre es el resultado pictórico y personal de la experiencia del artista después de  haber estado en el desierto.

Pintar de memoria aquella experiencia es, sin duda, una práctica interesante, pues la distancia y la memoria son las guías para estructurar esta serie de paisajes tan particulares, poblados de cactus, biznagas, yucas, gobernadoras y magueyes.

Lo que se observa son paisajes vivos en movimientos  de carácter cubista. Esta serie pertenece a una experiencia interior que mira al exterior, imágenes continuas , multiplicidad con pequeñas variantes; el lienzo se llena de una experiencia que se comunica a través de los colores y las texturas. El horizonte abraza escenas similares pero nunca iguales. Pareciera que la mano y la mente van atrapando instantes en movimiento.

El pintor en su estudio trabaja en su presente. Vemos también en algunos cuadros, cabezas, columnas, manos, cráneos de vaca, entre otros elementos, que dan a la obra una continuidad  de su propio imaginario pictórico.

El catálogo de la muestra es acompañado por un extenso texto de Josué Ramírez, que complementa la obra; es un acercamiento profundo, visual, conceptual y poético: “Está forma filosófica de tejer desde la pintura el concepto de la serie ‘WiriKuta’, refiere a la vida como constante auto-creación y lo hace acumulando fragmentos de un mismo paisaje que se multiplica en cada uno de los nichos, logrando trasmitir el palpitar de un recuerdo en la memoria receptáculo de imágenes que son en sí, información vital”.

Aquí el poema “Argudín y Wirikuta”: 

surcos de gubia al óleo,

                                                          grafía

                   de color en densas capas captan

                   cambios de luz solar, nocturnos diurnos,

                   franjas en blanco y negro, nubes, órganos

                   yucas en trazos esfumados, figuración abstracta,

                    brochazo expresionista de biznagas y árboles,

                     un desierto habitado y espinoso.

También el pintor relata su experiencia en un texto, para terminar diciendo:

“El desierto invadiendo los confines de mi estudio, el estudio derramándose sobre la memoria del desierto. Pues a fin de cuentas, todo es pintura”.

La Galería Aldama Fine Art se ubica en la calle Palacio de Versalles 100 LB, Lomas de Chapultepec, Ciudad de México, CDMX. Permanecerá abierta al público hasta el 30 de noviembre.