CONTRAPLANO
“La Mujer Rey”: dueñas de su destino
Comandado por Nanisca (Viola Davis), un ejército de mujeres es el encargado de defender el reino de Dahomey de los invasores, que buscan apropiarse del reino y tomarlas para usarlas como mercancía.MONTERREY, N. L. (apro).– En África del silgo XIX predomina la ley de la violencia.
El continente negro es saqueado de sus riquezas por colonizadores, que toman inescrupulosamente a los nativos como esclavos.
En ese entorno azaroso, dominado por hombres, el reino de Dahomey es defendido por un ejército de mujeres, comandadas por una fiera generala, Nanisca (Viola Davis). Su misión es reclutar y entrenar a la siguiente generación de guerreras que serán la guardia pretoriana del señor rey Ghezo (John Boyega), que vive acuartelado entre murallas, y rodeado por numerosas esposas, bellas y jóvenes.
Con una historia tomada de la realidad, “La Mujer Rey” (The Woman King, 2022) muestra la vida de la Agojie, unidad de valientes mujeres que tuvieron que batirse en duelo contra ejércitos invasores que buscaban apropiarse del reino, para comerciar con ellas como mercancía.
Mientras DC Comics presenta a la romantizada y bella Wonder Woman, para proteger al mundo, en medio de un ambiente de glamour y fantasía, la directora Gina Prince-Bythewood cuenta los días de Nanisca, vulnerable y poco agraciada, formada con carácter de gladiadora, para un rudo trabajo, con el único propósito de servir a los suyos.
El discurso es de homenaje a ellas, que toman el control de sus vidas, mientras empuñan, con orgullo, sus armas punzocortantes y contundentes, para fajarse contra hombres, a los que doblegan con su carácter indómito. Todas, en cuestión de templanza, están muy por encima de su propio soberano que las utiliza como escudo, mientras vive para sus placeres, dictando órdenes desde el trono, sin mancharse las vestiduras.
Como una declaratoria de género, se remarca que las amazonas también son dueñas de su sexualidad, al optar por la abstinencia y el duro celibato, por el interés superior de defender a su pueblo. Más que su propia satisfacción, es prioridad la seguridad de la gente que convive en el amurallado.
Lo de Davis es el drama, como lo ha mostrado a lo largo de los años, en los que se presenta como una dura mujer de color, que debe arrostrar adversidades, en medio de muchas lágrimas. Lo que hace ahora es excepcional, al mezclar profundas encrucijadas morales, con su obligación de guiar al ejército de chicas en el combate, con emocionantes escenas de acción.
Convertida en una improbable heroína, es una digna y estoica líder de campo, que entrevera su misión aleccionadora con un secreto interés de venganza contra el malvado opresor quien, en el pasado, la sometió a sus bajezas, mediante actos que derivaron en consecuencias para las que no está preparada y las que, en el presente, tiene que afrontar.
Dirigida a un público adolescente y adulto, la cinta es pudorosa y se cuida muy bien de insinuar solamente los abusos frecuentes a los que eran sometidas las mujeres en ese tiempo. Sin embargo, no hay ningún recato para mostrar con cruenta elocuencia degollaciones, apuñalamientos, mutilaciones, en las masacres ejecutadas, sin piedad, contra los abusivos que pretenden atacar el reino.
Con una emocionante anécdota cargada de adrenalina, y como una especie de #MeToo primigenio, “La Mujer Rey” celebra el valor de la feminidad, con la que ellas defienden su identidad y su cuerpo, en el nombre de un noble ideal.
Es un episodio histórico inspirador, para ellas, y también para ellos.