GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).– La escritora, ensayista y crítica literaria Margo Glantz fue la primera en levantarse de su asiento para aplaudir cuando culminó la tercera y última función de la obra “El Rastro”, adaptación de su novela homónima de 2002, que se montó previamente con dos funciones en el Centro Nacional de las Artes de la CDMX, y la noche del viernes en Guanajuato, sede del 49 Festival Internacional Cervantino (FIC).

Desde la segunda fila del magnificente Teatro Juárez de esta ciudad, Glantz se levantó enseguida del asiento y envió una expresión de abrazo a la actriz y directora teatral Analía Couceyro (“Nora García”, personaje protagónico de la novela), quien a su vez regresó el gesto con los brazos abiertos. Los aplausos llovieron en el teatro.

La escritora, a la que no le gusta celebrar públicamente sus aniversarios redondos (tiene 91 años), pero que es una gran asidua de las redes sociales, en donde suele verter sus ideas y reflexiones sobre la vida, la literatura, ciencia y temas que le parecen de interés, se mostró feliz y accedió a tomarse selfis, felicitaciones del público y saludos de mano (en plena pandemia, aunque con cubrebocas bien puesto) al término de la puesta.

Al culminar expresó brevemente a proceso.com.mx:

“La vi en Argentina hace siete años y luego en el Cenart, es maravillosa y más en este teatro tan increíble”, dice mientras mira de un lado al otro y luego pierde la mirada en la cúpula; “cada puesta es diferente, es decir, es la misma actuación, pero totalmente distinta, es la magia del teatro. El público y las reacciones son diferentes, quizá no digo nada nuevo, pero a mí me encanta”

–Y después de un año de confinamiento…

–Eso es todavía mejor, poder salir.

Al final, Alejandra Frausto, titular de Cultura, se acercó a la escritora entre fotógrafos que pedían posara, para entregarle unas flores. “Deberíamos llevarla a la Feria del Libro de La Habana el próximo año” (México será invitado de honor el próximo año), se alcanzó a escuchar que le dijo a Glantz, y de ahí se la llevó caminando hacia una puerta que dirigía a bambalinas.

La obra “El Rastro”, que se montó por vez primera en Argentina (adaptada por Couceyro y el también director teatral Alejandro Tantanián), es un monólogo narrado por “Nora García”, una mujer que regresa a su pueblo para asistir al velorio de su exmarido, Juan, quien murió de un infarto, lo cual genera una serie de diálogos sobre el funcionamiento humano, el cuerpo, su deterioro, pero sobre todo desencadena recuerdos vividos con ese hombre.

Va desde la indiferencia y hasta un poco de burla por el duelo y las personas que se le acercan a darle un “pésame”, hasta el punto en que termina casi pidiendo que le den uno, pues el dolor es grande.

Acompañada en el escenario por el violonchelista peruano-argentino Rafael Delgado Espinoza, quien se ha destacado como uno de los más activos exploradores y difusores del violonchelo en Latinoamérica, la música es parte inherente de la experiencia teatral al moverse entre notas y simular sonidos humanos, como los latidos del corazón, que se detuvo y le causó el infarto a “Juan”, el exmarido de la protagonista.

Y es que a todos nos va a pasar lo mismo que a “Juan”, y con suerte alguien seguirá nuestro rastro.

Por lo pronto, el 49 FIC continua hasta este domingo 31 con algunas actividades presenciales y virtuales (www.festivalcervantino.gob.mx), y el cierre pactado con Tania Libertad en la Alhóndiga de Granaditas en un Homenaje a Armando Manzanero.