GUANAJUATO (proceso.com.mx).–En concierto para la historia, Café Tacvba hizo vibrar a los presentes durante dos hora y media en la Alhóndiga de Granaditas, acompañados de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), invitados especiales y un espectáculo con audio superior. Los músicos dejaron su huella en el 50 Festival Internacional Cervantino.

Un repertorio de 27 canciones conformaron el acto de los tacvbos, conocedores del espacio como veteranos del encuentro, a partir del cual hicieron un recorrido musical por más de 30 años de historia.

Los fanáticos con boleto en mano para la Alhóndiga aguardaron desde la tarde para procurar estar lo más cercano posible al escenario, mientras que en la calle principal del recinto la gente colmó el sitio. Una pantalla colocada en la calle trasera del recinto apoyó a los que ya no contaron con vista hacia el escenario.

Puntuales, a las 20 horas, los tacvbos salieron tras los gritos de la audiencia de ¡oeoeoeoe café, café…!

Iniciaron con el tema “María” lo que hizo que la gente encendiera los ánimos, después “Trópico de cáncer”, “Ciclón”, “Metro”, “Bar Tacuba”, y ante los gritos incesantes continuaron con “Las flores”, una de las más solicitadas pero también así lo dictaba el set list.

“Ya se viene la celebración a nuestros muertitos, huele a flores, hay puras florecitas en Guanajuato”, refirió Rubén Albarrán ataviado en túnica blanca y los alaridos del público se hicieron presentes. Tras ello cerraron esa primera parte con “Chica banda”.

Después de un breve momento para hacer pasar a los invitados y el ¡oeoeoeoeoe, café, café…! que se escuchó en gran parte de la noche” siguieron en colaboración con la agrupación Bronces de Oaxaca, con ellos interpretaron “La muerte chiquita”, “Olita del altamar y “futuro”.

El escenario en producción colorida mediante luces led, con pantallas a los costados, y un sonido impecable fue una constante.

Ya con la OSUG en sus lugares, ambas agrupaciones en escena se amalgamaron y el público pudo disfrutar de “El aparato”, “Locomotora”, un medley de “Batallas-Rarotonga”, “Esa noche”, “Mediodía”, “El outsider”, la coreada a morir “Chilanga banda”, “Volver a comenzar” y “El puñal” que llevó a una segunda y breve pausa.

Para el encore Albarrán cambió de atuendo a zarape negro y sombrero de palma, así llegó “El espacio”, “Volcán”, “Aviéntame”, “Eres”, “Quiero ver” para culminar con “El baile y el salón” para la cual se despidieron dejando a una audiencia ávida de más y más. La banda tuvo que regresar ante la insistencia pues nadie se movía de sus lugares y el ¡oeoeoeoe café, café…!, así llegó “Ojalá que llueva café” en interpretación con un duo huasteco de jóvenes en violín y jarana. Solo así los fanáticos se pudieron ir en paz en el primer sábado del Cervantino.

El costo de tener a Café Tacvba en el 50 FIC fue de alrededor de tres millones de pesos.