Documental
"76 días": dolor y esperanza, el corazón de la pandemia
El documental "76 días" muestra la intimidad de los hospitales de la ciudad de Wuhan, considerada la cuna del covid-19, donde fueron atendidos los pacientes de la enfermedad entre el 23 de enero y 8 de abril de 2020.MONTERREY, NL (proceso.com.mx).– Al inicio del año 2020 el planeta fue sorprendido por el surgimiento del covid-19, una enfermedad desconocida que provocó la mayor crisis de salud en la historia moderna de la humanidad.
Los científicos encontraron que el padecimiento surgió en Wuhan, China.
El documental 76 días (76 days, 2020) muestra la intimidad de los hospitales de esa ciudad donde fueron atendidos los pacientes de la enfermedad entre el 23 de enero y 8 de abril de ese año, en los que esa metrópoli ubicada al oriente del país, fue cerrada con sus 11 millones de habitantes, que tuvieron que lidiar con el enemigo invisible, sigiloso y mortal.
La cinta producida por MTV con apoyo de Sundance, parece un milagro de testimonio fílmico. El director Hao Wu y su camarógrafo Weixi Chen tuvieron acceso exclusivo y total a cuatro centros médicos, dentro de los cuales documentaron, con un recio sabor periodístico, el drama que se vivió en las salas de urgencias, en los pasillos, en las salas de espera, donde las personas agonizaban y morían, mientras aguardaban el turno para ser atendidas.
Las escenas que parecen extraídas de una ficción de pesadilla son terriblemente reales, y llevan directamente al campo de la batalla sanitaria. Las imágenes son secas y crudas, y carecen de banda sonora. No se necesita ningún acorde para hacer énfasis en lo que se ve, que es una exhibición de la lucha que enfrentaron los médicos de estos recintos, que es la misma que han tenido que lidiar, desde entonces, los hombres de blanco en todo el mundo.
El realizador no se guardó nada. La cámara, encimosa y ubicua, capta todo. La presentación del trabajo de los médicos es un homenaje a su trabajo heroico. Debe haber tenido muy buenas conexiones Wu para que los directivos de los hospitales accedieran a permitir que se introdujera en esas salas donde las personas lloraban sus pérdidas. La lente se encuentra precisamente detrás de una de las doctoras que, ayudada por personal médico, empuja una puerta para impedir que decenas de pacientes amotinados ingresen por la fuerza en demanda de atención.
Una tras otra se suceden las tomas en las que se ve como es que los facultativos tienen que improvisar, desesperados, porque el apoyo oficial prometido no llega, y los servicios son desbordados por la demanda de lugareños que sucumben a la enfermedad. Se captan los momentos precisos en que los enfermeros deben conectarse a distancia con los familiares para notificar de los decesos y, peor aún, enfrentarlos para dar condolencias y entregar pertenencias.
Pero cuando las escenas de dolor parecen repetirse en un suplicio interminable, la cinta da un giro espectacular hacia la esperanza. Las crisis atendidas con denuedo pueden ser controladas. Los esfuerzos desesperados de los médicos no son vanos. Hay personas a las que sirvieron bien y quienes pudieron derrotar a la muerte, y salen caminando entre aplausos y felicitaciones de los médicos.
76 días, exhibida en festivales durante el año, es un documental que el mundo debe conocer. Su carácter universal mueve a la sensibilización y a la simpatía por los trabajadores de la salud que, todos los días y en todo el mundo, al igual que los de Wuhan, son protagonistas de la lucha contra una enfermedad que se espera que termine pronto.