Festival Internacional Cervantino
“¡Viva México! grita el músico y cantante nigeriano Seun Kuti en el Festival Cervantino
En algunos de los breves momentos en los que el músico interactuó con el público, hablando en inglés, dijo haber encontrado en México y en Guanajuato al mejor público y bellos lugares.GUANAJUATO, Gto.(proceso.com.mx).- Con un reconocimiento al público mexicano y al poder femenino, el músico y cantante nigeriano Seun Kuti llegó con sus potentes ritmos fusionados en el afrobeat al escenario de la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, donde convocó al baile desde el primer minuto.
“¡Viva México! ¡Viva la Revolución! ¡Viva Zapata!”, fue el grito que conquistó a las miles de personas que acudieron a la presentación de Seun y su banda Egypt 80.
Heredero del legado de su padre Fela Kuti, la leyenda creadora de ese ritmo que lleva en las venas algo de jazz, blues, funk y la música del pueblo yoruba (del oeste africano), Seun abrió su concierto de la noche del viernes 21 dentro del Festival Internacional Cervantino honrando a la figura paterna.
Pero Kuti también dio una exhibición de un talento propio, vigoroso y amplio en la interpretación vocal y en la ejecución de diversos instrumentos, particularmente el saxofón.
El músico estuvo todo el tiempo cobijado por una banda que mantuvo su enérgico paso. Impactaron a todos los asistentes tres bailarinas, una de ellas la propia esposa del cantante, quienes lucieron ataviadas con indumentarias y maquillaje propios de su cultura, y con el ritmo frenético de sus caderas, piernas y brazos, permanecieron a lo largo del espectáculo en una danza sin parar.
En algunos de los breves momentos en los que el músico interactuó con el público, hablando en inglés, dijo haber encontrado en México y en Guanajuato al mejor público y bellos lugares, aunque sus primeras referencias al indagar sobre este país antes de viajar para participar en el FIC fueron sobre “El Chapo”, el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera.
Como lo hizo su padre, Seun Kuti es un músico políticamente involucrado con un discurso por la paz, contra la opresión y las injusticias, y así lo expresó en el escenario del Cervantino.
Una de las piezas que interpretó está dedicada a su esposa y al poder de las mujeres, un poder revolucionario pero con energía de amor, de generosidad, solidaridad, entendimiento y honorabilidad, que enfrenta a un capitalismo opresor. “Una revolución de amor”, remarcó el artista africano.
Trompetas, saxofón, sintetizador, bajo y batería fueron instrumentos suficientes para generar junto con el cantante y las bailarinas, una fuerza que desde el escenario hizo moverse a parte del público en la escalinata de la Alhóndiga, durante casi hora y media en que Seun Kuti mostró por qué es el heredero del afrobeat.